—No pensé que podría comer tanta pizza. —Soobin se tiró en la cama, riendo, y después sintió a Hueningkai acostarse a su lado, viéndolo.
Sí, el día había llegado. El mayor se acercó a besarlo y después suspiró, apoyándose en el pecho del otro. Hizo un puchero.
—Me iré a bañar, sólo me enjuagaré el cuerpo. —Soobin asintió nervioso mientras dejaba ir al pelinegro al baño, y el suspiró nervioso. Cerró sus ojos, respiró dos veces, y después vio sus figuras en el estante, parpadeando varias veces.
¿Las debería esconder? No sabía si Kai se iba a sentir inseguro si los funkos de DeadPool los veía fijo, si ese peluche, o todo, en su habitación. Tragó saliva nervioso mientras carraspeaba, mentalizándose.
Sabía lo que iban a hacer, así que sólo respiró, exhaló, y vio la puerta del baño, donde había salido Hueningkai envuelto en una toalla. No era una imagen sana para el, porque aunque ya tenía cierta y pequeña experiencia, el cuerpo de Kai, dios.
Abrió su boca ante la pequeña cintura, que se notaba por la apretada toalla, sus pezones, la forma en que la toalla dejaba ver el cuerpo del otro, ese cuerpo. Pero también su rostro, uno sonriente, lindo, esas mejillas, y dios, volvió a bajar a esos muslos. Definitivamente, quería que esos muslos lo asfixiaran.
Se levantó, carraspeando nervioso, y se acercó a el, temblando un poco. Volvió a respirar.
—¿Te sientes bien?
—Me siento perfecto, Soobin. —y también amado. La manera en que el menor lo miró sólo con una toalla en su cuerpo lo hizo sentir admirado, amado, apreciado. Hueningkai acunó su mejilla mientras se acercaba a besarlo, sintiendo los tímidos labios del otro corresponderlo.
Dejó su capa tímida, para volver a su naturaleza dominante. El mismo Soobin, ese que se sonrojó apenas al verlo, lo tumbó en la cama mientras deshacía el nudo de la toalla que cubría su cuerpo, y apenas la abrió, tragó saliva.
Podría hacer todo un libro de la maravilla de cuerpo que tiene Hueningkai, esa piel suave, pálida, aterciopelada que se dejaba moldear cuando lo apretaba, como lo hacía en ese momento con su cintura. Se acercó a besar su vientre, dejando un beso húmedo, y después comenzó a bajar poco a poco hasta su centro.
No iba a mentir, Hueningkai estaba más humedo que Jesús bautizado en el Río Jordán, la humedad de su entrada haría un río que varios podrían nadar, que iba a combatir la sed del mundo e iba a eliminar la sequía de Doncaster. Y justo, que Soobin le esté haciendo el mejor oral de su vida, no ayudaba mucho a hacerlo seco.
Si la primera vez lo hizo excelente, ahora con práctica, Hueningkai enredó sus piernas en la cabeza de Soobin y comenzó a gemir un poco más fuerte, casi felicitándolo por el excelente trabajo que le estaba haciendo porque de verdad, esa lengua, estaba bendecida.
La forma en la que acariciaba de una forma tersa, pero después suave, cómo lo chupaba, cómo, podía chupar casi todos sus fluidos. Esa boca hacía maravillas, demasiado.
Más caricias que aumentaban el calor, cómo sentía que poco a poco le faltaba el aire y se le apretaba el vientre, y justo, esa lengua que comenzaron a acariciar su polla fue lo que lo hicieron gemir más alto, alzar su pecho, y dar pequeñas convulsiones mientras sus manos apretaban la cobija de una forma fuerte.
Había sido delicioso, exquisito, todo lo del mundo, de verdad, ese chico que ahora le sonreía tierna mientras acariciaba su cintura, le había dado ese orgasmo tan fuerte que se sintió levantar de la cama por un rato al recibirlo. Le sonrió, acariciando su cabeza.
—Te amo mucho, Binnie. —el otro se acercó a besarlo, y sintiendo su propio sabor en su boca, lo abrió más, comenzando a dejar que sus lenguas se acaricien al mismo tiempo que sus pieles.
Oh, si, su piel, esos centímetros ahora se estaban frotando contra su polla y estaba gimiendo, como si para entrar tuviera que sufrir un infierno.
Cuando el verdadero infierno era que aún no lo había metido, que todavía no lo estaba sintiendo.
Se separó un poco para verlo a los ojos, después de quitarle su camisa, para besar sus pezones de forma suave, haciendo al rizado gemir. Después habló.
—Lo voy a meter, ¿está bien? —Kai asintió repetidas veces, pero el otro lo vio. —Necesito que me lo digas, Hyuka.
El otro sólo sonrió. —Puedes meterlo, Binnie. —dijo, abriendo más sus piernas, pero no hubo necesidad porque el rubio ya las había separado, estaba apretando sus muslo y antes de entrar, llevó una pierna a su hombro, donde comenzó a lamer esa piel, besar.
El pelinegro se sonrojó, sonriendo, pero el sentir cómo poco a poco Soobin iba entrando, achicó un ojo. Esa polla, la que tenía dentro, era un 10 de 10. Hueningkai mordió su labio pero falló al sentir que la otra metió todo de una, y dios, era todo, era todo lo que quería, lo que había pedido y lo que deseaba, al chico y a su carga.
Las venas, palpitante, cálido, grueso, grande, que ocupaba espacio y podía apretarlo entre sus paredes, haciendo al rubio gemir por el movimiento del otro. Sí, era excelente, para ambos.
Porque Soobin llevó su cabeza atrás, cerrando sus ojos y respirando con fuerza para aguantar más... no era tan fuerte, no era el soldado más fuerte de Dios, esas paredes cálidas, húmedas que la recibían eran demasiado, Hueningkai era demasiado para el, pero ahí estaba. Soobin sólo lo miró fijo, acercándose. Carraspeó, tembló un poco, pero después habló, un poco seguro.
Beomgyu dijo, estaba a pleno Kai, iba serio con el, y habían pasado mucho tiempo ya juntos, de esa forma. Pero sintió que volvió a temblar a ver al otro a los ojos, tan preocupado. El mayor se acercó a el.
—Binnie, amor, sabes que si no te sientes cómodo podemos-
—Hyuka, ¿Quieres ser mi novio? —ahora el mayor abrió su boca, arqueó sus cejas, y sin dudarlo ningún segundo se acercó a besar a al otro, riendo.
—Claro que sí, Binnie, si quiero, obvio que quiero, yo- —fue interrumpido por un beso, uno lindo. Unos brazos se entrelazaron en la nuca del menor, besos en su mejilla, y este suspiró, aliviado. Ahora el llevó sus labios a su frente, sonrió, pero volvió a tumbar al mayor en la cama.
Ahora, venía la buena parte. Hueningkai relamió sus labios al saber eso, así que sólo entrelazó sus piernas en la cintura del menor.
—Ahora fóllame, que tanto tú y yo hemos esperado esto por tanto tiempo... —el otro relamió sus labios, asintiendo, y Kai se echó de nuevo, arqueando su espalda al sentir suaves estocadas.
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𝐼𝑐𝑒 𝐶𝑟𝑒𝑎𝑚 - 𝑆𝑜𝑜𝑘𝑎𝑖
Fanfiction❝ Porque Hueningkai todos los viernes come un helado de manera demasiado sugestiva. Porque Soobin no puede dejar de pensar que ese helado podría ser otra cosa en la boca de su amigo. ❞ ♡ Sookai ♡ Esta es una adaptación créditos a @markfrogs ♡ Portad...