Ballon d'Or

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Hace días que vengo pensando en cómo estará Alexia. Por lo que me cuentan Mapi y Olga, está sufriendo ataques de pánico debido a la ansiedad que le produce no poder jugar al fútbol y seguir demostrando que es la mejor.

Esta semana no he parado de recibir WhatsApp's de ambas, aunque siéndoos sincera, los que más me preocupan son los de Olga. Alexia lleva una semana con ataques de ansiedad por las noches. Tiene pesadillas y se despierta muy agitada, incluso ha llegado a tener taquicardias.

Hoy es 17 de Octubre. Alexia recibe en París el merecidísimo segundo Ballon d'Or. Antes de empezar a prepararse, hacemos Facetime. Ella sigue pensando que estoy en Chicago. Estas últimas semanas, no hemos podido hablar ya que era difícil esconderle que estaba en Barcelona. En sus ojos podía ver la emoción de volver a sentirse futbolista después de 3 meses y medio. Estaba rodeada de los suyos y se notaba que estaba muy feliz. Estuvimos hablando unos 5 minutos. Antes de colgar, le pregunté si estaba Olga por allí y si estaba que me la pasara. Al momento, Olga cogió el teléfono.

- Ei, ¿qué tal? — me dijo Olga.

- No tan bien como vosotras, las no estrellas tenemos que trabajar — les dije en tono jocoso. —  Ale, porfa, déjame un segundo con Olga que necesito comentarle una cosa que me preguntó el otro día — sabía que Alexia no se iba a mover del lado del teléfono. 

- Secretitos a mis espaldas, genial — dijo sonriendo Alexia.

- Estoy intentando ganarme a tus amigas cariño, incluso a las que están lejos de ti — eso último lo dijo en un tono de voz más fuerte. De fondo escuché un "lo que me faltaba, me voy abajo, cuando terminéis con esto me avisáis.". Genial Albita, gracias por el recibimiento. — Ostras, perdona, no he caído — dijo preocupada Olga. Alexia se marchó con cara de pocos amigos.

- Tranquila, no te preocupes, algún día espero que olvide todo el rencor que me tiene — le dije esperanzada. — A lo que íbamos Olguita. No quiero asustarte, pero aunque veas bien a Ale, puede ser que no lo esté. Por favor, estaros muy pendiente de ella, en cualquier momento puede volver a pasar. — no respondía, se la veía realmente preocupada. — Mañana en la cena, intentaré hablar con ella, no como amiga, sino como médico. ¿Está bien?

- No te preocupes, seré su lapa esta noche — comentó Olga pensativa. De verdad no quería preocuparla, pero hoy es uno de esos días donde la euforia es la peor enemiga cuando hay problemas de salud mental. Cualquier comentario o acto, puede desencadenar un ataque de ansiedad como hacía tiempo que los sufría. Nos despedimos al momento, cruzando los dedos y rezando lo que no sabíamos rezar para que Alexia hoy, estuviera bien.

Me levante a las 17:00h del día siguiente. La noche anterior había sido movidita en el hospital. Lo mejor de todo fue que no recibí ningún mensaje de Olga por lo que parecía que todo estaba bien. Revisé mi móvil de nuevo. Miriam me había escrito. Habían quedado a las 20:00h en casa de Alexia para recogerla y darle vueltas por Barcelona y luego ir todas juntas al restaurante. El resto estaban citados a las 21:00h. Le comenté que prefería llegar directa, no quería propiciar ningún encuentro incómodo en casa de Alexia. Además, sabía que a Alba aunque le sentara mal verme allí, no iba a decir nada. 

Estábamos en la terraza Helena y yo hablando de todo y de nada cuando sonó el timbre. Eran Fran y Jean Luc viniendo de Chicago por sorpresa para instalarse ya en Barcelona. Por fin volvía a tener a mis 3 ángeles juntos. Les enseñamos la casa y cuando quise darme cuenta, ya eran las 20:00h. Genial Júlia, llegas tarde — pensé. 

En mi vida había sido tan rápida como ese día para ducharme y arreglarme. Era una cena de etiqueta. Me había decidido por un vestido negro con la espalda abierta, pero viendo las horas que eran y pensando en el maravillo tráfico que hay en Barcelona, me decanté por un traje pantalón negro y crop-top blanco y así, poder ir en moto.

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