Capítulo 3

301 35 1
                                    

------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

-.La calidez de un abrazo.-

Día: Sábado

Lugar: Lima-Perú

Clima: Lluvioso

Era un sentimiento indescriptible el cual se sentía mediante aquel abrazo, en el cual parecía que se estuvieran hablando, porque uno le transmitía al otro lo que quería para que se sintiera seguro. Por una parte el de cabellos azabaches le intentaba transmitir al otro tranquilidad y un sentimiento, tanto de comprensión como de seguridad, lo cual lograba exitosamente; y por la otra estaba el joven de cabellos marrones, el cual emanaba sentimientos de tristeza, y un gran sentimiento de cariño, apego y necesidad hacia su contrario.

Largos fueron aquellos los minutos en los que ellos percibían años la duración de aquel abrazo, que por ambas partes, quizás más por una que por otra, querían, no, anhelaban, que aquel abrazo no terminara, pero las cosas pasan, quiérase o no. 

Y así fue como, poco a poco, y de una manera muy lenta, estos se separaban de aquel abrazo. Aun se sostenían, claro esta, el de cabellos marrones de los hombros de su contrario, aun intentando acercarse para poder esconder su cara en el cuello de su acompañante; y de una forma más contraria, el de cabellos azabaches también sujetaba los hombros de su contrario, más la diferencia venia en la parte de que el intentaba alejarlo para poder observar mejor las facciones de su contrario, cosa que no pudo y que quiso hacer cuando el de cabellos marrones entro en su departamento.

.

Minutos fueron los que pasaron mientras que el de cabellos azabaches examinaba detenidamente cada facción y detalle en la cara del peli-café, mientras le limpiaba con su dedo pulgar aquellas lagrimas que se apoderaban y tomaban el control tanto de los ojos y las mejillas del peli-café.

Cada uno lo percibió de una forma diferente, el peli-negro lo percibió como si solo pasaran segundos y no le prestaba atención a nada más que no fuera Aquino, tal y como si su mundo dependiera de observar y ver de forma minuciosa cada detalle que poseyera únicamente su acompañante. Por otra parte, el peli-café dejo de llorar, sus mejillas aun tenia las huellas de aquellas lagrimas que este había derramado con anterioridad, pero ahora estas eran opacadas por un rubor carmesí que se hacia presente en sus mejillas.

Si no fuera suficiente la vergüenza que de por si ya estaba pasando, permitiendo que alguien lo viera de una manera tan vulnerable, el de cabellos azabaches se había dado cuenta de aquel cambio repentino en sus facciones; así que de manera casi espontanea puso una de sus manos en la frente del castaño mientras dejaba reposar su otra mano en la mejilla de este.

Causando así que el rubor carmesí de su "amigo" se extendiera hasta su nariz. Y de manera casi automática pregunto:

Duxo: ¿Estas bien, Aquino? Estas rojo... quizás te estas enfermando por lo mojado que estas...

En su tono de voz se notaba mucho aquella preocupación por su amigo, y no solo en eso, ya que también, casi de inmediato, al terminar de pronunciar aquellas palabras, la expresión de su cara cambio a una pensativa e inquieta. 

Luego de mirar un minuto más al peli café, arrastro a este al interior de su departamento mientras le aseguraba que todo estaría bien.

------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

.-Tu rostro muestra mil poemas que reflejan tu belleza-.

Gotas de Lluvia | DuxinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora