Daenerys nació el mismo día en el que la casa Targaryen fue condenada a su lenta destrucción. Con su nacimiento, la Reina Aemma perdió la vida, y el Rey Viserys I perdió su razón de ser, su amor verdadero y su único hijo varón. Tras los trágicos suc...
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Tras el conflicto entre Aemond y sus sobrinos, que Daenerys pronto descubrió se había desatado después de que el príncipe se vinculase con Vhagar, siendo ahora su jinete, la familia decidió volver a separar sus caminos. Pero parecía que las tragedias querían seguir golpeando a la sangre Valyria. A la mañana siguiente, Laenor Velaryon había sido hallado muerto en sus aposentos, calcinado por las llamas. Rhaenyra parecía extrañamente calmada ante aquellas circunstancias.
Se suponía que Daemon y las niñas serían los que volverían a Rocadragón aquel día, pero Rhaenyra y sus hijos les habían acompañado al partir de Marcaderiva.
—Vamos a casarnos —informó Rhaenyra a los niños cuando llegaron a su hogar.
—¿Qué? —cuestionó Daenerys, con sorpresa.
—Daemon y yo nos casaremos esta tarde como marca la costumbre de la Antigua Valyria. Queremos que seáis nuestros testigos.
Desde hacía un tiempo Daenerys había sospechado de que la relación entre su hermana y su tío iba más allá de lo fraternal. Nunca había querido indagar en el tema, por el bien de su madre, pero ahora que ni ella ni Ser Leanor estaban, el camino había quedado despejado. Eso despertó sentimientos confusos en su interior. Su madre acababa de morir, y ella amaba a Daemon. Era extraño ver lo poco que tardaba en reemplazarla. Pero, por otro lado, aquello uniría más a la familia. La familia que siempre deseó. Su hermana estaría siempre con ella, y Jacaerys, Lucerys y el pequeño Joffrey serían como sus hermanos.
Así que no dijo nada. Simplemente asintió, con un pequeño nudo en el estómago que no terminaba de comprender.
La boda fue celebrada en Montedragón, con los hijos de ambos como testigos. Rhaenyra llevaba puesto un casco tradicional Valyrio, y los dos vestían las túnicas maritales tradicionales de Valyria, color crema en su mayoría con unos matices rojos en los hombros, mangas y bajos de las capas.
Siguiendo la antigua costumbre Valyria, tanto la novia como el novio se cortarían los labios con una fina hoja de vidriagón. La primera fue Rhaenyra, a quien Daemon realizó el corte, para después dibujar un símbolo de sangre fresca en su frente. La princesa le imitó, siguiendo con el ritual. Con la daga de vidriagón, Daemon procedió a cortar la palma de su mano, haciendo lo mismo a su futura esposa, para que su sangre pudiera mezclarse; uno de los septones de la Casa Targaryen según la costumbre. De esta forma pactaban seguir con el linaje de sangre pura Valyria. El pacto fue sellado con los votos de los novios.
"Una sola carne, un solo corazón, una sola alma, ahora y para siempre".
Aquella frase quedó grabada en la mente de Daenerys.
—Baela y Rhaena volverán a Marcaderiva. Tu abuela desea criarlas en su hogar. Dice que también eres bienvenida si así lo deseas.
Daenerys observó a Daemon, sentada junto a Morghon en la ladera de la colina.
