Te extrañaré

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Kurapika estaba ya en el aeropuerto, ¿A dónde iría ahora? ¡No quería volver con Leorio! El rubio estaba indeciso y preocupado, hasta que supo a dónde iría, pidió el vuelo para ese mismo día y unas horas más tarde subió al avión, el vuelo era largo por lo que aprovechó para dormír, no había dormido casi nada por la noche y estaba cansado.
Pasaron las horas y Kurapika llegó a una ciudad, en la cuál tomaría un barco, buscó con indicaciones el muelle y subió al barco que iba camino a su destino, no pasó más de una hora hasta que el rubio llegó a isla ballena, bajó del barco y emprendió camino hacía una colina que en la cima tenía una casa, llegó allí y tocó la puerta, una mujer de cabellos anaranjados la recibió - ¡Kurapika! Cuánto tiempo, ¡pasa! -
- Hola Mito-san. - Kurapika entró a la casa luego de saludar, escuchó las escaleras y sintió que lo abrazaban con fuerza
- ¡Kurapika! - Era el pequeño pelinegro, Gon, Kurapika correspondió el abrazo
- Hola Gon.
- ¿Cómo estás Kurapika?
- Bien... - Mito pudo notar rápidamente la falsa respuesta de Kurapika
- Gon, ¿Qué te parece si me acompañas a preparar la cena?
- ¡Sí! - Gon fué corriendo a la cocina
- Kurapika, algo te sucede ¿Quieres hablar sobre eso?
- No gracias, Mito-san.
- Me cuentas en la cena. - Mito fué a la cocina y comenzó a preparar la cena con Gon, no había escapatoria, Mito sabía cuando alguien estaba mal, estaba obligado a contarle, por un lado eso lo aliviaba, no debería cargar con todo él solo.
La cena estaba lista, Kurapika, Gon y Mito se sentaron a la mesa para cenar, agradecieron la comida y comenzaron a cenar
- ¿A qué se viene tu visita?
- No quería molestar a Leorio, ¿Puedo quedarme aquí por un tiempo?
- Claro.
- ¿Vas a quedarte aquí? ¡Que bueno!
Exclamó Gon con emoción
- Cuéntame Kurapika, ¿Qué es lo que sucede?
- ...No me pasa nada Mito-san, estoy bien.
- Kurapika, puedo notar cuando te sucede algo, cuéntame.
- Bueno, desde hace ya unos años me comencé a sentir de una manera distinta con Leorio, cuando lo miro mis mejillas se ponen rojas y mi corazón se acelera, siempre que me abraza me siento axficiado pero no de mala manera, me gusta esa sensación al momento de abrazar a Leorio, pero inmediatamente siento como se acelera mi corazón... - Habló Kurapika, sus palabras se oían muy sinceras, claramente no quiso hablar de más.
- Kurapika, estás enamorado de Leorio ¿Cierto?
- Sí... - Asintió levemente con la cabeza mientras confirmaba con palabras, estaba algo apenado, todo lo que dijo anteriormente quería decírselo a Leorio pero no podía, no le salían las palabras y ahora que Leorio tenía novia sentía celos.
- ¿Es por eso que haz decidido mudarte aquí? - Preguntó Mito
- No, solo comencé a sentirme algo incómodo con Leorio, es todo, supongo. - Era claro que el rubio mentía sobre porqué estaba allí, pero no quería decir el verdadero porqué.
- Ya veo, puedo ayudarte con Leorio, claro, siempre y cuando él no tenga pareja. - ese era el obstáculo del rubio, ¡Maldita Emma! Debía hacer que se separaran, no, se estaría contradiciendo, no debía separar a Leorio y a Emma, desde lejos se notaba que ellos dos solo se amaban entre sí y a nadie más, además, no quería arruinar la felicidad de Emma y mucho menos la de Leorio. Pero si se trataba de la suya... No, él amaba a Leorio y si en verdad lo hacía debía dejar que fuera feliz aunque no sea con él.
Kurapika se quedó callado, lo que le dio a entender a Mito que Leorio si tenía pareja
- Ah... Entonces lo siento Kurapika, no podré ayudarte con Leorio.
Habló Mito con un tono desanimado al no poder ayudar a kurapika con Leorio
- No te preocupes Mito-san, de todos modos trataste de ayudarme.
El rubio respondió con total tranquilidad mientras miraba a la nada, Gon al igual que Mito estaba desanimado por no poder ayudar a Kurapika.

Leorio estaba bebiendo cerveza mientras Emma lo veía, a ella no le gustaba beber alcohol ya que decía que eso le podría hacer mal, así que solo estaba tomando jugo de manzana
- Emma, ¿Por qué no tomas aunque sea un poco?
- No gracias Leorio-san...
Emma solía hablar "formal" con Leorio, algo que le molestaba un poco
- Ya te lo dije Emma, no hacen falta las formalidades conmigo
Leorio sonrió para Emma, a ella le gustaba ver sonreír a Leorio y al igual que a ella, a Leorio le gustaba verla sonreír ¡Eran la "pareja perfecta" ante los ojos de Leorio y Emma! Sentian que esa relación no terminaría nunca y que "nadie los separaria" eran muy felices juntos, aunque había algo que siempre inquietaba a Leorio cuando estaba con Emma... Trataba de no tomarle mucha importancia a "eso que le inquietaba" despues de todo, estaba con "la mujer que amaba", aunque estaba preocupado por su amigo, su tan repentina ida lo preocupó bastante, ya que ni siquiera sabía hacia donde había ido, solo le quedaba la duda, nunca se le ocurrió preguntarle a Mito si lo había visto o si a ella le había dicho hacia donde iría, apenas había pasado una semana desde la partida del rubio, pero Leorio ya lo extrañaba bastante.

El pelinegro estaba paseando por el hospital, ya había atendido a los pacientes que le asignaron y estaba esperando a que llegara más gente para que pudiera trabajar, de pronto vió a una figura familiar entrar al hospital, pero no podía recordar quién era el hombre que estaba ingresando al hospital, se fijó en su vestimenta y apariencia, llevaba un traje elegante, unas vendas en la frente y el cabello desordenado, vió como se dirigía a la recepción, se acercó y comenzó a platicar con el recepcionista de a lado para escuchar su conversación.
- Disculpe, ¿Se encuentra alguien con el apellido "Kurta" aquí?
- Ah... Lo lamento, la última vez que alguien con ese apellido estuvo aquí fué hace dos semanas.
- ¿Usted sabe a donde fué?
- Lo lamento joven, no lo sé.
- Gracias de todos modos.
El hombre trajeado salió del hospital, no le tomó mucho tiempo a Leorio recordar quién era ese hombre, lo había visto hace 11 años en el mismo callejón dónde encontró a Kurapika, una gran preocupación invadió su mente ¡Kurapika estaría en peligro si ese hombre lo encontraba!, Leorio quería llamar a Kurapika por teléfono, pero mo se le permitía hacer llamadas en horas de trabajo, lo que le preocupaba aún más, Kurapika tampoco respondía el teléfono, él lo conocía muy bien y Kurapika se pasaba la mayor parte del tiempo leyendo y con el teléfono apagado para que las llamadas no lo interrumpieran mientras leía. Pasaron las horas y al finalizar su trabajo Leorio salió del hospital y rápidamente tomó su celular para llamar a Kurapika, como era de esperarse y obvio para el pelinegro, Kurapika no contestó el teléfono, siguió insistiendo e insistiendo pero no contestaba, como última opción decidió llamar a Mito, la cuál contesto de inmediato
- ¡Hola Leorio!
- ¡Hola Mito-san!
- ¿Como haz estado?
- ¡Bien! Pero hay algo que me preocupa...
- ¿El qué?
- ¿Recuerdas que te contamos sobre el hombre que mató a la familia de Kurapika?
- Sí ¿Por qué?
- Hoy lo ví en el hospital, estaba preguntando por Kurapika... Hay que mantenerlo a salvo, porfavor Mito-san, dile lo que sucede.
- Está bien Leorio, de inmediato le informo, tú solo quédate tranquilo ¿Sí?
- Está bien...
Leorio ya estaba alterado, necesitaba mantener a salvo a su amigo, y por la llamada que hizo, ya sabía donde se encontraba el rubio, rápidamente fué a su casa y comenzó a empacar unas cosas, Emma asustada se asomó por la puerta
- ¿Leorio? ¿Sucede algo?
Habló con preocupación y un tono bajo la chica
- ¿Recuerdas a Kurapika? Debo salvarlo, no lo detuve cuando se fué y ahora debe estar en peligro.
Leorio habló con mucha seguridad mientras ordenaba ropa para echarla en la maleta
- ¿Pero me dejarás sola?...
Preguntó Emma muy preocupada, en verdad no quería que Leorio se fuera y mucho menos con Kurapika, ahora que por fin se había desecho de el, Leorio era el que lo iba a buscar
- Si no ordenas una maleta supongo que sí.
Emma al escuchar las palabras de Leorio no pudo evitar enfurecerse, salió de la habitación con los brazos cruzados
- Está bien, no sé que es tan importante para tener que "salvarlo", pero ve solo y "salva a tu amigo".
Leorio notó el enojo de Emma
- Emma, lamento decirte que también debes ordenae tus cosas.
El corazón de Emma de aceleró de preocupación
- ¡¿Por qué?! Te dije que no iré.
Leorio dejó de guardar cosas en su maleta.
- Emma.
- ¿Sí?
Leorio se acercó a Emma con una expresión seria en su rostro, estaba enojado, Emma esperaba que Leorio le diera un beso para despedirse o que le diría que se arrepentía de querer "salvar a su 'amigo'"
- Me cuesta decirlo... supongo que deberíamos romper.
- ¡¿Por qué?!
- Todo este tiempo me has estado usando ¿No?
Leorio miró a Emma decepcionado y triste, él había visto a Emma estar saliendo con otro chico, por lo que se dió cuenta que se estaba aprovechando de él
- ¿Que esperas?
Emma fué a la habitación y comenzó a echar todas sus cosas en una maleta, sus celos habían llevado a eso.

¿No fue más que un sueño? - LeoPikaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora