—Lucerys, tranquilo. No te va a pasar nada.El niño no parecía para nada convencido. Seguía escondido detrás de su tía, aferrado a su capa negra. Jace, por su parte, miraba con asombro a la gran bestia de escamas negras. Morghon dirigió una rápida mirada a su jinete, agachándose para que se subiera a su lomo.
—Umbas —espera, le pidió la princesa, señalándole que se estuviese quieto. No quería asustar más a su sobrino—. Lucerys, sal. No te va hacer nada. Morghon es un buen chico. Sȳz zaldrīzes. —buen dragón.
—Sȳz zaldrīzes —repitió Luke, saliendo de detrás de su tía.
—¿Qué significa Morghon? —cuestionó Jace.
—Muerte —contestó Daenerys con normalidad. Luke volvió a esconderse tras su espalda—. Lucerys.
Despegó a su sobrino de su agarre, poniéndolo frente a ella. Se agachó a su altura y le sujetó por el hombro.
—Siempre y cuando esté contigo, no debes temer nunca a nada. ¿De acuerdo? Yo te protejo.
Lucerys la miró y asintió, juntando su frente con la de ella. Daenerys sonrió. El pequeño Lucerys se estaba convirtiendo rápidamente en su tierna debilidad.
—¿Y a mí? —cuestionó Jace acercándose, celoso de la atención que estaba acaparando su hermano. De normal él era uno de los que mimaba al niño, pero su tía acababa de llegar a sus vidas, él también quería recibir algo de su atención y cariño.
—Nunca os pasará nada a ninguno mientras yo esté —le rodeó por la cintura, atrayéndole hacia ella, y juntó sus frentes—. Eso es una promesa.
Se puso de pie y miró a su dragón.
—¿Sabéis como se llama a las bestias?
—Māzis —ven, respondió Jace.
—Muy bien. Dilo más alto. Llama a Morghon.
—¡Māzīs, Morghon!
La bestia miró a su jinete, quien asintió. Se acercó a los pequeños humanos, agachando la cabeza. Su hocico era enorme. Todo él era enorme. En esos dieciséis años tras eclosionar del huevo, había crecido a un ritmo más rápido de lo habitual. Seguramente ya sería más grande que la mayoría de los dragones que había en Desembarco. Quizás casi tanto como Meleys la Reina Roja. Los cuernos de su cabeza y de la columna eran de un intenso y oscuro rojo, solo destacable del resto de escamas negras si le daba el sol directamente, y tenía un ojo de cada color, uno era un ardiente pozo rojo, mientras que el otro parecía un gran pedazo de oro macizo.
Daenerys tomó las manos de sus sobrinos y las acercó al dragón. Primero las olisqueó y finalmente juntó su piel con las palmas, en señal de aprobación. Jace sonrió, acariciando las rugosas pero suaves escamas. Luke le observó con asombro y aún algo de terror. Aquel dragón le generaba mucho respeto.
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Sangre y ceniza ✨aemond✨
FanfictionDaenerys nació el mismo día en el que la casa Targaryen fue condenada a su lenta destrucción. Con su nacimiento, la Reina Aemma perdió la vida, y el Rey Viserys I perdió su razón de ser, su amor verdadero y su único hijo varón. Tras los trágicos suc...