El lunes por la tarde, después de mis clases, me vi obligada a ir al centro de la ciudad a comprar algunos materiales para el proyecto, estábamos a tan solo unos días de presentarlo y aun había varios detalles por afinar. Piero había insistido en acompañarme, pero no me desagradaba pasar una tarde sola en el centro de Madrid, sobre todo por el placer de caminar y disfrutar de los bonitos spots. Las compras las realicé en menos de una hora y el resto del tiempo estuve dando vueltas en la plaza mayor y caminando por los alrededores. Fueron horas de pensar, de encontrarme conmigo, me sentía muy feliz por mis amistades, por cómo iban mis clases en la universidad, el proyecto con Piero y por Gianluca. Me había costado imaginar vivir con un chico, pero no estaba resultando tan mal.
Cuando menos me di cuenta, ya se estaba oscureciendo y volver a casa no fue tan sencillo como en otras ocasiones, aunque llevaba varios años viviendo en aquella ciudad parecía que aquella noche el transporte me estaba jugando una mala pasada. Después de tomar el metro equivocado, tener que regresar y tomar ahora si el correcto a casa, camine en busca de una panadería, lo cual me llevo a perderme y sin siquiera poder encontrar el dichoso pan que pensaba cenar. Tras casi una hora perdida y sin que Google Maps me resolviera mi problema de geocalización, termine llamando a Gianluca para que me auxiliara.
-Hola, Mar
-Hola, Gian...
-¿Qué paso?
-Puedes buscarme- Trate de sonar lo más tranquila posible
-¿Cómo que buscarte?
-Me perdí...
-¿Cómo que te perdiste?
-Si, así como lo oyes, no se dónde estoy-Sus preguntas no ayudaban con mi paciencia
-¿En el sentido filosófico o....?
-¡Gianluca!
-Vale, vale, ¿Dónde estás?
-¡No lo sé!
-Tranquila, solo mándame tu ubicación por Whatsapp
-Okay
-Iré por ti de inmediato, ¿Estas en un lugar seguro?- Por su tono de voz percibí que estaba preocupándose
-Estoy afuera de un local, aun esta abierto, espero que no cierre pronto
-Vale, no te muevas de ahí, ya voy por ti
No podía evitar sentirme ansiosa, sentía una incomodidad en el pecho y me daba miedo que cualquier cosa mala me pudiera pasar, el local ya había cerrado y se veían muy pocas personas transitando. Miraba para todos lados, esperando a que en cualquier momento Gianluca apareciera por fin. Tras unos 20 minutos esperando, logre visualizarlo en contra esquina de donde yo estaba., alce ambos brazos esperando que él me notara. En cuanto me vio, cruzo las calles con precaución para llegar conmigo.
-¡Gianluca!- Me apresure a abrazarlo- Gracias por venir- Dije aun sin separarme de el
-Incluso si hubieras estado al otro lado de la ciudad habría ido a buscarte-Nos separamos del abrazo- ¿Quieres ya regresar a casa?
-Podríamos llegar por algo para cenar- Encogí los hombros
-Vale, busquemos algo
Nos encaminamos al coche para luego dirigirnos a una panadería, Gianluca insistió en comprar panes extras, decía que llegaríamos a un lugar antes de ir a casa y que los panes eran algo indispensable.
-¿A dónde me llevaras?- La zona por la que andábamos me era muy familiar
-Con un amigo
-¿Ignazio vive por aquí?
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En algún lugar de mis sueños
Fiksi PenggemarLa vida tan planeada de Gianluca y Mariana se termina cruzando cuando un percance los una en un mismo apartamento. Una amistad inofensiva termina aflorando sentimientos que ninguno de los dos quiere que sean reales. Una relacion a distancia, una pla...