Prólogo

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¡Hola a todos! Esta es probablemente la historia más random que he escrito de Daemyra. Algunos seguidores de mi otra cuenta me comentaron, que por qué no probaba crear un drama de traiciones y angustia que son mi especialidad, pero con el Daemyra, y pues la idea no me agrada mucho, pero terminé aceptando.

Demás esta decir que será actualización lenta y que acepto ideas jaja. 

Besos y abrazos y los invito a leer esta cosa rara que ni yo entiendo pero que va.  


La danza de dragones había acabado antes de siquiera comenzar. 

Muchas historias se cuentan sobre cómo sucedieron los hechos, sin embargo, solo algunos pocos conocían la verdad.

El rey Daemon Targaryen, primero en su nombre, rey de los Ándalos, los Rhoynar y los Primeros Hombres, Señor de los Siete Reinos y Protector del Reino, había ascendido al trono poco después de que su sobrino Aegon II fuera nombrado rey.

Daemon no había usurpado el trono, había reclamado lo que por derecho de nacimiento le correspondía a él, según las opiniones de muchos lores y sabios del reino. 

Sin embargo, él se había mantenido en paz hasta ese día, muchos se preguntaban ¿Qué fue lo que lo llevó a tomar su dragón e invadir con Fuego y sangre desembarco del rey para reclamar el trono?

¿Cómo fue que su furia fue conocida por los 7 reinos y nadie se atrevió a cuestionar su reinado?

¿Cómo fue que incluso la triarquía se retiró de la batalla para no entrar en conflictos con el nuevo Rey de los siete reinos?

Muchos dicen que fue por sus ansias de poder, otros dicen que fue por ira por la muerte de su hermano, otros en cambio, dicen que fue por amor, sin embargo, la verdad es que todo comenzó, con una traición.

Lo poco que se sabía realmente sobre los dragones, es que eran caóticos, apasionados, feroces y posesivos. El Rey Daemon Targaryen era un dragón, un descendiente de la sangre pura valyria y él se había comportado exactamente como un dragón. 

Cuando Aegon fue coronado rey, la princesa Rhaenys Targaryen había huido de la fortaleza roja, pero no se había ido sola. Había llevado a alguien con ella, a escondidas, sin que nadie más lo supiera.

La reina viuda, Alicent Hightower, quería ir personalmente a interceder por la paz entre Rhaenyra y Aegon.

La princesa Rhaenyra fue llamada sola a los jardines por la princesa Rhaenys, y cuando ella vio a Alicent, la noticia de la muerte de su padre le fue dada.

La noticia tomó por sorpresa a la princesa Rhaenyra, y cuando Alicent le dijo abrazándola que el rey había cambiado de opinión sobre la sucesión, ella no vio mentira en sus ojos.

Ella no quería la guerra, no quería tener que matar a su hermano, y si el pueblo había aclamado a Aegon como rey, entonces ella lo aceptaría.

Estaba embarazada, tenía una familia, no quería perderla.

Estaba casada, con el hombre que amaba, y estaba esperando a su hijo, ella no quería perder a sus hijos comenzando una guerra que no tendría ganadores. Tampoco quería perder a su esposo, que si ella lo conocía bien, él habría ido a la guerra tan pronto como supiera lo que había pasado.

Sin embargo, mientras la tristeza la consumía, y caminaba junto a Alicent por los jardines, ella observó a la que nuevamente volvía a ser su amiga.

Ella lucía tranquila ahora, como si hubiera escapado del peso de vivir con los Hightower, y Rhaenyra sabía que la muerte de su padre, la liberaba también de un matrimonio que Alicent no quería.

Una historia de traiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora