Diciembre 25, 2019
JAMES
- Leo a tu derecha, cúbrelo.- gritaba Sath desesperado desde los aros sin permitirse dejar su puesto de guardian.- ¡Mierda! Ellos son tres nosotros cinco, deberíamos tener una victoria aplastante.
Cuando comenzó este juego de Quidditch fue mi sueño hecho realidad. Desde segundo año me había dedicado a idolatrar a Lesath Bykova; era mi héroe, casi nadie tan joven lograba llegar a las ligas mayores como titular, pero ahí estaba él jugando como guardián de los Montrose Magpies. Nunca pensé que cuando por fin pudiera conocerlo, quisiera noquearme (como seguramente había pensado) con una bludger.
Si algo había aprendido los últimos días es que los Bykova no aceptaban la derrota fácilmente, su nivel de competitividad sobrepasaba incluso sus propios límites.
- ¿Estás consciente de su impresionante sincronía? - preguntó Julian en un grito intentando llegar a la quaffle.
- Aún peor, ¿Estás consciente de que Yelena ya tiene la snitch? - preguntó esta vez Christine bajando de la escoba.
- ¡Definitivamente menos de la mitad de esta familia tiene talento deportivo! - respondió Sath en tono lastimero.- ¿Cuándo planearon esta estrategia malévola para hacerme ver como un novato?
- Juro que no teníamos ningún plan. No tenía idea de que Edy jugaba Quidditch.- ella me brindó un sonrisa de disculpa antes de encogerse de hombros.- Tienes que unirte al equipo.
- No, Jamie.- sabía que esa sería su repuesta, con Lyssander en el equipo las posibilidades eran nulas, pero tenía que intentar.
- Si lo hecho del equipo...
- Lo cuál no es mala idea considerando la situación.- apoyó Ben mirándome con una sonrisa.
-La respuesta sigue siendo no.- solté un suspiro antes de seguir a Edy fuera de la cancha.
- Suerte convenciéndola, Lesath lleva tratando desde que descubrió que tiene talento.- me dijo Leo en un susurro.
- Eso fue hace siete años, si tu lo logras, te consigo boletos para la copa mundial de Quidditch.- dijo Sath en tono burlesco.
- Faltan tres años para eso.
- Si, yo que tú apresuraba la misión.- respondió antes de correr al vestidor.
Habían comenzado a caminar de regreso a la "casa" de los Bykova (si es que a un lugar tan grande como ese se le puede llamar casa), entre risas y bromas, sin embargo, se detuvo un momento para observar a Edythe que iba a paso lento mirando al suelo.
- ¿Estás bien? - ella negó, mirándome con sus ojos lavanda tristes, donde brotaban algunas lágrimas.
- Sé que dije que ya no lloraría, es decir, esta bien si el no me quiere, no puedo obligarlo. Pero duele Jamsie, quería hacer tantas cosas y todas lo incluyen a él. Es la primera vez en mi vida que no tengo un plan y estoy aterrada.
- Te entiendo.- le dije arrastrándola hasta mi pecho para abrazarla.- Pensabas que podrían estar juntos, Edy, creíste que él era tu otra mitad.
- No es para nada eso. Quiero jugar Quidditch, ver a los Bowtruckle, hablar con mi hermano, la clase de estudios muggle y estar contigo. James eres mi mejor amigo y no puedo ir donde tu vayas porque...
- Él va a estar ahí, igual que en todas esas cosas que quieres.- la interrumpí, sintiendo esa horrible punzada de resentimiento en contra de uno de mis mejores amigos.- Eso no parece justo.
Desde su punto de vista existían tres cosas preciadas: la familia, el Quidditch y los amigos. Nunca se había detenido a pensar que pasa cuando un amigo lastima a otro de forma irreparable.
Sabía que Lyssander era su amigo desde que eran niños. Era un Gryffinfor, ¡Demonios! Su lealtad debía ser para él, pero no podía mirar a Edythe y decirle que siguiera adelante. Ella había sido tan amable con él asunto de Lily; era paciente, comprensiva y encantadora, sabía lo que las personas necesitaban y sobre todo ella lo veía.
Con ella no era James Potter el hijo de un héroe de guerra, gran jugador de Quidditch y popular Merodeador. Solo era James, sin máscaras o el temor de fracasar, ella le daba la confianza para sentir que era suficiente. Era libre. Ella merecía una respuesta real, no una fácil.
- Quisiera poder decir que Lyssander no vale la pena, que encontrarás algo mejor y vas a ser muy feliz, pero no puedo. Eso sería hacer menos al tipo de persona que es Lyssander e infravalorar tus emociones.- sentir mi hombro empapado fue el impulso necesario para que la barrera de mentiras que no permitía cruzar a nadie cayera.- Estas atrapada en una cadena de miedo no importa si eliges no tener un plan o seguir el original, ambas cosas te asustan. Debes enfrentar el miedo y elegir el que te lastime menos; tómalo de alguien que tiene miedo todo el tiempo, al final eso te lleva a sentirte solo, desagradable y roto, viendo como el tiempo pasa, pero no has vivido en absoluto.
Ese era su límite, sintió sus propias lágrimas bajar por su rostro por primera vez desde que cumplió seis años. Ella no dijo nada, simplemente lo abrazó con más firmeza y acarició su cabello con suavidad.
No sabía cuánto tiempo pasó hasta que pudieron parar de llorar, y aún menos cuanto tiempo les tomó decidir regresar. Para cuando entraron a la casa las luces mágicas iluminaban los corredores.
No importaba cuantos días llevara viéndolas seguían siendo igual de impactantes que la primera vez, no sabía como acostumbrarse a la sutil iluminación de velas al regresar a Londres.
- Aún las observas como un niño de seis a un juguete.- mencionó Edythe soltando una risita.
- Tu tía es un genio, aún me cuesta creer que esto es posible.
- La tía Zoya cree que la ciencia es la magia de los muggles, y al mezclarse con la nuestra se puede hacer cualquier cosa. Excepto nigromancia.
- Eso es... Extrañamente específico.
- Todo lo que dice es extrañamente específico, deberías oírla cuando cocina.- Ambos reíamos, casi olvidando la tristeza anterior.
- Llegan tarde.- Rashel Bykova estaba frente a nosotros con su mirada juzgadora.- Espero que no causarán problemas durante su ausencia.
- Jamás soñaría con hacerlo señora Bykova.- le dijo sonriendo.
- Bien James Potter por qué ahora eres como uno de mis hijo y eso significa que un horrible castigo te espera si lo haces.
Después de aquellas palabras lo sabía, por fin sentía que el peso de años de expectativas se desvanecía, era libre y ahora todo iría mejor. Él estaría mejor.
Nota: Durante este viaje James consiguió las firmas de todos los jugadores de los Montrose Magpies.
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Hyacinths // James Sirius Potter
Fiksi PenggemarLily siempre había amado su nombre. Era el nombre que su madre había escogido por sus flores favoritas. Era práctico y bonito. Eso pensaba, antes de conocer a James "me siento una estrella" Potter y su constante persecución alrededor de ella. Había...