Charlie estaba sentado en el techo de una casa analizando si lo que pensaba hacer era una estupidez o no.
La respuesta más probable era sí.
Pero no quería darle la razón a su voz interna (que curiosamente sonaba como Tao)
Tomó una respiración profunda y le dio una mirada a su bolsa, había logrado recuperar la bendita barra de chocolate, se había mojado una parte, así que la arrancó y la envolvió nuevamente; tenía la intención de devolverla, pero sabía que si lo atrapaban, lo colgarían.
Pero también quería ver la cara del príncipe una vez más.
Suspiro frustrado y se acostó totalmente sobre el techo, su mirada enfocada en las nubes anaranjadas.
El chico le llamaba la atención y eso era más que evidente. No por el hecho de ser un príncipe, sino porque además de que estaba muy bien hecho le había generado una ternura y un sentimiento de querer cuidarle que hacía mucho no sentía.
O al menos no desde ella.
Sacudió la cabeza intentando no pensar en eso, lo evitaba cada que podía, solo generaba dolor.
Observo como el sol comenzaba a ocultarse y sin darle más vueltas a su cabeza comenzó a correr y saltar entre techo y techo.
Cuando llego al muro del palacio el sol estaba prácticamente oculto y las estrellas iluminaban el cielo nocturno.
Observo hacia los lados y al no ver movimiento comenzó a escalar el muro. Fue difícil y en más de una ocasión casi pierde el equilibrio y cae, las piedras de las que estaba formado eran lisas lo que provocaba que sus zapatos resbalaran; cuando finalmente logro llegar a la cima observo la altura y pensó que Nicholas fue afortunado en no quebrarse nada al saltar desde ahí.
Tomo una respiración profunda, sujeto mejor su bolsa y se tapó el rostro con su pañuelo, si alguien lo veía al menos no podría identificarle luego. Observo el castillo maravillado porque nunca lo había visto tan de cerca, saltó al patio, cayó en silencio y comenzó a correr.
Corrió, saltó, se escondió y escucho de unas sirvientas donde estaba la habitación de Nicholas, cuando finalmente la encontró rodo los ojos ante la altura.
-La maldita torre más alta.
Comenzó a escalar, metiendo su cuchillo entra las ranuras de las paredes. Cuando finalmente logro llegar al balcón se escondió tras una columna, vio como Nicholas salía por una puerta, la cual suponía era el baño, y dejaba caer la toalla que le cubría
Se quedo embobado con la espalda del chico y aunque trato de evitarlo desvió un poco la mirada más abajo. Cerró los ojos regañándose.
No se debía observar cuerpos ajenos sin permiso.
Se mantuvo con los ojos cerrados unos minutos y cuando considero que tal vez el príncipe ya estaba vestido decidió hacerse presente.
Saltó de forma suave al balcón, pero un rugido hizo que se detuviera antes de dar un paso. Unos segundos después un enorme tigre anaranjado salía por las cortinas de la habitación, abrió los ojos y trago saliva con fuerza, en un movimiento rápido subió a la columna e intento esconderse. El tigre rugió y por más que intento quedarse en silencio un grito agudo salió por su boca, segundos después Nicholas apareció por las cortinas de la habitación, levantó una ceja al verle.
-¿Charlie?
-Hola, Nicholas- dijo con un hilo de voz, aterrado.
El rubio silbó a lo que el tigre se alejó para sentarse en sus pies, desconfiado y listo para atacar.
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El Príncipe y El Ladrón
RomanceNicholas es un príncipe. Charles no. Sus caminos se entrelazan. Sus destinos se cambian. ¿Qué estás dispuesto a hacer por amor?