XIII

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Bright al darse cuenta soltó al niño de la sección A y se arrinconó a una esquina, asustado e hiperventilando. 

El niño salió corriendo y Win se apareció frente a Bright.

—¡Sácala de aquí! —se retorcía de la anidez extraña que sentía en todo su cuerpo. Su mente le decía que en cualquier momento la arachnida saltaria para morderlo—. Por favor —suplico. 

Win grabó un poco del asustadizo Bright en su móvil, volviendo a guardar en su bolsillo. Con una sonrisa ladina, hablo.
—Mirate. Tan indefenso y asustado. 

—No, N-no solo llévatela. 

—Veamos —jugó con las palabras—. Por mi puedes quedarte todo el día allí, ¿Sabías que si no tratas una picadura de tarántula puedes morir lentamente.

Ciertamente eso no es verdad, pero para algunas personas que pueden llegar a ser alérgicas a los arachnidos puede significar la muerte. Pero el pequeño diablillo conocía a su hermosa tarántula. No le haría nada a su compañero aunque lo deseara. 

—Por favor Win, haré lo que digas ya no te molestaré —sollozó Bright. 

—No lo sé, ¿qué me garantiza que no seguirás molestando? 

—No lo haré, lo juro —temblaba Bright, haciéndose más pequeño en su lugar, mientras la tarantula caminaba lentamente hacia él. 

—Bien, pero no molestas a nadie más y me comprarás jugo de mora todos los días —aprovecho Win, ya que era su favorito—. Y si se te ocurre faltar al juramento, no será una tarántula serán varias, Bright —cambio la voz tranquila a intimidante y malévola. 

—S-si

Win sonrió dulce, colocando la palma de su mano en el suelo y con facilidad la arachnida se subió en ella. Con delicadeza fue guardada en el frasco junto a su otra compañera. 

—Me voy, fue un placer hablar contigo —sonrió, para salir de los baños.

 Camino hasta la entrada y vio a Prim jugando con un mechón largo de su cabello. 

—Lograste algo —pregunta Prim. 

—Está hecho. Ya vinieron por mí, nos vemos mañana —se despidió Win de su amiga, subiendo a la minivan. 

Saludo al entrar a la minivan con tanta calma, como un triunfante ganador en juegos de mesa. Era tan solo un niño con la mente más escabrosa, pero seguía siendo el buen, juguetón y tierno conejito a la vez. 

—¿Cómo te fue hoy conejito? —pregunto Up revolviendo los cabellos de su hermano. 

—Muy bien —dijo feliz. 

—Abróchate el cinturón —pidió el castaño, viendo su camino preparado para comenzar la carrera circuito imaginaria. 

En el camino a casa, Up le platico a su padre de las desapariciones de sus compañeros, que han aumentado en ese mes. Siendo un terror para los chicos y aunque oficiales custodiaban las escuelas e institutos no abarcaban todos los establecimientos, pero Gulf escucha detenidamente a su hijo. Debe apresurar los planes.  

El viaje termina y los chicos vuelven a respirar tranquilos de llegar vivos. Salen del auto y entran a la casa. Up es el primero en subir las escaleras y Win hace lo mismo pero Gulf le habla. 

—Conejito, ¿tienes algo que decirme? 

Win detiene el paso que iba a dar al siguiente escalón, se dió la vuelta torciendo la boca haciendo como que no sabía. 

—¿Como qué papi?

—No te hagas el inocente, sabes de qué hablo. Ya se que las descubriste.

—Lo único que quiero es soltarlas, su especie está en peligro de extinción y no es bueno que las tengas en un sótano oscuro —compadeció a las arácnidas.

El castaño se quedó pensando y aunque inicialmente las tarántulas serían para espantar a un proveedor de su trabajo le dió la razón a su hijo.

—Puedes soltarlas —autorizó. 

Su hijo menor se alegro y bajo hasta su padre y lo abrazó. 

Por supuesto que el pequeño Win soltará a las tarántulas, ese fue su pensamiento inicial pero primero llevó a cabo su travieso plan. Ahora ya realizado, soltara a las arachnidas aunque se las quería quedar, pero sabe que no es una vida libre para sus hermosas tarántulas. 

Win subió a su habitación siendo seguido por Ruffus quien se le pegó al llegar. Estaba listo para soltar a sus amigas pero le dirá a Mew que lo acompañe.

La tarde fue tranquila, Off llegó de estudiar y se encontró a su padre junto al pelinegro parados frente al sofá donde estaban sus dos hermanos, era extraño y presentía que algo inevitable se acercaba

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La tarde fue tranquila, Off llegó de estudiar y se encontró a su padre junto al pelinegro parados frente al sofá donde estaban sus dos hermanos, era extraño y presentía que algo inevitable se acercaba.

—Off que bueno que llegas, ven siéntate —llamo Gulf—. Queremos decirles que Mew y yo nos gustamos…  —hizo una pequeña pausa—. Pero no queremos que se sientan incómodos o alejados y su opinión es importante.  

—¿Quieren que les digamos si estamos de acuerdo? Porque para mí está bien, me alegra —dijo con sinceridad Up. 

—¿Cómo novios? —preguntó Win con ojos brillantes. 

Gulf asintió, viendo que sus dos hijos aceptaban, pero Off no tenía ninguna expresión. 

—¡Sii! —dijo Win abrazando a Mew. 

—Sepan que quiero a su padre pero también me comprometo con ustedes, pueden contar conmigo, no me entrometeré si ustedes no quieren, pero si me necesitan aquí estaré —interviene el pelinegro. 

—Por mi está bien —dijo Off suavizando su expresión, no quiere oponerse, no tiene ánimos y lo que el pelinegro le dijo lo tenía entre dudas. 

Mew agradeció internamente a Off, el tiene confianza de que algún día lo aceptará, le demostrará que no tiene ninguna mala intención con su padre y que jamás le hará daño.

IT'S NOT THINK WHAT YOU  [MewGulf]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora