Capitulo 10

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La noche anterior no había parecido sórdida, sino hermosa, Había sido especial. Harry la había hecho especial.

Él le había dejado escrito que no se preocupara y que estuviera allí a su vuelta.

Se relajó y el calor del amor se apoderó de ella. Miró la foto que seguía teniendo entre las manos y las lágrimas volvieron. La indecisión. Deseó que llamaran a su vuelo de una vez. Necesitaba marcharme de allí.

Harry entró en el edificio de apartamentos y se dirigió directamente a los ascensores. Había tenido un buen día en muchos sentidos. i Un verdadero golpe de estado! Pero había necesitado demasiado tiempo y ahora estaba ansioso por ver a Antonia y empezar a aclarar las cosas entre ellos de una vez por todas.

Entró en el apartamento y lo primero que vio fue el envoltorio del cuadro apoyado contra la pared. Lo siguiente fue a Carlota, retorciéndose las manos.

El hielo se apoderó de su corazón. - ¿Antonia? -le preguntó-. ¿Dónde está? -Se ha marchado, signor -susurró-. Se ha marchado.

Sus piernas lo llevaron al dormitorio. Allí vio que la maleta de ella había desaparecido. Luego se volvió para echar un vistazo al resto de la habitación con cara de pasmo.

Le llamó la atención lo que había sobre la cama. Unas llaves del apartamento, el collar con el diamante, las tarjetas de crédito y el teléfono móvil.

Se quedó helado. ¿Aquello era lo único que valía para ella? El teléfono sonó y entonces vio la nota que había sobre él.

"Lo siento."

Estaba escrito en inglés. A veces él se olvidaba de que ella hablaba inglés, por lo bien que hablaba el italiano.

Pero eso no le bastaba, quería saber más, por qué. ¿Es que no podía ella haber tenido la fe suficiente en él como para darle un día más?

- ¿Cuándo se marchó? -preguntó cuando vio a Carlota en la puerta, observando. ¡Evidentemente, tenía algo que decirle o no estaría allí, invadiendo un momento íntimo como ese!

-Justo después de que se marchara el signor.

- ¿El signor Kranst?

-No, Gabrielli. Creo que discutieron. La signorina hizo que fuera yo el que lo acompañara a la puerta. y fue entonces cuando él me dio el talón para que se lo diera a ella. Ella estaba muy molesta.

La mirada de Harry siguió la de ella hasta la papelera. Entonces sonó el timbre de la puerta.

-No quiero ver a nadie -dijo Harry y Carlota fue a abrir.

Luego Harry se acercó a la papelera.

Casi al mismo tiempo en que Stefan estaba tratando de convencer a Carlota para que lo dejara entrar en el apartamento, llamaron por fin al vuelo de Antonia.

Ya llevaba un retraso de dos horas y tenía los nervios deshechos. Recogió sus cosas, se levantó y respiró profundamente. Ya estaba. Ya se podía marchar. No más discusiones consigo misma. No más agonías acerca de lo que quería hacer 0 no.

Siguió a la gente como otra turista volviendo a casa.

Cuando le preguntaron si no llevaba equipaje, ella miró su bolsa de mano y pensó que era un recordatorio bastante patético del año que había pasado en Milán.

Cuando hizo la maleta en Londres hacía ese tiempo, había pensado que le enviarían el resto de sus cosas cuando estuviera instalada con Harry. Pero él le había comprado todo lo necesario y lo que le quedara allí de valor se lo traería de vuelta Stefan.

Amante o Esposa |H.S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora