Capítulo XVII

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Hola a todos! Acá un nuevo capítulo. Tuve que borrar ideas y agregar otras que me enviaron a último momento jeje. Perdón la tardanza.

No olviden votar y comentar.

Besos y abrazos.

Daemon escuchó atentamente a Rhaenys hablando con Rhaenyra cuando volvieron al palacio.

Ellas acordaban mantener el secreto respecto a Baela y Rhaena, y Rhaenyra le confió como fue que ella ideó todo un plan para poder ayudar a Rhaena y Baela.

Cuando Rhaenyra salió del lugar para ir a su habitación, Daemon ya la esperaba allí.

Sin embargo, su mirada volvía a ser molesta y ella maldijo ¿Ahora qué había sido?

¿Por qué él estaba molesto ahora?

- ¿Hasta cuándo las malditas mentiras? ¿Es que acaso soy demasiado poco confiable como para que puedas confiar en mí? - gritó Daemon apenas ella entró al lugar.

Ella se sorprendió y casi saltó ante su tono de voz elevado, sin embargo, logró no retroceder.

¿Ahora qué había hecho? No recordaba haber hecho nada cuestionable en las últimas horas.

- No sé de qué hablas- dijo ella mirándolo avanzar hacia ella rápidamente.

- Hablo de Rhaena y Baela ¿Por qué me ocultaste que ellas fueron por su propia cuenta al burdel? - preguntó él mirándola fijamente.

Rhaenyra lo miró sorprendida. Él la había escuchado hablando con Rhaenys.

Intentó buscar una explicación, pero ninguna palabra venía a su mente.

Rhaenyra y Baela estaban en peligro, él se había enterado de todo, si él se había enterado, Jace y Luke sabrían de las aventuras de Baela y Rhaena. Todo estaba perdido. Todo por no cuidar de en qué lugar estaba hablando.

- Dime- exigió él y ella asintió rápidamente intentando calmarlo.

- Porque te habrías molestado con ellas, y también Jace y Luke- dijo ella y Daemon rodó los ojos.

- ¿Yo me habría molestado con mis hijas por visitar un burdel? - se burló él exasperado- ¿Yo? ¿El mejor ejemplo para decirles que no hagan eso? ¿Te golpeaste la cabeza o algo? - gritó él mirando a su esposa

- Pensé que como eras su padre- dijo ella y él negó antes de que ella se atreviera a seguir hablando.

- No soy Viserys- dijo Daemon mirando a su esposa- No soy mi hermano, jamás las habría juzgado, jamás- dijo él y Rhaenyra miró a su esposo. Bueno, eso tenía sentido.

De hecho, ahora que lo pensaba tenía bastante sentido. Pero aún así ella tenía sus motivos.

- Siempre estás de mal humor en el último tiempo, sé que es mi culpa, pero no puedes culparme por pensar que te ibas a molestar- gritó Rhaenyra mirándolo fijamente, casi con reproche.

- Eso no tiene ningún puto sentido- gritó él exasperado- ¿Tenías que ir y besar a Mysaria para cubrirlas? Pensé que me eras infiel con ella ahora- gritó Daemon y Rhaenyra se burló de él, sintiendo viejos rencores invadirla.

- Bien, pues ahora sabes lo que yo sentía cada vez que sabía que mi tío se había ido a revolcar con alguna mujer a la calle de la seda- dijo Rhaenyra y Daemon la tomó de un brazo volteándola con fuerza cuando ella le dio la espalda.

- La diferencia es que yo no estaba casado contigo aún- dijo Daemon molesto- Podría criticarte también por haberte involucrado con Criston Cole, y no lo he hecho- dijo Daemon y Rhaenyra lo miró.

Una historia de traiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora