Capítulo X

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Hola a todos! Se superaron nuevamente gente jajaja como les gusta el drama porque llegué a mi casa y tenía la bandeja de entrada llena de mensajes jaja. 

No sé que le encuentran a esta historia, pero es sorprendente lo mucho que me piden capítulo.

Bueno, este capítulo es un reciclado de una historia que tenía hace mucho tiempo no de esta pareja, y lo mezclé con ideas que me enviaron. Es dramático, muy dramático y frustrante, así que estén preparados.

Respecto a los que preguntan por Cole, él tipo está vivo, pero me estoy guardando su aparición aún jeje.

Atentos a un pequeño detalle en este capítulo, tiene que ver con él, pero casi no se nota jaja. De todas formas, si no lo notan, lo sabrán más adelante.

A los que me preguntan que clases de ideas me mandan que yo suavizo, gente no tienen idea jaja, la rosa de guadalupe queda chica en comparación, en serio jaja.

Sin más les dejo el capítulo y espero que MÍNIMO COMENTEN BASTANTE ya que me lo pidieron tanto.

Espero ver muchos comentarios, en serio jaja.

Besos y abrazos. Los quiero a todos. 


Rhaenyra caminó tan rápido como podía al lado de su esposo que ni siquiera miraba hacia atrás.

Ella sabía lo que estaba haciendo, sabía que tomaría la culpa por Baela y Rhaena, pero tenía miedo de lo que fuera a pasarle. 

Para Daemon lo más importante en su vida eran sus hijos, y ella se había culpado de profanar a sus hijas.

Pero Baela y Rhaena merecían ser libres, merecían que nadie las apuntara como la apuntaron a ella en el palacio, que nadie las culpara por haber probado el placer antes del matrimonio.

Ellas merecían un matrimonio feliz, sin miedo a lo que ocurriría dentro de una alcoba. El mundo era cruel para las mujeres, ella lo sabía de sobra. Ellas no pasarían por eso.

Viserys la había obligado a tomar té de luna, la primera vez que ella yació con un hombre, y ella no lo tomó. Una semana después, ella estaba siendo obligada a casarse con Laenor.

Daemon no sería así con ellas, pero estaba seguro de que él quemaría todos los burdeles de la ciudad y a todos quienes hubieran tocado a sus hijas. Si Viserys había estado a punto de degollar a su hermano por tocarla a ella, Rhaenyra sabía que alguien más temperamental como Daemon sería capaz de matar a todo quién hubiera tocado a sus hijas y encerrarlas a ellas hasta el día de su matrimonio. O más. 

- Camina- dijo Daemon tirando de su brazo y solo entonces ella se dió cuenta de que se había quedado de pie.

Atrás de ella Aegon temblaba de ira, mientras Aemond siempre más calmado y centrado caminaba molesto por la situación.

Cuando Jacaerys vio llegar a Daemon junto a Rhaenyra, Aegon y Aemond, corrió a abalanzarse sobre Aegon pero Aemond lo detuvo.

- Vete a tú cuarto ahora Jacaerys- dijo Daemon mirándolo molesto, demasiado molesto con la situación como para tener que preocuparse de Jace también.

- Él tocó a mi prometida, voy a matarlo- dijo Jacaerys y Daemon soltó a Rhaenyra solo para avanzar seriamente hacia Jace.

- Irás a tú cuarto, con el resto de tus hermanos, y estudiarán todas las malditas cosas que tienen que aprender con los malditos maestres, yo solucionaré esto- dijo Daemon y Jace pensó rebatir, pero la mirada de Daemon le decía que no había nada que rebatir. No era una petición o una sugerencia, era una orden.

Una historia de traiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora