Capitulo 1; Magos

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24 de diciembre de 1990

La nieve caía pintando el suelo y los techos de blanco, algunos niños jugaban fuera de sus casas haciendo muñecos de nieve y lanzándose bolas de nieve, en diciembre todo era alegría, a excepción de una casa, donde tenía adornos navideños, pero ningún muñeco de nieve formando por los menores de la familia, mientras que todas las casas que tenían niños estaban rodeadas de muñecos de nieve o probablemente fortaleza de nieve que en su imaginación los niños formaban, esa casa estaba silenciosa.

Melinda Bristol estaba preparando chocolate caliente, la chimenea de su casa estaba encendida, sus hijas cumplían 11 años, sin embargo no organizo ninguna fiesta, diciembre era una gran ocasión para hacerlo, sin embargo solo vendrían familiares esa tarde, y necesitaba tener a su hija mejor para las visitas; mantenerla cerca de la chimenea, abrigada y mantenerla alejada de la nieve. Melinda era una madre protectora con sus hijas, ellas eran diferentes y quería protegerlas de cualquier cosa que quisiera dañarlas, había sido bendecida con gemelas, nunca creyó que sería tan complicado, podía ver a los niños jugar felizmente, mientras sus hijas eran excluidas, preferían leer y hablar entre ellas, siempre parecen estar divirtiéndose, formaron una barrera invisible ante la gente, se dio cuenta de eso, no se relacionaban con los demás niños de su edad, aparte de la gran diferencia de ropa que usaban a la de su edad.

El chocolate termino de calentarse y apagó la estufa, sirviendo el chocolate en tres tazas y añadiendo pequeños malvaviscos encima, los coloco en una bandeja para caminar hacia sus dos hijas sentadas enfrente de la chimenea cubiertas con unas mantas.

—Chocolate caliente como les gusta —Melinda hablo, dejando que sus hijas agarraran su chocolate.

Laila y Lara eran gemelas idénticas, Lara pasaba por un gran resfriado, su nariz estaba roja como una frambuesa, al igual que sus mejillas, su rostro pálido mostraba una sonrisa forzada, mientras que Laila no estaba enferma y sonreía con agradecimiento su cabello negro lacio estaba pulcramente peinado y suelto a diferencia de su gemela que lo tenía trenzado, y sus ojos eran de un azul claro.

Lara tomo la taza soplando y dando un diminuto sorbo.

—¿Cómo te sientes, cariño? —Melinda cuestionó a su hija.

—Le está dando fiebre —Laila contesto en lugar de su hermana, podía saber que su gemela se estaba sintiendo peor.

Melinda soltó un suspiro, ese podía ser el peor cumpleaños, pero no, el peor cumpleaños fue cuando se dio cuenta que su hija tenía asma que tuvieron que llevarla al hospital a urgencias cuando tenía cuatro años.

—Los abuelos, sus tíos y primos vendrán, ¿Estarás bien para recibirlos?.

—Lo estaré.

Ambas no se llevaban bien con sus abuelos, tenían unas ideas muy atrasadas a la época, decían que el deber de una mujer era atender la familia y molestaban mucho a las gemelas por no ser damas perfectas, y Melinda también odiaba eso, tenía que soportar por el bien de su familia, soportar que su padre solo juzgarán que trabajará en su propia pastelería, ella no dependía de su marido y quería que sus hijas fueran independientes.

La puerta se abrió dejando ver a un joven de cabello rubio y ojos claros, tenía un maletin, una cámara colgaba de su cuello, coloco su sombrero en el perchero junto con su abrigo, el tiempo estaba enfriando más, miro a sus sobrinas y hermana mayor frente a la chimenea.

—¿Cómo están las cumpleañeras? —cuestiono.

—Resfriada, parece que le está dando fiebre, será mejor que le hable a nuestros padres para que no vengan —Melinda le sonrió a su hermano, solo ella entendía porque su hermano se había ido a vivir con ella, sus padres no eran nada agradables, eran molestos exigiendo demasiado, su hermano solo quería ser reportero.

¡¡Esto definitivamente no estaba en el libro!! |Cuando renaces en Harry Potter|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora