Capítulo 14: Dos.

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Cuando el viento se hizo más fuerte y las primeras gotas comenzaron a caer, entraron a la casa para dedicarse a hacer la cena juntos. Les encantaba repartirse las tareas, ayudarse, pues Yeonjun creía que su omega era muy capaz -como todos en realidad- y no había trabajos para uno u otro. Ambos podían hacer las mismas cosas.

Ahora que no había secretos, la paz inundaba a ambos y se sentían tranquilos. Esperaban que aquella pelea tan fuerte fuera la primera y última que tendrían. Yeonjun se sentía algo mal por gritarle sin pensar en que eso podía llegar a afectar a Beomgyu y su cachorro. Había sido un inconsciente, pero no sucedería una segunda vez.

—Oye, hay algo que me inquieta... —habló Beomgyu, mientras se sentaban con los platos de comida ya llenos— ¿Alguien murió en la cama que dormimos? Porque si es así ya no quiero seguir ahí, eh. Soy muy supersticioso.

Su cara era de completo horror de solo pensarlo. Durante toda la tarde no hizo más que pensar en ese asunto, y las palabras de Jaeui diciendo que esa chica no había despertado más, ahora lo perturbaban por completo.

Yeonjun no pudo evitar largar una carcajada: —No, no. Mi antigua omega murió en la cama, sí, pero era otra. La cambié porque tampoco quería dormir ahí.

Beomgyu largó un suspiro, notablemente aliviado, pero no duró ni dos segundos que ya andaba pensando en otros detalles que había dejado pasar: —¿Pero en ese mismo cuarto? Ya no se si quiero dormir ahí.

—Que no~ —volvió a reír. Le encantaba cuando Beomgyu se asustaba con esas cosas, era gracioso— Aprovechando que puedo trabajar con la madera, le hice perfecciones en la casa. Antes era una casa de una sola planta y preferí hacer una segunda donde tener un cuarto, así que no es el mismo.

—No quiero fantasmas en la casa... o quizá están en esa trampilla que tienes.

—Que no amor, no hay nada, pero si tan perseguido te sientes... podemos mudarnos a una casa vacía que está cerca. Está en venta y me gusta porque es mucho más grande, o podemos cambiar esta por otra a alguno de mis hermanos. Siempre han querido que les dé esta casa, así que puede ser un buen momento.

—¿En serio? —sonrió— Creo que sería buena idea tener nuestro propio lugar, sin antiguos recuerdos dolorosos, donde podamos crear los nuestros. No quiero que nuestro cachorro nazca en un lugar con muerte y mala vibra —observó su alrededor, analizando el lugar con detalle por primera vez desde que estaba allí, aunque solo con velas no podía hacerlo bien— Es bonita, pero lo sucedido y sus pertenencias lo arruinan —comió— Para empezar bien, debemos dejar lo malo atrás, ¿no te sientes mejor ahora que me contaste todo?

—Más relajado, sí. Estaba nervioso porque me temieras y no quisieras verme más.

—Admito que lo pensé algunas veces, me asuste por un momento, pero... también quería saber sobre ti, y a pesar de todo te sigo queriendo.

—Eres un ángel —estiró una mano, llegando a acariciar la mejilla de su amado— Voy a poner cada momento de mi para cuidarte y verte feliz. Voy a empezar por sacarte de esta casa que tan malas vibras te trae.

—Yo creo que es lo mejor, pero... ¿qué hay de ti? Por algo guardas todas esas cosas.

—Solo son recuerdos y si quiero dejar el pasado debo empezar por eso —bebió un poco de agua— Creo que voy a quemar sus cosas, eso los librará del todo. Excepto algunas cosas de mis padres, eso se quedará ahí.

Beomgyu movió la comida en su plato, recordando aquellas tumbas y las fotos que Yeonjun mantenía guardadas. Realmente tendría que haberlos querido mucho para tener todo eso allí durante años. Le daba cierta curiosidad masoquista que no podía guardarse, necesitaba respuestas.

presa fácil | YeonGyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora