Capítulo 2: "Aquella noche que todo cambio"

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             Todo era como de costumbre, yo recostado en mi cama sin poder pegar una sola pestaña, demasiado cansado, mientras por la ventana admiraba como se podía apreciar como lluvia de una manera torrencial, el sonido de la lluvia de alguna manera me ayudo a relajarme, aquel sonido de las muchas gotas que caían y se perdían en el techo de mi casa fueron la clave para poder conciliar el sueño. Entonces así comenzó mi sueño, ahí estaba yo caminando por un sendero lleno de árboles coloridos, flores a los costados de color azul, mientras seguía mi camino podía ver como distintos animales silvestres se paseaban por distintas partes del sendero, todo era tranquilidad, paz, armonía, aromas florales que se sentían tan reales, es así como sigo caminando, y en un momento una animal pasa muy rápido desde al frente mío hacia atrás de mí, fue tan rápido que ni siquiera logre ver que animal era, es en ese momento en el que volteo a ver que animal fue el que corrió frente a mis ojos, cuando me llevo la sorpresa de que todo el sendero a mis espaldas se había transformado en un ambiente tenebroso, arboles sin hojas y ramas secas, las hermosas flores azules que habían antes ahora eran grisáceas y por ellas escurría un líquido rojo que se asemejaba mucho a la sangre, volteo a ver al frente y todo se había transformado también, ahí es donde me di cuenta que nada de esto podría salir bien. Sin entender por qué mis pies siguieron caminando hacia delante sin que yo los pudiera controlar, sin poder detenerlos, desde fuera del sendero se escuchaban ruidos extraños, mientras tanto el ambiente se comenzaba a sentir cada vez más y más denso, cada paso que daba me generaba un mal rollo inimaginable, un escalofrío recorría mi cuerpo de manera incesante, intente detenerme muchas veces pero todo fue en vano, seguí caminando durante varios metros cuando a lo lejos comienzo a divisar una neblina oscura. Fue en ese instante cuando desde uno de los árboles del sendero sale sorpresivamente una sombra larga de rápidamente toma la forma de unas garras gigantes y puntiagudas, sombrías y siniestras, aquella sombra me agarra, acto seguido comienza a apretarme fuerte mente, ahí es cuando siento que comienza de verdad la inmersión, a la vez que siento el inmenso dolor que me producen las fuerzas de sus garras, en mi habitación todo comienza a obscurecerse, la luz de la luna que entraba por la ventana se esfuma, el sonido de la lluvia se detiene, puedo verlo todo, de alguna manera estoy consciente en mi cama completamente paralizado sin poder siquiera mover un dedo, mientras al mismo tiempo estoy atrapado en esta maldita pesadilla, el dolor se hace cada vez más agudo, intento gritar para ver si es que mi mama desde su habitación logra escucharme y ayudarme a salir del trance, pero todo fue en vano como era obvio, ya que, como siempre mi boca queda completamente adormecida, volviéndome incapaz de pronunciar tan siquiera una palabra, sin poder modular nada, mientras todo a mi alrededor comienza a sacudirse, la sombra al mismo tiempo me levanta y me azota en varias oportunidades, hasta que en un momento aparece una puerta macabra un par de metros frente a mí y de ella sale ni más ni menos que la entidad que siempre se presentaba frente a mí en todas mis inmersiones, que siempre se queda mirándome fijamente a los ojos con distintos rostro y me transmite algo que me hace sentir pánico, miedo, desesperación y que me paraliza muchísimo más, dicha entidad cruzo aquel umbra esta vez como una sombra difusa e irreconocible, que vestía una túnica solamente y se asemejaba un poco a una figura antropomórfica, camino hacia mi lentamente como lo hacía en todas las pesadillas y se para frente a mí, pero esta vez se sentía distinto, algo no era como de costumbre en mis parálisis de sueño, esta vez fue diferente, ya que por primer vez durante todo este tiempo que llevaba acosándome sueño tras sueño, jamás había dicho ni una sola palabra.

Se paro frente a mí y desde la manga de su túnica saco lo que parecía ser una espada hecha a base de sombras y de ella salían distintos espectros que comenzaron a girar alrededor de la entidad, me miro frente a frente con unos ojos rojizos, demasiados tétricos y con una voz muy carrasposa y demasiado grave, mucho más macabra que una voz de ultratumba me dice: - Hoy por fin podre acabar contigo, de esta no te salvas Liam, de una vez por todas dejaras de ser un estorbo para nuestros planes.

- ¿Estorbo? - me dije a mi mismo, las palabras de la sombra me descolocaron, era tanto el miedo que sentía que ni siquiera pude decir nada, solo pude pensar en porqué yo sería un estorbo, si solo era un chico que apenas acababa de entrar a estudiar a la universidad, un chico hogareño que solo tenía dos amigos que me buscaban siempre para divertirse conmigo, - ¿Qué daño puede hacer un chico como yo? – me volví a preguntar, ya que, no podía entender que es lo que había hecho para merecer esto. Toda mi vida solamente me dedique a esforzarme para así algún día logra que mi abuelo, aquel hombre que durante muchos años había trabajado turnos triples para poder cumplir la labor de un padre ausente, aquel tierno abuelito que me educo en valores y me enseñó a ser alguien de esfuerzo, pudiera algún día estar orgulloso del hombre adulto en el que pensaba convertirme.

Luego de eso se me vino a la mente cada maldita inmersión que había vivido durante tantos años, cada noche en vela, todas aquellas veces en las que dormí menos de 3 horas, todas las veces que colapse de cansancio, todas aquellas torturas que había sufrido por culpa de esta entidad que nunca dejo de perseguirme, pero que por alguna razón nunca había logrado hacer nada más que solo atormentarme, pensé en todas esas cosas y me pregunte - ¿acaso esto realmente puede ser llamado vivir? – quizás esta era la oportunidad de por fin descansar de este martirio que venía viviendo desde hace 4 años atrás, por un momento deje de considerarlo y entre lágrimas acepté mi final, sabía que no podía hacer nada más y estaba completamente a merced de la sombra. Cerré los ojos entre llantos y agaché el cabeza resignado.

Llegó tu hora -dijo la sombra- acto seguido puedo sentir como la espada atraviesa mi pecho, grite de dolor, un dolor que durante toda la inmersión siempre fue tan real, comienzo a sentir como algo dentro de mí me presiona. Cuando de la nada un rayo de luz brillante y cegador atraviesa a la entidad malvada y esta grita para luego hacerse polvo, la garra que me sujetaba y la sombría espada también se esfuman y todo comienza a iluminarse, tanto el sendero como mi habitación comienza a volver a la normalidad, mientras tanto a lo lejos puedo ver como unas silueta comienza a caminar hacia mí, a la misma vez puedo ver como mi alma comienza a brotar desde mi cuerpo y lentamente empieza a elevarse hasta salir de mi casa y seguir hacia el cielo. ¿Será que si me merezco el paraíso eterno? – me pregunte- y justamente esa fue la última imagen que alcance a ver antes de perder el conocimiento.

Cuando desperté frente a mí, de pie estaba una persona dándome la espalda que vestía una armadura blanca con detalles azules y dorados, comienzo a ver a mi alrededor y me encuentro con que estoy dentro de lo que pareciese ser una burbuja, que se encuentra viajando por una especie de cosmos brillante y de distintos colores hasta que por fin logre ponerme de pie.

Hasta que al fin despiertas muchacho, tranquilo siéntate que no voy a hacerte nada, sé que debes tener muchas preguntas, pero cuando lleguemos al Ánfora te lo explicaremos mejor, por mientras disfruta el viaje -dijo el hombre desconocido-.

Simplemente me quede en blanco y lo único que pude hacer fue seguir mirando hacia afuera de la burbuja mientras esperaba que al menos esta vez esto no terminara conmigo otra vez atravesado por una espada en medio del pecho.

ONÍRICO "Y LOS GUARDIANES DE LA ANFORA"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora