Un mauvais rêve

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- No... ustedes pueden hacer más, No? -Decía la rubia entra lágrimas.

Sus suegros bajaron la mirada apenados.

- Lo lamentamos... tal vez así sea lo mejor.
Tal vez en algún otro lugar se vuelvan a ver -Hablo con tristeza Morticia, después de todo, no es lo más agradable saber que tu hija ya no estará.

Todo estaba tan mal, ella no la pudo cuidar ¿Cómo se podría cuidar a si misma?

Por su culpa su quería novia... Ya no estaba, por su culpa su vida se apagó.

Su luna ya no brillo...

Su luna se apago, ella la apago.

El aire regreso a su cuerpo, confundida con lo que pasaba... ¿Muerta?

Cuando proceso todo entro pánico y sin importar que su ropa estuviera arruinada por los hechos de la noche anterior subió corriendo a la habitación de su novia.

En cuanto la vio acostada sin siquiera mover una extremidad corrió hacia ella y se lanzó a su pecho comprobando que su corazón siguiera latiendo.

Fue grande su alivio al saber que ella seguía.

Su corazón latía tranquilamente, como si estuviera dormida, aunque bueno, así era.

La azabache estaba completamente dormida, ya que por la pérdida de sangre estaba muy débil, sumándole que eran alrededor de las 6 de la mañana

-Mierda, me sacaste un gran susto -hablo entre Lágrimas la rubia -no sé que hubiera hecho sí te perdía -Era lo único que podía decir, ya que el pánico de aquel sueño fue tan grande que ni siquiera podría decir más.

Pero gracias al Gran golpe que le proporcionó su mayor, Merlina despertó de golpe un poco confundida por lo que pasaba a su alrededor.

-¿Enid qué mierd- palabras que se quedaron en su boca al ver el estado de su novia.

Vio el rostro de su novia lleno de lágrimas, lágrimas y sangre.

Sangre que por supuesto, No era suya.

Era de la noche anterior, la noche en la que a su madre ataco.


-¿Está todo bien...? ¿Por qué lloras? -Fue lo único que pudo decir.

Al no recibir respuesta comenzó a acariciar el cabello de su novia, buscando una forma de tranquilizar al pobre cachorro que no paraba de llorar.
La cual no paraba de sollozar y sacar lágrimas

-Tranquila no sé que haya pasado, pero está bien, puedes decírmelo -Hablo la azabache en un tono tranquilo.

Después de unos minutos la rubia sacó la fuerza para poder hablar.

-Yo de verdad creí que no te pude proteger, creí que ya no ibas a estar conmigo y no me gustó.
me dio mucho miedo pensar o siquiera imaginar que te había perdido -un suspiro salió después de estas palabras, las cuales eran un tanto entrecortadas y difíciles de comprender para la menor -me dio pánico e impotencia pensar que tus padres me dijeran que tú ya no ibas a estar aquí, que ya no te podían regresar.

Conociendo a los Addams|| Wenclair Donde viven las historias. Descúbrelo ahora