Introducción

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No, esta no es una historia de amor, no verás el final feliz donde los protagonistas se quedan juntos para siempre, la vida es así, hay personas que solo son momentáneas y aún así te dejan gran parte de su esencia contigo. 

No cariño, si tú estás buscando esas historias donde existe el "felices para siempre" no es aquí, pero si eres tú una de esas personas que sabe que la vida es como un paseo donde las personas solo te acompañan cierta parte de esta, eres bienvenido y bienvenida, seguramente vamos a enamorarnos, desenamorarnos, odiar a los protagonistas, llorar, y dejar ir. 

Esta es la historia de Adleth quien siempre ha creído en los finales felices, en lo amores que duran y perduran para siempre ante todos los pronósticos, la chica a la que un chico le sonríe y cree que "ese será su ser amado". 

y la historia de él, de un chico al que le han roto el corazón, quien no confía en nadie más que en si mismo, cuando lo conoció era un chico super tierno, dulce, un niño bien, sin vicios, la dulzura andante, y quizá ella era muy tonta entonces que no supo valorar lo que tenía entonces, o quizá solo no era su momento, ni lo fue un año después, ni tres, ni veinte años... la vida los puso como en un bucle donde se encontraban, se iban, se reencontraban, y se volvían a soltar. 

Su cabello negro, su piel blanca, sus labios delgados y esa cicatriz en la nariz que lo hacía tan especial, diferente, pero lindo a la vez. 

Su nombre: Yannick... 

Él era como baterías para ella, como magia a la vez, con su sonrisa iluminaba todo, pero a la vez, era como una pared enorme y fuerte, con un mural de colores oscuros pero digno de admirar que no podías derrumbar, que no podías sobrepasar, que era tan difícil de entender como podía ser tan fantástico y doloroso a la vez. 

ellos iban, venían, iban, venían, iban, venían... 

"por que siempre que se va regresa a mí" cantaba una canción y ella lo sentía tan real... tan efímero. 

Él era como un algodón de azúcar en su boca, dulce, pero efímero, una sensación que quieres volver a tener una y otra vez, aunque al final sea dañino para tu salud. 

Y si, esa soy yo, ¿enamorada del amor? de lo bonito que se sienten las mariposas en el estomago, de lo bien que se siente la oxitocina en mi cuerpo, de lo especial que me hace sentir su sonrisa. 

Aunque todo solo sea parte de mi imaginación, o parte del proceso de entender que la gente solo es momentánea. 

Esta no es una historia de amor, más bien es una historia de aprender a decir adiós. 

¡No es una historia de amor!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora