Seguíamos en el salón, unos hablando de fútbol y otros discutiendo de la sanidad pública. De un momento a otro y sin esperarlo, Ari propuso jugar otra vez a beso o atrevimiento. Me reí, la situación que tenía delante me parecía muy cómica. Estaba intentando ligar con Jean Luc y no sabía cómo meterle cuello y, para eso, prefirió montar este magnífico plan. Algunos objetaron pero al final aceptaron, después de las varias copas que llevábamos algunos en nuestro interior, nos daba igual todo. Ari, cómo buena anfitriona del juego, dejó caer que el atrevimiento no iba a ser nada ligero, que ya que estábamos en confianza íbamos con todo.
La primera en girar la botella fue Ingrid, menudo descubrimiento de chica de verdad, súper tierna y maja. Casualmente la botella apuntó a Mapi así que dudo mucho en que no sepáis que fue lo que escogió. Menudo beso de película.
El siguiente turno fue para Helena, la botella giró y cayó en mi. Menuda risas nos echamos.
- ¿Beso o atrevimiento? — soltó con rintintín Alba. Me volvió a coger la risa. Cuando bebo más vino del normal, me da por reírme mucho. Sabía que Helena iba a escoger beso, no iba a atreverse con un reto conmigo por parte de estas tres.
- Beso — respondió Helena levantándose hacía mi. Puse morritos mientras por lo bajini escuché un "no me lo puedo creer". Cuando Helena se puso delante de mí, me cogió la cara con las dos manos y me dio un beso en la punta de la nariz. Le puse una carita triste cuando se separó de mi. Ella enseguida respondió:
- Lo siento pero me gustan más jóvenes — dijo Helena mientras me giñaba el ojo. De fondo se escuchó un "vamossss". Todas nos quedamos mirándola fijamente. Aina era incapaz de saber dónde meterse.
Siguieron sucediendo los turnos hasta que llegó el de Alba. Antes de que girara la botella, me excusé con ir a la cocina a preparar algo de comer. No quería pasar por el trago de cualquiera de las dos cosas conmigo y muchísimo menos que lo tuviera que hacer con otra persona. Alexia me cogió la mano y me sentó de golpe, guiñándole el ojo a la hermana. Amor de amigas supongo. Me puse la mano a los ojos, en modo broma, entre-abriendo los dedos para poder ver alguna cosa. La botella sólo hacía que girar. Fueron los 20 segundos más largos de mi vida. Finalmente, decidí cerrar los ojos del todo, seguía sin estar preparada. Alexia sólo hacía que pincharme. Olga la regañaba. Por fin, la botella paró y no se escuchó ningún comentario al respecto. ¿Dónde había parado la botella? Bingo, en mi. Cuando abrí los ojos la descubrí plantada delante de mi dándome la mano.
- ¿Nos vamos 5 minutos? — me preguntó. Le cogí la mano por inercia, no porque realmente quisiera.
- Las cochinadas dejarlas para casa ehh — escuché de Alexia. Volvía a ser la de siempre.
- Estoy en casa Puti, acuérdate — le respondí a gritos mientras Alba tiraba de mi. Escuché risas generalizadas a las que Alexia respondía que era su hermana pequeña y tenía que protegerla. Me dio ternura. A mi hermana hace mucho tiempo que no la veo y echo de menos tener momentos cómo los que tienen ellas.
Alba me guio hasta la cocina y se sentó en la pequeña isla que teníamos en el centro. Mal, empezábamos mal. Mantuve las distancias con ella y me apoyé en la nevera. Al ver que no se decidía, intenté romper el hielo preguntando si le apetecía algo de comer. Me respondió que sí, que tenía hambre. Me dispuse a preparar unas tostadas con tomate y aguacate, cuando Alba decidió bajar de la encimera y abrazarme por detrás.
- Júlia — estaba a punto de llorar, se lo noté en la voz. — Te he echado muchísimo de menos, no puedes imaginarte cuanto. — Me giré y la abracé. No sé si hacía lo correcto, pero es lo que necesitaba en ese momento.
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Serendipia
Fanfiction¿Qué harías si después de dos años de salir de tu hogar recibes una llamada para volver? Eso es lo que le pasa a Júlia. Cardióloga de profesión y culé de corazón, decide dejar su vida para marcharse a Chicago y formarse para ser la mejor. Cuando cr...