Un lunes cualquiera

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7 de Noviembre del 2022. Hospital Universitari Dexeus de Barcelona.

Después del susto que nos dio Alexia en mi casa, la cité en la clínica con los médicos del club para evaluar su estado. Es cierto que no habíamos hablado del tema, pero Alexia no era tonta, fue consciente en todo momento de que algo no iba bien cuando le pasé el fonendo a Helena.

Habían pasado dos semanas de esa noche, no quería tampoco meterle prisa en hacerle la revisión pero cuanto antes viéramos que era lo que ocurría, antes le podríamos poner solución.

No había contado nada a nadie, ni a compañeras ni a su familia, quería llevarlo en silencio y cómo manda el código deontológico, el secreto profesional no puede desvelarse. Sabía que estaba preocupada porque se le venían a la mente los problemas cardíacos que sufrió su padre al final de su vida. 

Eran las 08:30a.m. cuando Alexia entró por la puerta de la clínica y se dirigió a Marta, la recepcionista. Iba acompañada de dos hombres que supuse que eran los médicos del club. Preguntó por mi, pero en ese momento estaba atendiendo una urgencia por lo que mandé a Helena en mi nombre.

- Alexia — la llamó Helena — seguidme, Júlia viene en un momento. ¿Qué tal? ¿Cómo te encuentras? — prosiguió hablando mi compañera.

- Todo bien, gracias — contestó seca Alexia. Estaba claro que no quería conversación.

- Estate tranquila, todo se solucionará, estás en manos de la mejor — Helena le guiñó el ojo y siguió guiándoles hasta la sala en dónde le realizaríamos las pruebas.

Helena les fue comentando tanto a Alexia como a los médicos qué pruebas íbamos a realizarle, nada más que una prueba de esfuerzo monitorizada, un electrocardiograma y una ecografía. Con eso, al menos, tendríamos para una valoración inicial aunque luego tuviéramos que seguir buscando.

Cuando llegué a la sala, pude ver a Alexia realmente nerviosa. Estuve hablando 5 minutos con los médicos, los cuales habían traído las pruebas realizadas a principio de temporada y dónde, según ellos, se podía observar que estaba todo correcto. Cuando revisé esas pruebas, pude ver que no. Existía ya una pequeña arritmia que no había sido tratada y que esperaba que no se hubiera agravado. Le enseñé las pruebas a Helena mientras Alexia se cambiaba para realizar la prueba de esfuerzo, las dos coincidíamos en lo mismo.

Antes de que pusiéramos a Alexia encima de la cinta a muy baja velocidad por su lesión de rodilla, le hicimos una eco y un electro para determinar su estado en reposo. Luego con un poco de movimiento le hicimos otro más, que vino a decirnos lo que ya sabíamos. Alexia tenía arritmias y muy probablemente a cuanta más excitación, peor.

Para la gente común, una arritmia como la que tenía Alexia puede pasar desapercibida ya que si no te expones a grandes esfuerzos físicos, no suele notarse, pero ella lo estaba a diario. Le expliqué con calma cómo íbamos a proceder. Lo principal era que necesitaba descansar 2 semanas, cosa que Alexia no aceptó. 

- Ale, tienes que parar, necesitas parar — le dije más como amiga que como médico.

- No, no voy a parar, ¿qué otras opciones tenemos doctora? — cuando escuché el doctora de su boca supe que iba enserio, no tenía intención de escuchar mis recomendaciones.

- Está bien. Tenemos dos opciones: cirugía o medicación. — le dije fría mirándola fijamente a los ojos — Ambas pueden salir bien o mal, aquí les dejo la información de ambos procesos. Cuando tengan claro cuál es el que quieren seguir, me lo hacen saber. Y ahora si me disculpan, tengo que atender a otros pacientes. Cualquier cosa mi compañera Helena les podrá ayudar. — me despedí con toda la educación del mundo y salí de la sala. Si no iba a querer mi ayuda, mejor era que saliera de esa sala antes de que pudiera decirle cuatro cosas.

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⏰ Última actualización: Jan 08, 2023 ⏰

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