Nuevamente se encontraban en la habitación del hospital, Steve se limitó a ver la manera tan frágil en la que Eddie se aferraba a su cuerpo, sin poder evitar sentirse mal por él, ¿qué tanto le afectaría su muerte? ¿cómo podría salir adelante? La tristeza lo cegó durante tanto tiempo, que le dolía entender tanto la situación.

Steve perdió a su hermana y aquello lo destruyó, pero olvidó que Eddie también perdió a alguien, incluso más, porque le tocó afrontar la muerte de Max, y además ser testigo de su decadencia, de sus cambios de humor, de sus constantes crisis. Ellos eran su familia, la que Eddie eligió y amaba tanto, aquella que no volvería a tener.

Fue tan duro con Eddie tantas veces, que no se dio cuenta de todo lo que hizo por él. Por intentar verlo bien. Estaba tan arrepentido, esperaba que algún día pudiera perdonarlo.

-Ahora que vuelvo a leer esta parte, creo que se me ocurre una nueva forma de terminar la historia - le dijo animadamente - Tienes que despertar pronto, para que volvamos a discutir distintas ideas, y puedes escuchar todas las canciones que compuse, mi amor.

-Oh no - susurró Max, adelantándose a los hechos.

-¿Qué sucede? ¿Se acabó el tiempo? - preguntó, refiriéndose al momento de su muerte.

-No, mucho peor...

Y entonces, a la distancia, pudo escuchar su voz. Fuerte y demandante, con el característico tono de altanería suyo. El sonido de los tacones resonaban por todo el pasillo mientras le alzaba la voz a una de las enfermeras de turno. Eddie pareció percatarse de ello y salió para ver lo que ocurría.

Como si el día no pudiese ir peor, Noelle Harrington llegó para demostrarle que estaba equivocado.

-¿Se puede saber por qué demonios autorizan que un completo extraño vigile a mi hijo? ¿A quién le pidieron permiso? - cuestionó irritada, ignorando su presencia.

-Tu esposo lo hizo, Noelle - le respondió en el mismo tono - Aparentemente terminar un viaje por crucero es mucho más importante que visitar a tu hijo en coma.

-Wow - exclamó Steve sorprendido - ¿En verdad le acaba de contestar así a mamá? ¿Eddie? ¿Mi Eddie?

-Y eso que no lo has visto discutir con Robin - añadió Max.

-¿Quién te crees para venir a juzgarme? - le encaró la madre de Steve - Te recuerdo que no eres más que un error en la vida de mi hijo, así que te pido que te retires.

-No lo haré - replicó el rizado - Al menos no hasta saber que Steve reaccionó y se encuentra bien.

-Edward, deja este papel patético y date cuenta, no eres nadie en su vida, prueba de ello es que no puedes verlo sin alguna autorización, es hora de que te vayas.

-¿Para qué? - preguntó reteniendo las lágrimas - ¿Para que lo visites apenas unos minutos, te aburras y lo dejes solo? Steve me necesita, y estaré a su lado, así como lo he hecho durante estos cuatro años. Años en los que no has estado presente en su vida.

-Steve necesita a su familia.

-¡Yo también soy su familia! - exclamó derramando un par de lágrimas - Sé que no te agrado, y tenemos muchos conflictos, pero te guste o no, tu hijo es el amor de mi vida, Noelle.

-No es necesario que lo cuides más, Steve estará a cargo de la mejor atención del país, así tú podrás hacer lo que quieras sin que sea un impedimento.

-No es ningún impedimento, lo que más quiero es estar a su lado, acompañarlo hasta que despierte... Y soy capaz de todo. Por eso te lo pido por favor, no me alejes de él.

The Loneliest (Steddie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora