Sweet melody ♡ Bakudeku

Chapter 13 _

Los días pasaban, y se llevaron la primavera, Izuku y Katsuki, que decir de ellos, su nueva historia era la mejor, no podian negar que no todo el tiempo se entendían, pero siempre lo hablaban y terminaban regresando a ser esos dos adolescentes empalagosos.

Poco a poco los demás se dieron cuenta de su relación, Bakugou al principio no quería decir nada sobre ella y Midoriya lo entendió, pero dejó de importarle una vez pasado un tiempo. Tenían citas, iban a lugares que les gustaran a los dos, y habían ido a lugares que les gustasen individualmente.

Inko y Mitsuki se habían conocido unas dos semanas después de que el rubio fue a conocer a la Midoriya mayor, las dos mencionadas anteriormente se habían hecho buenas amigas y siempre que podían se podían de acuerdo para molestar a sus hijos un poco sobre su cambio a el estar en una relación romántica.

Izuku, bueno, el estaba acostumbrado a cada una de las fases de su novio, y en cada una de ellas se había asegurado de que ninguna podría alejarlos, sabía que Katsuki de alguna forma aún seguía sintiéndose culpable por lo del pasado, pero para el realmente no le era más importante que el Katsuki del presente que hacía todo lo posible por hacerlo feliz.

Katsuki, el estaba encantado con cada detalle del peliverde incluso si llegaba a negarlo, siempre que el Midoriya quisiera algo el querría conseguirselo, siempre que Izuku estaba en peligro, el querría protegerlo, simplemente quería cuidarlo y darle las sonrisas que pudo haberle robado alguna vez, claro que el más bajo siempre que lo veía así se acercaba a decirle lo increíble que le parecía y que siempre sería su número uno.

El día del cumpleaños de Bakugou todos los de la 1-A o al menos la mayoría llegaron a su casa y celebraron, el rubio estaba feliz por ello, pero como ya le era costumbre no lo demostró, Deku le regalo una figura de All might que sabía que quería y también le dio nuevas baquetas para su batería con la firma de Jeanist y Toshinori en cada una y chocolates con forma de estrella que al parecer había hecho por su cuenta, bueno, a el le había gustado esta claro, pero quería otra cosa más que eso y un beso en la mejilla a decir verdad.

Hoy Aoyama los había invitado a su fiesta de cumpleaños Katsuki se ofreció a acompañar a Izuku, pero este se negó y dijo que podría ir solo. El peliverde paso por un centro comercial de camino para comprarle un presente a su compañero, aunque no conocía exactamente los gustos del chico, pero creyó que algo brillante atractivo a la vista sería suficiente, pidió que lo envolvieran y finalmente siguió caminando a su destino. Ya comenzaba a oscurecer un poco, y bueno ya eran como las 6:30 p.m entonces era normal, estuvo alerta en el camino por si había peligro, pero solo era paranoia, al llegar tocó el timbre y cuando el cumpleañero abrió notó que era el último el llegar.

- Lamento la demora, feliz cumpleaños Aoyama-kun, aquí tienes - Le extendió el regalo y el chico lo tomo mientras le sonreía agradecido - Con permiso - entro a el lugar donde ya había música bastante alta y algunos de sus compañeros junto a personas que desconocía estaban bailando -

- Aquí estas maldito Deku.

- Kacchan, hola.

- Voy a matarte, me hiciste esperar mucho - Izuku sonrió - No sonrías así... tonto... - Desvío la mirada -

Izuku conocía bien sus encantos y como terminaban siendo una debilidad de su novio, entonces los usaba a su favor, de igual forma no le hacía daño a nadie.

- Vaya tengo sed, Kacchan voy por.. - En su mano ya había un vaso con refresco - Gracias - Sonrió y se hidrato, a veces creía que el rubio le leía la mente por la rapidez con la que hacía algunas cosas referidas a sus necesidades -

Tiempo después la música cambió y era una linda melodía suave que comenzaba a llevarse la concentración de Izuku el cual se dejaba guiar por ella moviendo su cabeza a el ritmo, Katsuki lo notó, pero no sabía cómo invitarlo a bailar. Kirishima y Denki se dieron cuenta así que como buenos amigos y cómplices que eran, los jalaron a la pista y no hubo más remedio que bailar, el Midoriya se encontraba sonrojado y algo avergonzado, no sabía que tan bueno era bailando y no quería pisar a Kacchan.