Capitulo 3

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Harry los observaba desde lejos, sintiéndose, murmurando cosas al oído. Vio como Antonia le ponía una mano en el hombro y Stefan le puso las suyas en la cintura mientras sus bocas se unían en un beso cariñoso. Trató de decirse a sí mismo que aquello era solo un beso de bienvenida, que era tan natural como cualquier otro beso de los que la gente se había dado esa noche. Pero no era cierto y todo el mundo lo sabía. Era por eso por lo que las conversaciones se detenían y las cabezas se giraban, para que todos los presentes vieran a la amante de Harry Styles abrazar a su ex amante.

Muy alto y rubio, Stefau Kranst debía de ser unos diez años mayor que él, pero como él mismo, no tenía muchos problemas para encontrar compañía femenina. Pero esa mujer era ahora su mujer. Vivía en su casa, dormía en su cama y se vestía con el dinero de él. Lo que hacía que esa lujuriosa boca que Kranst estaba besando fuera de su propiedad exclusiva.

El calor de los celos y el instinto de posesión le hizo desear ir allí y separarlos inmediatamente, pero logró contenerse a duras penas. Todo el mundo estaba mirando, esperando de alguna manera a que se produjera una escena que les diera que hablar.

El vestido de ella era demasiado corto, sus piernas demasiado largas y su cuerpo excesivamente sexy. Se negó a recordar que hacía un momento había pensado exactamente lo bien que le sentaba todo aquello y lo atractiva que estaba.

¿Lo habría hecho ella para causar ese efecto? Se habría vestido así porque sabía que iba a aparecer su ex amante? Recordó que no llevaba sujetador y vio cómo sus senos se movían a muy pocos centímetros del pecho de Kranst. Él sabía muy bien lo que era aquello y como se estaba sintiendo ahora Kranst, porque el muy cerdo sabía también lo que era tener tan cerca a Antonia.

Ni tampoco llevaba unas bragas decentes, seguro, conociéndola. Recorrió su figura con la mirada y no notó nada, lo que significaba que llevaba un tanga de esos que tanto le gustaban.

Pero normalmente se los ponía por él, así que cuando vio cómo Kranst le acariciaba las caderas, Harry se tomó como un insulto personal el que ella aceptara semejante intimidad.

Luego se pusieron a charlar muy cerca el uno del otro, como si fuera completamente aceptable para ellos hacerlo así en público.

Pero no lo era y ella debería saberlo. Debería saber que ese comportamiento le hacía parecer una mujer fácil ya él un tonto.

¿Lo estaría haciendo deliberadamente? ¿Era esa la manera de hacerle ver que no era él el único pez en el mar?

A veces la odiaba, tanto que le extrañaba por qué la podía desear tanto. Ella no era su tipo, nunca lo había sido. Era demasiado joven, demasiado poco culta y demasiado peleona. ¿Si no por qué iba como una exótica flor silvestre, vestida de rojo, cuando los demás asistentes a la fiesta iban vestidos de una forma elegantemente clásica?

Alguien se sentó a su lado. -Bueno, caro, ella ciertamente sabe cómo hacer que un hombre se sienta bienvenido -dijo una voz femenina.

Harry apretó los dientes e ignoró el comentario de Louisa Florenza mientras permanecía en silencio y Stefan se llevaba a Antonia a la pista de baile.

Ella seguía con la mano puesta en el cuello de él y las de Stefan estaban en su cintura mientras seguían hablando. Estaban tan concentrados el uno en el otro que estaba muy claro que Antonia se había olvidado por completo del hombre con quien había ido a la fiesta.

- ¿Sabes? No te puede sorprender tanto su absoluta falta de clase -dijo Louisa-. La mayoría de las mujeres se morirían de vergüenza si se encontraran con su ex amante en una sala llena de los amigos de su amante actual. Pero a ella no parece importarle lo más mínimo!

Amante o Esposa |H.S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora