Capítulo 5: La verdad.

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Maratón 1/2


Enojado, ni siquiera sabia cuanto había caminado sin rumbo fijo por el bosque. Él deseaba tener cachorros, ¿por qué de pronto Yeonjun no podía? Quizá si estaba siendo algo exagerado y podía esperar un tiempo a ser padre, pero la idea de no serlo nunca no le gustaba. Aun así no quería alejarse de el alfa que le sacaba suspiros con una facilidad increíble.

Paró en seco cuando notó que no sabia donde estaba, además de un olor a alfa que no era el de su amado. Oh no, eran dos.

Cambió a su forma animal y se escondió detrás de unos arbustos en el momento justo que un tigre venia por el camino, con su nariz moviéndose sin cesar. Seguro ya había captado su fuerte olor, pues a pesar de que el celo ya se estaba yendo, seguía llamando la atención de otros alfas.

—¿Te escapaste de sus garras? —le habló Niki a la nada. Sabia que estaba cerca el omega que había olfateado la otra noche en la casa de Yeonjun.— No importa si no te quiere, soy un alfa soltero y nada celoso. —continuó buscando.

Beomgyu bajó sus orejas mientras veía a Niki buscarlo entre los arbustos y avanzó tan agazapado como pudo con la intención de irse, pero algo se lo impidió. Pasó saliva cuando vio una pata naranja frente a él, y alzó la vista para encontrarse con otro tigre alfa. Eran los hermanos de Yeonjun.

—Vaya... ¿pero qué es esto? —preguntó Jongseong, observando el extraño color en el pelaje del omega.

—¡Aléjate! —gruñó Beomgyu.

De inmediato Niki se acercó a ver, tan sorprendido como Jongseong. No solo porque era un lobo en territorio de tigres, sino que su condición albina era en demasía llamativa: —¿Un lobo?

—Y blanco... no existen los lobos blancos, ni siquiera en las nieves. —dijo Jongseong, pensativo.

—Ya sé quienes son ustedes... —dijo Beomgyu, y estaba dispuesto a decir algo más, pero el hocico húmedo de Niki en su trasero lo distrajo. Metió la cola entre las patas y se alejó, mostrándole sus filosos dientes como amenaza, lo que solo logró que Niki riera. No tenia salida, estaba acorralado.

—Está en celo. —dijo Niki, relamiéndose.

—¿Te perdiste? Este no es tu lado. —dijo Jongseong.

—¿Estabas con el maldito de nuestro bro, bebé?

—Seguro si, sabe quienes somos.

—Me siento una celebridad.

La tranquilidad con la que los tigres hablaban solo hacia que Beomgyu se pusiera más nervioso. En ese momento era cuando odiaba ser tan torpe, ¿Cómo había podido alejarse tanto de la casa en territorio enemigo y sin Yeonjun?

Quiso aprovechar la charla amena que los felinos mantenían para irse, pero Jongseong lo notó antes de que pudiera correr, por lo que se apuró a tirarlo al suelo con sus patas.

—Los lobos que cruzan no sobreviven, ¡rompen el pacto! —gruñó Jongseong, apretando al omega contra el suelo.

—Pero es blanco, no quiero que se manche. —se quejó Niki— Además esta en celo. —volvió a relamerse de solo imaginar lo que seria hundirse en él.

Beomgyu se movió violentamente, queriendo levantarse, pero Jongseong no se lo permitía. Odiaba ser físicamente más débil. Lo estaba obligando a recurrir a algo que no quería.

—¡Suéltame! —gruñó Beomgyu, totalmente furioso, lo que causó risa entre los hermanos.

Entonces, un tercer tigre llegó corriendo a toda velocidad y se tiró contra Jongseong, garras afuera y enseñando colmillos. Le bufó a ambos, logrando que se alejaran de su omega. Era Yeonjun.

presa fácil | YeonGyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora