Entre azul y buenas noches (Mariana)

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El plan para el fin de semana sonaba increíble: noche de karaoke en casa, pizza y algunas bebidas preparadas por un bar tender practicante. Muchas veces he escuchado que es mejor no ilusionarse con ningún plan porque puede no hacerse realidad y esta ocasión había comprobado dicha frase.

Al final si que estuvimos en casa comiendo pizza, pero el karaoke fue sustituido por horas empacando para la mudanza. Para las 2 am Alba ya no podía más y Piero, su novio, estaba a nada de quedarse dormido en el sofá.

-Esta es la última caja por hoy, estoy muerta-suspiro y se recargó en el sillón donde Piero estaba acostado

-Al menos hemos avanzado, ya solo quedan un par de cosas en tu habitación, el mueble del sanitario y aquel de la esquina- Señale el mueble café con tres cajones que encima tenía una plantita

-Mañana o el lunes termino de empacar y me llevo esos muebles 
también-resoplo- Pero la plantita te la quedas tú para que te acuerdes de mi

-Querrás que no sobreviva...- Musito Piero con los ojos cerrados-Sabemos que Mar hace mil cosas, pero lo de las plantas nada más no se le da

-Si yo fuera tú le haría caso a Piero

-Mínimo espero que sobreviva un mes...

-¿Ya nos vamos?- Alba se puso de pie y le dio unas palmaditas a su novio

-Quédense, ya es tarde- recomendé

-No no- Piero se puso de pie

-Miren, así mañana pueden continuar con la mudanza y descansan un poco más

-Mar tiene razón- Parecía que Alba había sido convencida con mi argumento

-Bueno, pero nos despertamos más tardar a las 9, ¿vale?

-Vale

-¿Me quedo aquí en la sala o..?

-Ya sabes que en el cuarto de huéspedes- interrumpí a Piero a media frase

-Mar, ¿me prestas cobijas?, solo tengo una, las demás ya me las llevé

-Si, en el cuarto de huéspedes hay

Después de asegurarme de que ambos tuvieran lo necesario para pasar la noche, limpie la cocina y recogí algunas cosas para que no luciera tan desordenado, aunque trate de hacerlo lo más rápido que pude, termine yendo a dormir a las 3 am.

Como la mayoría de mis domingos despertaría hasta tarde y ni siquiera el ruido que hicieron Alba y Piero al despertar pudo interrumpir mi objetivo. Para cuando regresaron por la última carga de cajas, yo estaba preparándome papas fritas para 'desayunar'.

-Buenos días, Mar

-Tardes, querrás decir- recalco Piero

-También a mí me da gusto verlos- Saludé a ambos con un beso en la mejilla y a Piero le di un leve golpe en la cabeza

Alba y Piero llevaban 1 año de relación y aunque en un inicio él era algo tímido, con el tiempo fuimos formando una amistad, claro, no igual de íntima que la que tengo con Alba, pero lo es en otros aspectos.

-¿Ya comieron algo o quieren papas fritas?

-Compramos sándwiches de Rodilla-Alba señalo una bolsa que estaba en la mesa

-Uf, son mis favoritos- sonreí- Solo termino de freír estas papas y nos ponemos a comer

Mientras comíamos, hablamos un poco de la mudanza. Alba se mudaría a una pequeña casa, propiedad de sus padres, ellos quisieron prestársela en lo que junta dinero para algo propio. En los últimos seis meses ella había trabajado muy duro y le estaba yendo bien económicamente por lo que, decidió dar el gran paso de independizarse.

En algún lugar de mis sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora