Una perdida y una nueva amistad.

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Era una noche lluviosa, se escuchaban las sirenas de los policías y el llanto de un niño no mayor de 10 años, era el pequeño kurta, de tan solo 6 años el pequpeño estaba sufriendo por la perdida de su familia, lágrimas brotaban de sus ojos, por sus mejillas hasta llegar a su menton y finalmente caer al húmedo suelo dónde se encontraba el pequeño kurta abrazando sus piernas, estaba escondido en un callejón con miedo.

Antes que el pequeño kurta se escondiera vió a un niño de aproximadamente 15 años de edad, tenía una capucha negra y una mascarilla la cuál tapaba la mitad de su rostro, solo tenía sus ojos destapados; pero en su frente se lograba apreciar una cruz, los ojos del asesino de su familia eran negros y fríos. Cuándo lo vió, él mató a su mejor amigo, Pairo, el pequeño Kurta vió como le quitó los ojos a su amigo, se asustó tanto que no pudo hacer nada más que correr a esconderse.

La policía llegó y registró la escena, no había rastro de ningún asesino, hasta que un chico de cabello negro alborotado y grandes ojos negros y brillantes, se le acercó al pequeño kurta
- ¡Hola! ¿Estás bien?
El pequeño kurta miró al niño con desconfianza y los ojos llorosos
- ¿Quién eres?
Habló con seriedad y la voz algo quebrada, a lo que el pelinegro respondió con una sonrisa
- ¡Me llamo Leorio! Pero... ¿Estás bien?
El pelinegro extendió su mano hacía el pequeño rubio en señal de que lo quería ayudar, el pequeño tomó la mano del pelinegro y se levantó con su ayuda
- Me llamo Kurapika.
El pelinegro miró con intriga al rubio
- ¿Tu nombre no es muy masculino para una chica?
El pequeño comenzó a enfadarse, ¿Una chica, él? Sin poder controlar su irá le pegó una bofetada al pelinegro en la mejilla y le pegó una patada en el estómago, el pelinegro se arrodilló en el suelo adolorido con sus manos en su estómago
- ¡¿Por qué hiciste eso?!
- ¡No soy una chica!
El pelinegro comenzó a reír, ¿En serio había reaccionado así solo por suponer que era una chica?
- Está bien Kurapika, pero no te enojes... ¡Oye! Seamos amigos.
El pequeño Kurta asintió con la cabeza algo enfadado.

Al cabo de unos minutos el pelinegro estaba yendo camino a su casa junto al pequeño kurta, se había dormido por lo que el pelinegro lo llevaba en su espalda.
no pesa mucho para tener 6 años...
Pensó Leorio mientras caminaba hacía su casa, había salido a jugar cuando escuchó las sirenas de los policías y fué hacía allí, donde se encontró a Kurapika. Ahora estab caminando hacia su hogar con el mismo niño que vió llorar hace menos de una hora.

¿No fue más que un sueño? - LeoPikaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora