-Capitulo 9-

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-.Cafetería.-

Día: Domingo

Lugar: Lima-Perú

Clima: Soleado


x-: Buenas días, bienvenidos a nuestra cafetería, ya tienen lista su orden?

Soltó en son de pregunta una linda joven de cabellos rubios, mientras sostenía una libreta en una mano y en la otra, un bolígrafo.

Duxo: Buenos días, yo quisiera un café con dos medialunas... Y tú, Aquino?


Aquino: Eh... Yo quiero un café...


x-: Nada más?


Pregunto dudosa aquella joven, recibiendo como respuesta un movimiento de cabeza en forma de negación por parte de el de cabellos castaños.


x-: Entiendo, su pedido llegará en breve, gracias.


Duxo: Gracias a usted.

Menciono el de cabellos azabaches, con una sonrisa en la cara, causando la presencia de un leve rubor carmesí en las mejillas de aquella joven, mientras se la devolvía amablemente y al mismo tiempo esta se volteaba para ya retirarse.

Y ahora, silencio, era lo que había entre aquellos dos "amigo", y no del cómodo.

[...]

Duxo: Estás seguro de que no quieres nada más, Aquino? Eso es muy poco.


Menciono Duxo, rompiendo aquel ambiente un tanto tenso entre ambos, preguntándole a su acompañante, quien ya se encontraba con la cabeza agachada, causando que el pelinegro pensara que la razón de su estado podría ser a que este pensará que no tendría el dinero suficiente para pagar algo.

Duxo: Aquino... si es por el dinero, no te preocupes, yo voy y puedo pagar todo, así qu-


Aquino: No es eso, solo... Me duele la cabeza, además, preferiría no comer mucho para no descuidar mi figura o algo así...

Ya con lo ultimo, el de ojos amatista había entendido la razón, decidiendo no tocar el tema, para no hacerlo sentir incomodo, por lo menos no más de lo que podría ya estar.

Duxo: Entiendo, entonces... luego de esto podemos ir a la farmacia por algo que te ayude a aliviar el dolor de cabeza.

Aquino: Si... Gracias.

Menciono el de cabellos cafés mientras levantaba su mirada y le sonreía, y el otro, le devolvía esta, causándose mutuamente un sonrojo, pero que ninguno de los sintió una necesidad de ocultar.

Un ambiente cómodo, donde se quedaron viendo un rato, sin decir nada, hasta que llego aquella mesera para dejarles sus pedidos en aquella mesa circular que estos ocupaban, y estos dejaron de hacer lo que estos estaban haciendo para agradecer y proceder a tomar lo que cada uno había pedido.

[...]


Ya había pasado un rato, ambos ya habían terminado de tomar cada uno su café, solo quedaba que Duxo terminara de comer sus medialunas y se podrían ir luego de pagar, pero ambos no se percataron de nada, y fue como si el tiempo se les congelara o como si nada existiera y ambos estuvieran en su propio mundo, encerrados en su propia burbuja...

 Tan enganchado podría estar alguien en una charla? Para ambos, la respuesta seria un si.

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.-Sin ti no soy nada-.




Gotas de Lluvia | DuxinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora