Bailes con propuestas

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Nick sudaba.

Sudaba lo que no había sudado nunca en su vida.

Era el décimo traje que se probaba y su padre seguía sin escoger uno, ya que claramente el que a él le había gustado no era lo suficientemente "adecuado" para la ceremonia.

El maldito baile era en dos días.

Los sirvientes del castillo estaban en una locura total desde hacía una semana, arreglaban los salones, cambiaban las flores, los adornos y las luces hasta que el Rey estuviera a gusto, limpiaban, limpiaban y seguían limpiando, todo debía estar radiante el día del baile.

Su padre (junto a David)habían organizado una prueba de trajes para escogerle el adecuado para conocer a su futura esposa.

-Creo que es este- hablo su padre- Te hace ver elegante y mayor de lo que realmente eres.

-Mmm- contestó sin realmente dar su opinión sabía que no la iban a escuchar de todas formas.

El traje era azul, se ajustaba a su cuerpo de una forma correcta y las solapas tenían flores doradas.

-Nicholas, hijo- Le llamo con un dedo cuando termino de quitarse el traje y colocarse la ropa de diario nuevamente (la cual al final del día era otro maldito traje). Nick se acercó- Esa noche comienza una nueva etapa de tu vida, la princesa Imogen es muy dulce, ya verás- le tomo la mano y dejo una caja de terciopelo rojo en su mano- Y sé que no me vas a decepcionar.

David sonreía desde el sofá donde estaba sentado, su padre lo miraba con ojos brillantes.

Nick trago saliva y abandono la habitación dejando a ambos hombres confundidos.

Comenzó a caminar rápido por el pasillo, Sai y Tao siguiéndole el paso a una distancia prudente, respiraba agitado y las manos le temblaban, cuando finalmente logro llegar a su habitación, gritó, alertando a sus guardias y a Nellie que dormía plácidamente en el diván.

Tiro la caja de terciopelo a la cama con ira y comenzó a tirar todo lo que se encontró en el camino. Unas botellas, libros, papeles, las almohadas. Sai y Tao entraron alarmados y listos para la batalla, pero al ver lo que realmente pasaba solo pudieron hacer una mueca con tristeza.

-Nick- hablo Sai cuando este se quedó quieto en medio de la destrozada habitación- Ven aquí- abrió sus brazos.

El rubio volteó a mirar a su mejor amigo con los ojos rojos y un puchero en los labios, se arrojó a sus brazos sin pensarlo.

-No quiero Sai- sollozó- No quiero.

Su amigo lo abrazó más fuerte y se dejaron caer al suelo, Nellie se acercó y comenzó a acariciarlo con la cabeza.

-Odio que se me obligue a esto- murmuro en el pecho de su amigo- Lo odio, no lo merezco y la princesa Imogen tampoco, ella merece estar con alguien que la pueda querer. No esta farsa...-

Sai le abrazó con más fuerte, Nick sollozó y Tao se quedó en silencio.

...

El día del baile Nick se levantó de mal humor. Se baño de mal humor y se negó a desayunar por más que sus guardias y su madre insistieron. Intento pensar en algo que le alegrara del día o hacer algo para distraerse, pero desde muy temprano lo comenzaron a preparar por lo que no tuvo tiempo de asimilar que esa noche iba a comprometerse con alguien que nunca había visto en su vida.

Cuando finalmente llegó la hora y tuvo que bajar al salón su mal humor no se había ido, pero sabía que no podía armar un escándalo o su padre lo mataría.

Sai y Tao le acompañaban mientras bajaba las escaleras.

-Llego el día- habló a sus guardias- Acaba mi libertad.

El Príncipe y El LadrónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora