Capítulo 7: La noticia.

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—¿Lo hice mal? —preguntó Beomgyu.

—No, no cosita linda, pero a la próxima no me muerdas y trata de evitar rozar tus dientes. Con la práctica será mejor —dijo Yeonjun, acariciando el rostro de su omega con suavidad.

Era la primera vez que Beomgyu le practicaba sexo oral a Yeonjun, y sentía que había sido una completa mierda. Intentó hacer lo mismo que su alfa solía hacerle, más no sentía que lo hubiera hecho bien, aunque Yeonjun le dijera lo contrario y hubiera acabado en sus labios.

—Soy un fracaso —suspiró, con un tierno puchero.

—No, no lo eres, es que las primeras veces es así, pero aprendes rápido. Incluso hasta ya te mueves mejor a comparación del primer día. Aguantas más —sonrió.

Beomgyu tapó su cara, avergonzado. Sus mejillas habían obtenido un leve color carmesí: —Me estas volviendo un cochino.

—Me gusta que seas un cochino descarado conmigo, que no tengas vergüenza de hacer y decir lo que quieras.

Yeonjun aprovechó que aún se encontraban echados bajo el sol a un lado del río, para acercarse a su omega y comenzar a besar y mordisquear la cara interna de una de sus piernas.

—Es que me vuelves loco, eres delicioso —dejó un rastro de húmedos y tronados besos por su piel canela— Tus piernas me gustan mucho. Son largas, suaves y bonitas. Me encanta —acarició ambas, masajeando un poco para relajar aún más a su omega.

—¿Qué más te gusta de mi? —sonrió viéndolo. Se sentía demasiado feliz cuando Yeonjun lo contemplaba así.

—Tu trasero... es redondito y suavecito, me dan ganas de morderlo —subió sus manos al vientre de Beomgyu— También tu pancita, se ve adorable.

—¿Y qué más?

—Tu carita toda linda y tu sonrisa hermosa —subió sus besos por su pecho, hasta llegar a su boca— Todo tú me gustas, me encantas —susurró en sus labios.

Beomgyu acortó la distancia, fundiéndose los dos en un tierno y cálido beso en el que sus lenguas se tocaban con suavidad, sin prisa. Paseo sus manos por la espalda de Yeonjun, sintiéndolo completamente pegado a él, sin espacio alguno entre ambos. No había nada que le gustara más que eso.

De pronto, unos arbustos relativamente cerca de ellos se movieron, haciendo un ruido de hojas que llamó la atención de ambos. Tanto Beomgyu como Yeonjun tomaron forma animal, alertas a cualquier cosa que pudiera pasar, porque estaba claro que había alguien escondido ahí, solo que no tenía olor alguno.

Una bola de pelos negra salió rodando de la planta, cuando se detuvo, la pareja pudo notar que se trataba de un cachorro de pantera negra. Era tan pequeño y adorable, que a Beomgyu le hizo largar un chillido de ternura. Solo esperaba que el bebé no los hubiera visto en sus cochinadas.

—¿Qué estará haciendo aquí? No es territorio de panteras —dijo Yeonjun, pues se le hacía raro ver a un cachorro tan pequeño lejos de sus padres.

Beomgyu se acercó lo suficiente al cachorro como para olfatearlo todo. Este estornudó de un modo tan tierno que lo mató de amor. Definitivamente necesitaba tener a sus propios cachorros.

—Aww es un bebé.

—Seguro se perdió —miró a hacía todos lados, buscando alguien mayor que pudiera ser su padre o madre, pero nada— No podemos dejarlo aquí, está oscureciendo y seguro llueve como anoche.

Beomgyu tomó forma humana y se vistió en tiempo récord, para luego alzar al cachorro entre sus brazos. Yeonjun copió su acción, pero decidió mantenerse algo lejos, no quería afectar al bebé. Era muy pequeño y podía ser fatal.

presa fácil | YeonGyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora