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Iván Guzmán y Danais Messina

Capítulo XI—

Horrible recuerdo


03 de febrero del 2019
Badiraguato, Sinaloa.

08:50 a.m.

Dᴀɴᴀɪs Mᴇssɪɴᴀ

Me encontraba acostada sobre mi cama, podría haber seguido durmiendo, pero la cortina corrida no me lo permitió, la misma que Alfredo había movido la noche anterior y le pedí de favor que regresara a su lugar, palabras que le entraron por un oído y le salieron por el otro.

Nota mental: No dejar que Alf entre a la habitación mientras me hospedo aquí.

Volteé al lado derecho, mirando la mesita de noche que se encuentra al lado de mi cama y alce mi celular, que descansaba sobre ésta, lo encendí y marcaba las 08:54, después lo desbloqueé, encontrándome con la aplicación de notas abierta.

Fernando y yo salimos al sembradío, Ovidio y Alfredo fueron a hacer unas vueltas, no sé dónde está Iván, pero Néstor se quedó ahí, cualquier cosa que necesites, se lo pides, no desayunes tan tarde, y anoche que te dormiste marco tu Nino, tal vez durante el día llegan él y papá. Te queremos<3.

Sonreí ante la escritura de mi hermano y apagué el teléfono, cerré los ojos preparándome mentalmente para levantarme por completo, no quería hacerlo, pero sino desayunaba, Mattia me querrá estrangular, nunca le ha gustado que me pierda la primera comida del día, pues dice que es la más importante. Me levanté por completo y me calce para bajar a la cocina, a preparar mi desayuno.

A noche Iván parecía enojado, más bien desde que entré de afuera, me ignoró por completo cuando le regale una sonrisa, pero bueno, no sé cuáles hayan sido sus motivos, aunque fueran, los que fueran ¿Qué culpa tenía yo?, No debería tratar así a las personas, después por la noche, me contestó secamente cuando le pregunté por Néstor ¿Motivos? Ni idea. Tampoco le presté demasiada importancia, era mejor no meterme en temas de empleado y empleador.

Al entrar a la cocina, todo estaba impecable, igual que la en la noche.

Nada mal viviendo con puros hombres.

Me dirigí a la alacena y comencé a servirle su comida a mis canes.

—Bien, pequeños, como dice el tío Mattia: La primer comida del día es la más importante.

Sobe sus lomos y después lave mis manos para ver qué era lo que cocinaría, sería comida para dos, porque desde que llegamos, Néstor nos ha acompañado en todas las comidas, lo hijos de mi Nino lo veían como un integrante más de la familia.

Abrí la nevera y comencé a mirarla, en busca de ingredientes para realizar una comida que ni siquiera había decidido cuál sería. Unos minutos más tarde de estar viendo el refrigerador, opté por hacer unos hot cakes, estaba por tomar la leche, cuando se comenzó a escuchar demasiado alboroto en la entrada.

Con mi cejas arrugadas, cerré la puerta de la nevera para salir de la cocina, cuando apareció Iván, acompañado de una mujer rubia, a la cual sostenía de la cintura con una mano, mientras que con la otra sostenía una botella de whisky. Se notaba desesperado por como la besabas.

Tal vez el pobre tiene hambre.

Reí ante mi estúpido pensamiento y solté un carraspeo cuando recargó a la mujer en la mesa.

Prometí encontrarte... 𝑰𝑨𝑮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora