El Segundo Círculo.

Cuenta Pendiente

Estoy cansada, durante el día he trabajado mucho, regularmente no tengo tanto trabajo en el colegio, pero las últimas semanas han estado plagadas de juntas y reuniones con los padres de familia; el sistema que actualmente manejamos es en verdad un calvario, ¡piénsenlo! Vivimos en la era de la información y no hemos sido capaces de instalar una computadora decente en los planteles, la conexión a internet es una pesadilla, ¿cómo esperan que una maestra decente pueda trabajar y dar los mejores resultados así?; en fin como les decía, en una de las primeras reuniones, la directora del plantel estaba empeñada en que nosotras deberíamos tener un reporte diario, además del que nos pide el sistema educativo, le dije que era una tontería, el trabajo doble nos está matando, nos está quitando el tiempo en casa, ya no podemos convivir con nuestras familias, ni pasar tiempo a solas con nuestras parejas, y súmale la mala paga.
Esto lo comenté con mis compañeras de escuela, platicamos un buen rato acerca de este tema y acordamos que necesitamos una mejora en las condiciones y un mejor salario, todas requerimos más tiempo para nosotras, la moción fue ampliamente aceptada y me nombraron la encargada de representar al grupo.
La junta semanal era el momento adecuado para charlar y buscar que nos dieran una mejora, nos sentamos todas y decidimos hablar, pero a la primera oportunidad, y sin miramientos, la directora se plantó frente a mí y me insultó, no había pasado un momento tan vergonzoso en los 15 años de servicio que tenía, voltee a pedir apoyo a mis compañeras, pero callaron, ni un gesto, todo era un plan en mi contra, el servilismo de aquellas personas era impresionante, así jamás podríamos inculcar un pensamiento crítico y de libertad a los niños. No acabó allí, una severa sanción me fue aplicada y una considerable suma fue restada de mi cheque por un tiempo, como castigo a mi insurrección.
Al final me vi obligada a conseguir un empleo de noche, que no es el mejor a decir verdad, la paga es casi nula, pero la satisfacción es grande; hasta el momento cinco clientas satisfechas en una semana, a la sexta tal vez su maestra debió enseñarle que al dormir, la dirección correcta es con los pies hacia la puerta, así evitas que alguien con un alambre bañado en ácido, masajee tu cuello, y te vacíe la cuenta oficial del colegio.