Daenerys nació el mismo día en el que la casa Targaryen fue condenada a su lenta destrucción. Con su nacimiento, la Reina Aemma perdió la vida, y el Rey Viserys I perdió su razón de ser, su amor verdadero y su único hijo varón. Tras los trágicos suc...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Baela y Rhaena se quedaron en sus aposentos una vez llevaron a Daenerys a descansar tras las curas. Seguía inconsciente cuando la dejaron en la cama, impregnada en sudor. Una doncella se encargaba de mantenerla seca y limpia mientras uno de los Maestres permanecía en la estancia, asegurándose de que su condición evolucionaba favorablemente. Por el momento así parecía ser.
—Está algo febril —comentó el erudito a los adultos, en el salón principal—, pero es algo normal dada la situación. Esperamos que vaya bajando entrada la noche.
—¿Estáis seguros? —cuestionó Daemon, sentado en uno de los sillones, sintiéndose agotado.
—No hay nada seguro en su totalidad, mi Príncipe. Pero tenemos buenas expectativas —el príncipe asintió—. Les iremos informando conforme avance el día.
Se despidió de los presentes con una ligera reverencia de cabeza, antes de abandonar el salón.
—Me gustaría saber qué cojones es lo que ha pasado exactamente —espetó Daemon, levantándose del sillón para mirar a Criston Cole.
—Sí, a mi también me gustaría saberlo —concordó Rhaenys, cruzándose de brazos.
—¿Y bien? —le apremió Daemon.
Cole dirigió una mirada rápida a la Reina, quien se veía tensa, temiéndose lo peor. Si se descubría que Aemond había sido el culpable de lo sucedido se iba a armar una buena.
—No estoy seguro —respondió Cole.
—¿Cómo que no estáis seguro? —cuestionó Rhaenyra, acercándose al caballero— Vos la llevasteis a la sala de curas. Estabais ahí cuando ocurrió, ¿cierto?
—No lo vi bien.
—¿Y qué estabais haciendo para no verlo bien, Ser Criston? —cuestionó el Rey. Todos se giraron a verle. No había vuelto a mediar palabra desde que vio a Daenerys gritando en la mesa de la sala de curas— Es vuestra obligación cuidar y proteger a los príncipes y princesas de esta casa, así que, ¿¡como demonios es posible que no lo viera bien!?
—Está mintiendo —se enfrentó Daemon, acercándose al hombre de forma amenazante. Cole no se achantó, ni cuando tuvo el aliento del Príncipe Canalla en todo el rostro—. Como no me digas qué cojones es lo que ha pasado voy a arrancarte la cabeza.
—Daemon —le advirtió su hermano.
—¡No me vengas con Daemon! Daenerys podría haber muerto, y este mal nacido sabe lo que ha pasado.
—Si Ser Criston asegura que no lo vio no hay motivos para desconfiar de su palabra —le defendió Alicent.
Rhaenyra bufó sin gracia. Ya estaba tardando en soltar algo en defensa de Cole. Si Alicent le apoyaba seguramente estuviesen protegiendo a alguien de los suyos. O quizás al mismo Cole. Como ese hijo de puta le hubiese puesto las manos encima a su hermana se iba a asegurar de ensartarle con lo primero que pillase en ese salón. Algo que debería haber hecho hace tiempo.
