Ruptura

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Hace un año que lo dejamos. Fue duro. Estábamos disfrutando de la mejor semana que hacía meses que no teníamos. Yo llevaba viviendo en EEUU un año, y apenas podía ir a BCN a visitarla. Digamos que nuestra relación se basó ese año en videollamadas y whatsapp.

Año COVID, yo en EEUU, viviendo en mis propias carnes la situación horrorosa que se daba en los hospitales. El doctorado pasó a un segundo plano. Hacíamos turnos interminables porque los compañeros caían como moscas. Sí, como moscas. La sanidad que tenemos en nuestro país es envidiable a lo que hay por ahí. Mis días se resumían en trabajar, estudiar y hablar con Alba. 

Me agobié, ella no lo entendía. Discutíamos diariamente. Lo que más me dolió en ese año que estuve "con ella" fue que nunca entendió mi posición como médico. Antes de estudiante de doctorado, era médico. Mi vocación era y sigue siendo la de ayudar a los demás. 

Un día hablé con Alexia, no hablaba con ella de los problemas que tenía con Alba, prefería hablarlo con el grupo de amigas o incluso con Jenni, ya que ella también conocía a las Putellas. Ese día no pude más, no era capaz de entender los miedos de Alba. Ale me contó que estaba decaída, que me echaba mucho de menos y que, el no saber prácticamente de mi en todo el día porque estaba ocupada y ella en casa confinada, le hacía pensar cosas que no eran. Ni que yo tuviese la culpa!!

Pasaron los días, hablamos y la cosa mejoró. La invité varías veces a venir a Chicago a pasar un par de semanas conmigo pero se negó, le daba miedo por el virus. Totalmente entendible, yo también lo tenía.

Le preparé una sorpresa, volé a BCN una semana antes de mi cumpleaños. Realmente quería estar con ella. Vino Ale a por mi al aeropuerto y fuimos a su casa. La vi más guapa que nunca, para que mentir. Hablamos con calma y aclaramos miedos que ambas a estas alturas, ya teníamos. 

Le propuse ir a Orlando, a ella le encantaba Disney y a mi, verla feliz. Estuvimos un par de días allí y antes de volar a Chicago para que se quedara una semana conmigo y fuera participe de mi día a día, me dejó. Me dijo que no quería seguir con la relación que teníamos, que era demasiado joven para tener las preocupaciones que tenía. Le pregunté si me seguía queriendo y, ¿sabéis qué?, no contestó. Dolió, mucho. Cambió su vuelo de Chicago a Madrid. Se fue y hace un año que no sé nada de ella. 

Se me paró el mundo. Volví a Chicago, qué más podía hacer, ¿verdad?. Llamé a Jenni, no sé por qué. Se lo conté, Alexia lo escuchó. Discutimos. Entendí que era su hermana, sabía que la iba a defender, pero yo también era su amiga. En ese momento, necesitaba comprensión y no la obtuve de parte de mi mejor amiga.

En este último año, me he centrado en mi y en mis estudios. Después de los reproches por parte de Alexia, estuvimos 1 mes sin hablarnos. No sé que pasó en su casa, pero un día me llamó. Alba le contó todo lo que había pasado y ahora sí, me entendió. 

Os reconozco que no ha sido fácil. Un año y medio de COVID, ver como la gente se muere en tus manos sin poder hacer nada más que aplicar medicamentos para que no sufran. Estrés, agobio e incluso un poco de depresión. Me refugié en los estudios. Saqué el doctorado con mención CUM LAUDE, soy la mejor de mi promoción. Actualmente, quiero volver a casa a trabajar, pero no a cualquier precio. 

Vi que existía una vacante para el Vall d'Hebron. No lo pensé y mandé mi currículum con todas las menciones de mis profesores y compañeros de profesión. 5 días más tarde, cuando ya daba por perdida la oportunidad de volver a casa, recibí la llamada.

- ¿Si? — contesté al ver que era un número español. 

- Buenos días, ¿es usted Júlia? — me preguntó una voz femenina al otro lado del teléfono.

- Sí, ¿quién llama? — volví a responder. Estaba nerviosa y ansiosa por saber quién estaba llamándome y sabiendo mi nombre.

- Mi nombre es Clara Martí y actualmente soy la Jefa de Cardiología del Hospital Universitari Dexeus de Barcelona — puuuuuuuuuuuuuum, mi cabeza estalló. No era el Vall d'Hebron, pero oye, ni tan mal. — ¿Te puedo robar 5 minutos y te comento el por qué de esta llamada? — me dijo.

- Claro, sin proo..bleema — titubeé, estaba muy nerviosa en esos momentos.




yasssssssssssss, poco a poco

el próximo, la llamada...

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