Capítulo 1

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Lo conocí tan solo cuando tenía 15 años ¿Qué podía saber acerca del amor? incluso ahora podría decir que es un tema del que parece desconozco, y podría hacer mil chistes acerca de esto, ya saben, el verdadero río para no llorar, pero cuando miro hacia atrás, y lo veo a él, una y otra vez en mi vida, no lo sé, no sé porque la vida se empeñó tanto en ponerlo tantas veces en ella, y eso siendo sinceros fue lo que más me ha costado entender desde que se fue... 

¡Ya sabes! la negación en la fase del duelo... ¿Pero si no iba a estar en mi vida por qué reapareció? porque veo hacia atrás y me parece que realmente habíamos después de años congeniado de una manera tan natural, tan bonita, que era difícil que él no viera eso. 

Recuerdo las sonrisas que me daba y ese tipo de cosas no son actuadas, sonríes de esa manera cuando te sientes bien, diferente, sobre todo él que aunque presumía de haber ganado un premio a la sonrisa más bonita, no era algo que por lo menos ahora, pudieras ver con facilidad. así que cuando lo hacía, para mi se iluminaba el mundo. 

Sé que en algún momento fui especial, pero por mas que quise demostrarle que yo le cuidaría y convencerme que él no estaba listo, la verdad era que, solo no estaba listo para mi. 

como les decía lo conocí cuando tenía 15 años, anduvimos un par de ocasiones más o hubo el intento de volver a acercarnos,  pero fue hasta hace un poco más de un año que él re apareció en mi vida, para ser exactos, 15 años después de conocernos, y también podría contarles como fue nuestro romance de adolescencia y como a cada rato volvíamos a aparecer en nuestra vida, pero realmente la verdadera historia es la "actual". 

Cuando después de un divorcio en el que sientes que diste todo de ti en una relación, cuando te esforzaste para ser pegamento, llega alguien a ser tu tabla de salvación; Ahí es donde entras a tu bandeja de entrada y aparece un mensaje de Yannick. 

—¿Qué te parece si salimos y nos ponemos al corriente con nuestras vidas? 

Acepto que al principio fue como un... por favor, no... recuerdo que las últimas veces no salió muy bien, también fue un... ya somos dos adultos, hemos crecido y madurado. 

—¡Está bien! 

Y es aquí donde comienza todo. 

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¿Qué haces cuando vas a ver a tu exnovio de hace quince años? te sientes como Elizabeth James en juego de gemelas cuando ve al papá de sus hijas después de tantos años; mientras mi cabeza decía -¡No tengo madurez suficiente para esto!; la otra parte era como... ¡Hey! solo es una salida, no va a pasar nada más, solo son un par de conocidos que hace muchos años sintieron algo por el otro y ya está ¡Eran unos niños!

Suena el celular, está afuera, tu estómago parece que quiere salir corriendo, respiras frente al espejo, tomas tu bolsa, tus llaves, lo ves desde su auto, sonríes, subes en el lado del copiloto y te transportas quince años antes porque sigue igual, si, claro se nota que han pasado años encima de nosotros, pero pareciera ser el niño que hace años conociste en una fiesta, sonríe de boca cerrada. 

—Hola —Saluda tranquilamente
—Hola —Le sonrío mientras detallo cada parte de su rostro que la luz de la calle me deja de alguna manera observar. 
—¿Estás lista? —Si hubiera sabido cuanto iba a doler dejarlo ir meses después, seguramente me hubiera bajado en ese momento del automóvil, pero esa es la magia de la vida probablemente, que te enseña lecciones donde menos las vemos. 
—Estoy lista. 
—¿Qué te parece si vamos a un bar? 
—Me parece muy bien. 
—Correcto. 

Nuestra plática parece fluir demasiado bien, platicamos acerca de nuestros trabajos, de como ha sido regresar al país, me cuenta que también se ha casado y divorciado, me cuesta creer que él siendo tan poco creyente de alguna religión se haya casado por la iglesia, un poco de nuestros matrimonios fallidos, de lo que ha sucedido en estos años que no hemos sabido el uno del otro, de los viajes que ha hecho alrededor del mundo, que si tenemos cicatrices en nuestras manos, él por que se rompió un espejo y yo lavando un vaso, cosas que son tontas, pero que nos hacen llevar una plática fluida, comemos, bebemos, sigo observando a ese ser que parece haberse detenido en el tiempo, quizá las ojeras mas pronunciadas un par de líneas de expresión, si, claro las cicatrices en sus dedos, pero él, él mismo que hace quince años dejé ir porque probablemente no me sentía lista de tener a alguien tan dulce, tierno y especial, muchos dicen que yo le rompí el corazón cuando éramos niños, es que él era así, super dulce, niño bien, tierno, trabajador, detallista, que buscaba cualquier pretexto para verme. 

—Sinceramente no busco nada ahorita —comenta mientras bebe de su cerveza —salgo con chicas de vez en cuando, pero no creas que es algo que hago habitualmente —sonrío. 
—Pero está bien ¿No? me refiero a que cuando sales de un matrimonio, no tienes ganas como de volver a encerrarte en una relación, me refiero a... no sé, no he salido con nadie desde mi divorcio, pero, igual no es como que busque a alguien, digo, supongo que en su momento cuando conozca a la "persona indicada" solo las cosas se darán naturalmente, sin necesidad de forzar nada. —él asiente. 

Las pláticas van y vienen, disfrutamos del momento y recordamos otros que aunque no pasamos juntos en algún momento nos enteramos por amigos en común, o por las redes sociales, me siento mucho más relajada y en confianza, me encanta ver como platica las cosas, como si no hubiera pasado ni un solo día de aquellos años, la tranquilidad que me da estar a su lado, y es extraño porque si me hubiesen preguntado años atrás que sería a uno de los ex con los que volvería a tener contacto me reiría mucho. 

Si, definitivamente no lo hubiera creído, podrían pasarme por la cabeza el nombre de muchos otros, incluso hasta el de mi ex esposo, pero el de él, hubiera dicho... No lo sé Rick, parece falso, pero ahí estábamos frente a frente después de quince años, pareciendo habituales, sintiéndonos en confianza o por lo menos yo, disfrutando de ver a alguien de mi pasado después de vivir 10 años fuera de mi país, me hacía sentir como en casa, tranquila, con las personas que dejé en un momento para ir a perseguir al que creía sería el amor de mi vida, mi "para siempre" de la misma manera sentía que él me entendía, porque estaba viviendo el mismo proceso, un divorcio, separarte de alguien a quien amaste con todas tus fuerzas, pero que en algún momento el amor no fue suficiente, si, obvio supe las razones de su divorcio, él supo las mías, sabíamos lo difícil que era el proceso, y lo mucho que nos estaba costando el duelo, y es que bueno él ya tenía camino recorrido respecto a ese tema, mientras que yo apenas estaba probando las mieles de la soltería, para mi el divorcio fue como haber estado debajo del agua por muchos años, y de pronto salir a tomar aire, en ese momento era liberación, darme cuenta que estaba a salvo y que estaba bien, era verme al espejo mientras me daba cuenta que volvía a estar si no en casa, lo más cerca de ellos, al final ese era mi trabajo, que mi nueva dinámica de vida se volviera eso, algo del día a día, que se sintiera bien y se sintiera correcto, que la decisión que había tomado estaba bien, y que aunque muchos creyeran que yo había sido la mala, la verdad es que yo solo había puesto límites sin embargo, y la verdad es que siempre he creído que el duelo del matrimonio lo había vivido dentro de él, era algo con lo que por lo menos los últimos dos años de casada ya venía trabajándolo conmigo misma, no miento si digo que el individuo en cuestión me hizo sentir como la mala cuando tomé la decisión de que nuestra relación terminara, de que probablemente muchos de sus amigos, de los cuales solo tienen su versión yo sea la mala mujer que no soportó (que la maltrataran) aunque obvio ellos no saben esa versión porque a final de cuentas, el lobo siempre será el malo cuando la caperucita cuente el cuento, y entonces Yan me hacía sentir en confianza, porque él entendía lo que yo estaba pasando, porque de todas las personas que yo podría tener alrededor, él era el que estaba pasando por un momento similar, y probablemente me hizo sentir que él podía ser un lugar seguro, un lugar al que yo podría recurrir si sentía que el duelo era demasiado para mi. 

—¿Te parece si nos volvemos a ver? —pregunta mientras me deja en casa y me abraza
—Claro, aquí tienes a una amiga. 






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