Capítulo 10: La fosa.

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Sunghyun se apuró a salir de su cabaña en cuanto vio a Beomgyu llegar a la cabaña. Bien sabía que había cruzado el río gracias al alfa que intentó seguirlo, y eso no le hacía ninguna gracia. ¿Cómo que Beomgyu pasó al territorio felino? Rompía el tratado... ahora volvía sano y salvo...

Beomgyu intentó alejarse en cuanto vio a su padre acercarse, sin éxito, pues él ya lo tenía tomado del brazo, obligándose a detenerse para entablar una charla que no le interesaba en lo más mínimo.

—¿Por qué cruzaste el río? —preguntó el alfa, sin siquiera un 'hola'.

—Ah... debí de suponer que tú lo mandaste —dijo Beomgyu, zafándose de su agarre.

Se cruzó de brazos de forma defensiva ante la imagen dura de su padre. No se iba a dejar doblegar por nadie, menos en esa situación en donde mandaban a guerreros a seguirlo.

—Contéstame —exigió.

—Solo lo hice para perderlo. Sabía que no tendría el valor para cruzarlo —mintió.

—¿Y tú sí? —alzó una ceja, sin creerle del todo.

—Es obvio que sí, y sabes por qué.

Sunghyun se tomó el entrecejo dejando que se fuera, entendiendo que el omega tenia razón. Si ese mocoso era un rebelde total, era porque sus poderes le daban la fuerza y confianza que ningún otro omega tendría jamás. Era un arma de doble filo. Tenerlo de amigo era bueno, de enemigo no tanto.

—¡Lixie! —gritó Beomgyu, llegando a la puerta de la cabaña de Changbin, donde sabía que vivía Felix ahora.

Felix se asomó por la ventana, con una hermosa sonrisa pintándose en su rostro. Se veía tan pleno y bonito, con sus mejillas gorditas en un natural color rosado: —Entra, no sé qué haces afuera.

—¿Ahora no estas desnudo como ayer? —se acercó a la ventana.

—Está vez viniste luego de haberme puesto la ropa —largó una risita. Corrió a abrir la puerta para dejar que pasara— Aun sigo en celo. Estoy igual que tú, garchando como conejo.

—Nosotros hace dos días no tenemos nada. Y aparte de eso, también ando algo achicopalado —hizo un puchero, tomando asiento junto a su hermano una vez dentro— Aunque ayer fue peor, hoy me siento mejor.

—¿Qué pasó? —la sonrisa se borró un poco de su rostro.

—Creo que a Yeonjun no le gustó la idea de tener un cachorro... me preguntó si lo perdería y luego puso la excusa que muchos omegas mueren en el parto.

—¡¿Qué?! ¿Estás hablando en serio? —frunció el ceño.

Él que daría lo que fuera por tener un cachorro, y ese alfa tigre pretendía echar a la basura la familia que lo estaba esperando. Sin duda nunca iba a entender al destino y sus decisiones.

Beomgyu asintió: —Me sentí mal todo el día, por eso vine a verte.

—Es cierto eso, pero cuando no se atienden bien. Además, casi no se han escuchado que hayan muerto muchos desde hace un tiempo —entrelazó sus dedos gorditos con los finos de su hermano, en forma de apoyo— Puedes venir a verme cuando quieras, estoy aquí siempre. Salgo a cuidar cachorros cuando estoy aburrido.

—Me alegra saberlo, pero la cosa es que no quiero perderlo, y si no lo siento diferente... pues vendré definitivamente, aunque me duela.

—Ojalá que termine aceptándolo. Se ve que lo quieres...

—Yo creo que hay algo más. Todo el tiempo me pregunta cómo me siento, si no estoy cansado o cosas así, y con lo que me dijiste... creo que tiene que ver con eso.

presa fácil | YeonGyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora