Chapter 1 _

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Rayos de sol y el viento chocando con la ventana anunciaban un nuevo día, un niño de cabellos verdes descansaba tranquilamente en su cama mientras abrazaba su peluche favorito.

Por la puerta de madera, entró una mujer, la cual se acercó a su hijo para despertarlo, usando un dulce tono, totalmente maternal, esperando no levantarlo bruscamente. Hoy era el primer día de escuela de su pequeño Izuku, y quería que fuese lindo, le haría incluso su desayuno favorito para desearle toda la suerte en su día.

- Izuku... Izuku cariño despierta, es momento de alistarse para ir a la escuela.

El pecoso comenzó a abrir lentamente los ojos y a parpadear para acostumbrarse a la luz que entraba a su habitación, sus verdosos ojos se encontraron con los de su madre e inmediatamente sonrió cuando la mayor lo rodeo en un abrazo.

- Buenos días Izuku - Acaricio su cabello - Ve a bañarte, voy a hacer panqueques con arándanos - Aviso mientras salía del cuarto -.

Por obvias razones el menor no se iba a negar a su desayuno favorito, entonces con mucha más energía se levantó de su cama y corrió a bañarse, casi se resbala por lo que río nerviosamente. Una vez listo se dirigió a desayunar bajando su mochila también en el proceso.

La familia Midoriya (Izuku y su madre) habían tenido que mudarse, debido a que en donde vivian se estaban presentando muchos problemas, y ya la cantidad de dinero de solo una persona no era suficiente, sobre todo cuando el padre del niño había desaparecido del mapa y no volvió a cumplir con al menos la obligación de dar un pequeño sustento.

Inko no se iba a rendir por nada del mundo, solo por ese idiota, debía de darle lo mejor de lo mejor a su hijo, no iba a negarse a ninguna buena oportunidad para ambos jamás. Por eso este era el primer día de Izuku en una nueva escuela, y su madre no podía evitar sonreír al ver como los ojitos de su hijo brillaban de alegría de tan solo pensar en poder tener nuevos amigos, tampoco se preocupaba mucho, pues el pecoso siempre había demostrado una gran inteligencia y facilidad para aprender nuevas cosas.

- Aquí tienes, panqueques con arándanos y crema de avellanas junto a un delicioso vaso de leche, y no se me olvida, un bento especial para tu primer día de clase.

- Mamá... ¡Muchas gracias! En serio, prometo ser un buen estudiante, para poder darte muchas cosas tal y como tu lo haces ahora.

Admitió feliz mientras abría sus brazos lado a lado, Inko quiso llorar, pero se aguanto, era realmente afortunada de tener a un chico tan bueno, y esperaba que a él solo llegase lo mejor de lo mejor.

- Yo soy ya muy feliz solo por tenerte aquí Izuku - Lo abrazo empalagosamente, lo cual el niño medio rechazo por algo de pena, pero que igual le gustaba - Ahora come, no queremos que llegues tarde.

No tardo mucho en terminar de comer y luego cepillar sus dientes, ya que como cualquier niño hiperactivo después de decirle algo genial, no podía aguantar a que ya sucediera, salieron de casa y como la escuela no estaba tan lejos, solo les tomo 7 minutos llegar caminando. Al ver lo grande de la nombrada Izuku se asusto un poco y se aferro a la pierna de su madre, la peliverde se agachó frente a el para consolarlo un poco.

- ¿Todo esta bien?

- Tengo miedo mamá... Es mu-muy... Grande.

- Cariño, te prometo que poco a poco te acostumbraras y si necesitas algo, puedes decírselo a tus maestros, todo va a estar bien.

- Está bien mamá... Gracias - Sus nervios aun seguían ahí, pero ya no eran tan fuertes como los de antes, le agradecía a su madre por eso -.

- No hay de que hijo, ya sabes que puedes contarme lo que sea, ¡que te vaya bien!

Caminó con una medio sonrisa hacia dentro de la institución y vio como su madre se despedía de él con un movimiento de mano, respiro profundamente para calmarse y finalmente desapareció de la vista de la mayor. El Midoriya caminaba en busca de su salón ("Primaria 3-B"). Finalmente decidió preguntarle a uno de los encargados de la seguridad y pudo encontrarlo, ya habían varios chicos ahí entonces entró... Rápidamente se volvió el centro de atención por lo que trago su saliva y camino hasta un asiento libre. Todos parecían murmurar algo cuando se sentó, pero no entendía que era ya que estaba muy concentrado en sus pensamientos.

- Oh no ahí viene el...

- Pobre chico, casi siento pena por el, pero tuvo que elegir justo ese asiento.

Eso era lo último que había logrado escuchar antes de recibir un gran golpe al impactar junto a él piso, se quejo de dolor y rápidamente miro quien había hecho eso.

- ¿Qué haces en mi lugar, ah?

- Yo... Lo, lo lamento no sabia que...

- Lárgate, no quiero escuchar tus lamentos.

Eso le había parecido demasiado grosero, quería defenderse al respecto, pero se sentía muy intimidado por el chico contrario, no tuvo más remedio que sentarse detrás mientras escuchaba algunas risas y sentía varias miradas que lo hacían sentirse muy mal.

Momentos después la docente llegó sacándolo de su miseria, puesto a que lo había metido en otra al decirle que tenía que presentarse.

- Buenos días chicos, hoy llego un alumno nuevo, entonces... Queremos conocerlo, por favor cariño, preséntate.

- Bu-bueno... Hola a todos... Yo soy Midoriya Izuku, espero poder llevarme bien con ustedes - Se reverencio y sonrió -

- Es un gusto Izuku, espero que te sientas bien en este salón, pasa a tu asiento por favor.

Mientras caminaba a su lugar sintió como un pie se entrometia en su camino y su rostro casi impactaba completamente con el suelo, a su alrededor comenzaron a reír todos los alumnos, y el sentía como pequeñas lágrimas de dolor bajaban por sus mejillas.

- ¿No sabes ni caminar? Eres un Deku.

Sabía que el dueño de la voz era quien había provocado su caída, más sin embargo se decía a sí mismo "¿Que puedo hacer yo?" Escucho detrás suyo como la profesora les decía a todos que pararan con sus risas y volví a mi lugar finalmente. Las clases estuvieron bien, había logrado responder muchos de los ejercicios que colocaban los maestros, pero no había podido evitar muchas burlas por parte de su nuevo "amigo" rubio, que según había escuchado por uno de sus "secuaces" se llamaba Bakugou.

Bueno, el tal Bakugou al parecer lo había marcado como su nuevo objetivo, como si se tratase de un enemigo, y bueno, Izuku había intentado hacerse su amigo en un intento por que los maltratos se detenieran, claro que eso solo fue peor. Al salir se encontró con su madre a la cual abrazo fuertemente para sentirse mejor, Inko lo notó y le preguntó, pero el pequeño decidió que quizá sólo fue un mal día y evito el tema contando otras cosas. La Midoriya mayor comprendió que si su hijo no quería hablarle era por alguna razón, entonces decidió confiar en que cuando estuviera listo le diría.

- Mamá ¿Tus compañeros te hacían muchas bromas?

- ¿Bromas? ¿A qué te refieres hijo?

- Bueno... si... bromas, como decir cosas vergonzosas y hacer burlas.

- Mm... Claro hijo, las bromas no faltaron nunca... Pero Izu... escúchame, las bromas no son cosas que hagan sentir mal a el que las recibe, la persona que las hace, tiene que estar seguro de que eso no van a herir los sentimientos de los demás, y si lo hacen, se disculpa, si no se disculpa, eso no fue una broma amigable. Tienes que contarme si alguien te llega a hacer algo ¿está bien?

- ¡Si! - Había respondido afirmativamente, pero aún no quería decir nada al respecto, primero haría algo más -

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Sweet melody ♡ BakudekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora