Capítulo 18

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—¿Y si mejor faltamos? —Kai asintió repetidas veces mientras se acurrucaba más contra el pecho de Soobin, hizo un puchero, y suspiró, hundiéndose más en la hendidura de su cuello y hombro.

Ayer vieron una película, jugaron juegos de mesa y, puede que se hayan besado repetidas veces a escondidas (que realmente Bahiyyih vio todo) y no le aclararon que en realidad no eran novios, por lo que la hermana menor se alegró que su hermano por fin haya conseguido a alguien realmente bueno.

Veía cómo Soobin era realmente atento con el, la forma en la que lo veía y en una que entró a la habitación de este, la forma en la que lo abrazaba, estaba seguro.

A Soobin realmente le gustaba Kai, y le gustaba saber eso.

Esa noche durmió cómodo al igual que su hermana y su supuesta pareja, que estaba igual de feliz que todos.
Abrazar al pelinegro, inhalar su olor a sandía, y sentirlo hundirse en su pecho y hombro, realmente le encantaba.

Ahora que estaba más seguro, pudo dormir, abrazándolo suavemente por su cintura, haciendo al mayor suspirar.

El lo había dicho varias veces, estaba demasiado acostumbrado a la dirty talk y al trato agresivo, que cuando tenía al menor tratándolo suavemente, quería eso, sólo quería su trato. Esa pequeña fantasía en la que quería que quería que Soobin lo tratara de forma despectiva ya no quería que pasara, para nada.

Veía el rostro del menor, y sonrió. Soobin jamás se atrevería a hacer eso, aunque algunas veces soltaba palabras rudas como polla y follar, no, nunca y jamás se atrevería a decirle algún apodo rudo. Y bueno, eso le estaba gustando, demasiado.

Sus dedos comenzaron a acariciar la nariz de Soobin, sus labios, sus mejillas, y sonrió, sintiendo cómo su corazón comenzaba a latir. Gruñó, pero rió, volviendo a acostarse en su pecho.

・・・

—¿Qué haces? —Se apoyó en la barrita mientras pasaba, Hueningkai alzó sus hombros, mostró el sartén y el otro asintió, bostezando.

—¿Dormiste bien? —El sentir las manos de Soobin en su cintura, su nariz en su hombro, y un abrazo. Deja un beso en su nuca y sonríe, haciendo a Kai suspirar y apoyarse contra el, riendo. —Eso me parece que sí.

—Sí, dormí muy bien, ¿Y tú?

—Dormí muy bien, a decir verdad. —La mejilla del otro en su hombro, sus labios en su cuello, y ríe.

—También, ya lo dije, dormí demasiado bien, hueles a sandía, ¿Crema?

—Sí, y también shampoo. —Soobin asintió, adivinando la fruta favorita del otro, pero sólo se acurrucó en su hombro. —¿La pijama te quedó bien?

—Muy cómoda, huele muy bien, como tú... ehm... ¿Y tu hermana? —Un carraspeo y el rubio saltó, gritando, separándose del pelinegro.

—Buenos días.

Pasó deslizándose sobre la barrita, tomando una fruta, y tira su corbata a la sala, riendo. Hueningkai notó que su hermana tenía el uniforme puesto, y ladeó la cabeza.

—¿Y eso? Y no te deslices sobre la barrita, Bahiyyih.

—¿El uniforme? Ah, es sólo que pensé que íbamos a la escuela pero cuando fui a levantarlos estaban abrazados y muy dormidos, no quise hacerlo, así que me puse a jugar videojuegos, no me vieron en la sala porque acabo de ir al baño, la pizza me hizo algo, ¿A ustedes?

Hueningkai lo ve, lo ve usar su celular muy divertido, y se le lanza, tratando de agarrarlo.

—¡Eh, Kai, espera-

—¡¿Qué foto tomaste desagraciado?! —Soobin trató de tomar de la cintura a Kai y éste sólo salta varias veces, pero al verla reír, a Bahiyyih también hacerlo, sabe que están jugando.

Sólo se apoya en la barrita viendo cómo el mayor lo tacklea al piso y embarra su cabeza en él, tomando su celular, viendo la foto. Se lo pasó al rubio, que al ver la foto se sonroja.

Era una foto de Hueningkai dormido en su pecho, abrazado a el, y el mismo abrazándolo por la cintura. Su rostro se sonroja, parece una cereza, y voltea a ver al mayor, que le está jalando el pelo a su hermana. Lo separa, por fin.

Preguntándose por qué los dos estaban riendo.

Le cede el celular al otro, que sólo se recuesta en su pecho mientras respira pesado, y lo abraza, riendo de nuevo.

—El desayuno está listo, ¿Quieres desayunar, cariño? —y eso mata a Soobin, que asiente débil mientras se acerca y lo besa, sin pensar en que la hermana del pelinegro los está viendo.

Sus labios se encuentran, y es Soobin, sigue siendo Soobin, por lo que sólo le da un piquito, se separa, y camina por un plato para agarrar una tostada y comer apoyado en la barrita, evitando a los dos hermanos.

Y Huening entiende, entiende que sigue siendo Soobin aunque hayan pasado por lo que hayan pasado hace fines de semana. Sonríe, se acerca a el y besa su mejilla, haciendo que se ahogue un poco.

—Bueno, Bahiyyih, dormirás en la sala, porque, cada fin de semana o me quedo con Soobin o el se queda conmigo, si quie-

—¿El próximo sábado podemos ir al departamento de Bin? Es sólo que me ilusionaste con los Mechas, Kai.

Y el otro asiente, riendo, viendo al rubio que devora su desayuno con un sonrojo, cejas alzadas y sus mejillas abultadas, haciéndolo ver demasiado tierno ante sus ojos.

Bueno, sí. Le gustaba todo de Soobin, desde pies, sus maravillosas 8 u 9 pulgadas, su lindo rostro, sus actitudes, y ahora, hasta estas pequeñas maravillas que el sólo veía.

Se atrevió a limpiar algo que cayó en sus labios, le sonrió, y volvió a besarle, haciendo al rubio gemir de sorpresa.

Bueno, sí, eso le gustó. Y admitió que le estaba gustando todo lo que le estaba mostrando al rubio.

 Y admitió que le estaba gustando todo lo que le estaba mostrando al rubio

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𝐼𝑐𝑒 𝐶𝑟𝑒𝑎𝑚 - 𝑆𝑜𝑜𝑘𝑎𝑖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora