Fiamme negli occhi (Sara)

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Gianluca y yo nos conocimos en la universidad, de la manera mas normal, por medio de amigos en común. Ambos tenemos la misma edad, por lo que entramos a nuestras respectivas carreras al mismo tiempo. En el instituto en el que Gian estudiaba, también estaba mi mejor amigo llamado Jules, en los primeros semestres tenían clases en común y se hicieron buenos amigos, por lo que llegamos a vernos en varias ocasiones. A decir verdad, desde la primera vez que lo vi me atrajo, me pareció un chico muy atractivo, con buen gusto en ropa y bastante caballeroso.

Fue hasta la fiesta de cumpleaños de Jules que Gian se digno a acercarse a mí de forma romántica. Podía notar su nerviosismo y timidez, lo que hizo que valorara aun mas su esfuerzo. Lo siguiente es historia, comenzamos a salir, a conocernos y ver si las cosas entre ambos podrían funcionar para una relación. Después de tres meses, me pidió que fuera su novia (Un 17 de marzo) y yo gustosa acepte. Jamás creí tener la historia de amor que tengo con Gian.

Nunca fue un secreto que él tenía planeado realizar un intercambio a España, claro que yo no me interpondría en eso, sabia lo importante y significativo que era para él. Como su novia, me enfoque en apoyarlo, en ayudarle con los tramites, a perfeccionar su español, los vuelos, etc. En algunos momentos, Gianluca me decía que ya no quería seguir, que tenia miedo que la distancia fuera un detonante para que nuestra relación terminara y aunque yo también tenia ese miedo, ambos nos encargábamos de poner los pies en la tierra y recordar que podríamos lograrlo.

De marzo a finales de junio, disfrutamos de ser una pareja normal. Conocí a su linda familia y el conoció a la mia, compartíamos algunas amistades, él siempre me sorprendía con algún detalle (una rosa, chocolates, notas, etc) y yo organizaba las mejores citas (noche de juegos, karaoke-bar, paintball o museos). A ninguno de los dos nos apenaba demostrar cuanto nos amamos, Gian tenía mi fotografía en todos los lugares posible, hablábamos y nos mensajeábamos por horas y pasábamos varios días a la semana juntos.

El día mas triste fue cuando voló a Madrid, el aeropuerto de Roma presencio una despedida difícil y obligatoria. Ambos hicimos algunas promesas ese día: Mínimo enviarnos un mensaje todos los días, que no pasara mas de una semana sin hablar acerca de como nos iba y en caso de discutir o pelear, hablarlo en menos de 24hrs. Cuando lo prometimos ambos pensábamos que no tendríamos que estar recordándonos esas reglas, lo cual no sucedió.

El primer mes fue el más difícil para mí, para Gianluca fue diferente, para él todo era nuevo, estaba maravillado con la universidad, con las clases y las nuevas amistades que estaba formando. Claro, me recordaba constantemente que me echaba de menos y que la ciudad seria mas maravillosa si yo estuviera compartiéndola con él. Yo también le decía que le extrañaba pero le insistía en que no debía preocuparse por mí, sino que se enfocara en su presente y en lo que tenia en aquel país. Todos los días recibía sus mensajes, incluso aunque yo tardara horas en contestar, él siempre me contaba sobre su día o sobre cómo se sentía y tratábamos de llamarnos por las noches, a el ni siquiera le molestaba tener que salir de su habitación para no tener que molestar a su compañero de cuarto. Ambos hacíamos lo mejor que podíamos y no estaba saliendo mal en realidad.

Algunos amigos y familiares pensaban que terminaríamos pronto, que él o yo encontraríamos a alguien más o que simplemente la distancia nos cansaría. Trataba de ignorar aquellos comentarios, porque confió en Gian y no había hecho o dicho algo que me hiciera dudar. A parte, ninguna de estas personas habían tenido una relación a distancia, así que solo se basaban en las malas experiencias de otras personas o de lo que veían en series o películas. La historia de Gianluca y yo no seria así.

Cuando Gianluca tuvo que mudarse al apartamento de Mariana, mi seguridad se vio tambaleada. Ahora el viviría con una chica. Después de hablar varias veces de eso, Gian me convenció en que nada pasaría y que debía confiar en él. Sabia que se había esforzado por encontrar un buen lugar para vivir y el departamento de aquella chica fue lo más conveniente.

No conocía en persona a esa tal Mariana y Gian realmente no me hablaba de ella, la mencionaba algunas veces pero no entraba en detalles, lo que me parecía bien porque no debía ser alguien relevante en nuestra relación. Aunque en menos de una semana Gian fue cambiando algunos hábitos que ya teníamos, como las llamadas en la noche, pasaron a ser llamadas durante la tarde y no todos los días porque en una ocasión, Mariana se había molestado. Algunas de nuestras citas se aplazaron por planes donde ella estaba involucrada, como la vez que fue a una cenar para hablar con ella sobre el departamento, cuando cocinaron juntos, el concierto de Morat (nuestro grupo favorito) o cuando ella se perdió en la ciudad y Gian tuvo que ir a su rescate. Todo esto terminaba en alguna discusión con Gian, donde el insistía en que nada pasaba entre ellos y que ella no mostraba ningún interés romántico en él.

Tras la última discusión, decidí que era hora de ir a Madrid. Gianluca y yo cumpliríamos 7 meses en unos días, era el pretexto perfecto para visitarlo. Quería conocer el lugar donde vivía, a sus amistades, su universidad y todos los lugares que él ya había visitado. Admito que también quería conocer a la tal Mariana, a quien para ese momento, ya la había visto en una fotografía que Gian reposteo del concierto, foto que la mejor amiga de Mariana se encargo de publicar. No podía evitar sentirme celosa, sentir que aquella chica estaba ocupando mas del tiempo de Gian, tiempo que podría ser para mí. Ese sentimiento no quitaba que me sintiera mal porque realmente Gian se estaba esforzando y no me había dado ninguna muestra de ya no estar interesado en mí.

A mi familia y amigos les desconcertó que decidiera ir a visitarlo, ya que, el viajaría a Roma para el aniversario de boda de mis padres que seria el primer fin de semana de noviembre. Lo único que se me ocurrió fue decirles que Gian tendría un evento importante de la universidad y me había pedido acompañarlo. Aquel pretexto no los convenció del todo pero aun así, apoyaron mi decisión.

Mi viaje a Madrid seria dos días después del día que cumplía un mes mas con Gian. Ese día Gian estuvo muy ocupado con deberes de la universidad, pero en la noche nos dimos un espacio para hablar e incluso de jugar en línea, un poco como lo hacíamos cuando estábamos juntos en Roma.

-¿Y el fin de semana tienes algo que hacer?- Pregunte de la manera mas casual para evitar sospechas

-No, creo que solo hacer limpieza- Río- Le toca a Mariana pero ella no estará y me pidió intercambiarlo

-¿Cómo que no estará?

-Viajara a Roma, participó en un concurso con Piero en la universidad y ganaron- Sonrió- Y este fin participaran en otro concurso pero en Italia, de hecho, han estado trabajando en eso porque ya el jueves tienen que viajar

Parecía que el destino me estaba jugando una mala pasada o tal vez, no quería que mi viaje para ver a Gian se viera truncado con la presencia de aquella chica.

-Que genial, ojalá disfruten la ciudad, Piero es el novio de su mejor amiga,¿cierto?

-Si, aunque ellos igual son amigos

-¿Y cuando regresan?

-El domingo por la tarde

Yo regresaría a Roma ese mismo día pero por la mañana, por lo que, sería imposible si quiera toparnos. Realmente no tenía sentido pensar en ella, cuando lo importante es que vería a mi chico, a mi novio, después de casi 3 meses lejos.

-Es una buena cantidad de días para disfrutar de Roma

-Si...por cierto, eso me recuerda que tú y yo casi nos vemos de nuevo

-¡Si!, en cuanto mis padres tengan las invitaciones, te enviare una

-Ya muero por verte, te extraño tanto amor- Me dijo con su dulce voz

-También te extraño, todos los días

-Ya cuento los días para volver a verte, para abrazarte y besarte

-Ya veras que pasaran rápido- Dije, sabiendo que en menos de tres días estaríamos juntos

En algún lugar de mis sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora