Matrimonios con sabor a condena

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Nick estaba pálido mientras le colocaban el traje blanco.

Se casaba dentro de dos horas y sentía que se iba a desmayar en cualquier momento.

Imogen estaba al otro lado del castillo preparándose entre huidas al baño a vomitar, el bebé no le había dado tregua en eso.

Nick la había ignorado tres días completos antes de finalmente decidirse a hablar con ella al respecto, él le grito, ella le grito de vuelta y al final ambos lloraron mientras se abrazaban.

Imogen le había dicho que tomaba las hierbas de natalidad para no quedar embarazada, pero al parecer estas perdían efecto al enfermar y una gripe la había atrapado semanas antes así que por eso había bebé.

-¡Y porque con Otis follan como conejos!- le había gritado Nick antes de que una almohada le impactara en la cara

-¡Mi vida sexual no es de tu incumbencia! – le había gritado de vuelta.

Al final no podía estar mucho tiempo enojado con ella. Eran amigos, se iban a casar y Nick en el fondo la quería como si fuera su hermana menor.

Luego de que los gritos cesaron y hablaron como personas decentes decidieron que tal vez no era tan malo que estuviera embarazada, eso ahorraba el hecho de que todos esperaban que se acostaran en algún momento y tuvieran hijos.

-¿Majestad?- escucho que le llamaba Sai desde la puerta, despacho a sus sirvientes con un movimiento de mano para poder hablar con su mejor amigo a solas.

-¿Hay alguna noticia de él?- pregunto ajustando la tela sobre sus hombros.

-Nadie le ha visto en días, Tao revisó su casa y están todas sus cosas así que no pareciera que se haya marchado, al parecer solo...-

-¿Desapareció?- dijo con una risa ahogada.- Capaz y decidió irse a las tierras libres al final, solo que sin mi.

Sai se acercó con cuidado y le puso una mano en el hombro.

-Hey...- susurró

-Lo extraño mucho Sai- susurró mientras las lágrimas caían por su rostro- Pensé que iba a venir a verme en algún momento, pero simplemente desapareció y lo extraño, sé que es una putada casarme, pero me imagino a Charlie diciéndome tonterías sobre mi boda que por lo menos iban a hacer que por un momento lo olvidara y ahora estoy aquí ahogándome en miseria. -

-Debe haber alguna explicación, Nick- susurro tomándolo de la mano con fuerza- Tao tampoco lo ha visto y es su mejor amigo. Elle lleva días buscándolo y las chicas de la fiesta, Tara y Darcy dicen que no se han reportado robos a su nombre.

-La explicación es sencilla Sai- se limpió las lágrimas de la cara con ira- Fui un entretenimiento durante unos días y ya acabo.

Sai iba a abrir la boca para refutar, pero llamaron a la puerta así que en un movimiento rápido y practicado se alejó de Nick y se colocó en una posición que no los comprometiera.

Era David con una sonrisa.

-Es hora.

Nick tragó saliva con fuerza.

El momento había llegado, se acababa su libertad.

...

El camino a la iglesia fue tenso, iba totalmente solo en la carroza que lo estaba trasladando y podía ver por medio de las ventanas al pueblo curioso, trataba de buscar unos ojos azules y un cabello desordenado pero la carroza iba demasiado rápido para eso.

Cuando finalmente llego a la iglesia, se bajó con las piernas temblando y lo recibieron los brazos de su madre, ella lo vio con una sonrisa triste.

-Lo siento mucho, mi amor.

El Príncipe y El LadrónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora