Olvidastes algo

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ANGIE POV

Nunca habia sentido la escalera tan eterna como en ese momento. Los escalones parecían extenderse hasta el infinito y mis cansadas piernas resentían el que no hubiera comprado una casa de un solo nivel. No habia caído en la cuenta de cuanto habia caminado ayer hasta en la ma;ana, cuando sentí el dolor acalambrar ambas piernas. Cerrando los ojos con fuerza baje otro escalon mas y sentí el dolor extenderse desde mi pie hasta mi muslo. Como si el sufrir por dentro no fuera suficiente ahora también me dolía físicamente. Anoche no habia dormido casi nada. En los breves y escasos momentos en los que lograba concebir el sue;o, me despertaba por pesadillas de Leonardo besando a la otra mujer enfrente mia. Seguro habia de tener unas grandes ojeras y mi cabello suelto tenia que ser un desastre. Volvi a bajar otro escalon y el mismo dolor se reprodujo en la otra pierna. Mi vida en ese momento era un asco. Sin creer que algo pudiera mejorar mi dia me sorprendi al percibir un delicioso aroma a canela, manzana y miel. La mezcla de las tres olia exquisito, pero quien estaba en la cocina? Mi estomago rugio y me di cuenta de que no habia comido hace mas de quince horas.

En ese momento me olvide por completo del extra;o en mi cocina y me apresure a coger algo de comer para saciar mi hambre. Baje las nueve escaleras restantes y dirigi mi mirada al fondo del amplio espacio en la primera planta de la casa. Divise a alguien haciendo maromas en la cocina pues al parecer algo se le habia caído. Achique los ojos hasta darme cuenta de que solo podia tratarse de alguien... German. Pero que hacia dentro de mi casa a las seis de la ma;ana? Y cocinando! Abri los ojos como platos y me di un vistazo rápido. Tenia puesto una pantaloneta negra y corta que llegaba a la mitad de mi muslo, mostrando gran parte de mis piernas. En un intento por mantenerme comoda me habia puesto una sudadera que me me quedaba floja y era de hombre. Estaba descalza, sin maquillaje, despeinada y mal vestida. Noup, ni loca me veria asi. Me di la vuelta lentamente cuando mi talon dio un paso en falso y el suelo de madera crujio bajo mis pies. Cerre los ojos con fuerza y torci el gesto, deseando que no lo hubiera escuchado pero era muy tarde.

-Buenos Dias- saludo una vos masculina, alegremente.

Afloje la postura y me di la vuelta, decidida a que no podia hacer nada para escapar.

-Buenos Dias- conteste, aliviada de que aunque sea me habia lavado los dientes; cosa que nunca hacia antes de desayunar.

Lo vi sonreírme a medias y le correspondi la sonrisa, aunque fuera desganada. El pelinegro estaba sirviendo unos platos en la mesa que olian delicioso y decidida a ver de que se trataba me arregle un poco el cabello y camine hasta la mesa.

-Que es?-pregunte asomándome al comedor.

-Manzana con miel y canela. Está delicioso.

Evidentemente se veía delicioso, olia delicioso y de seguro sabia delicioso. El estomago volvió a rugirme y como un reflejo me lleve las manos al vientre, como si eso fuera a callarlo. German solto una risa leve y separo la silla de la mesa, indicándome que me sentara. Agradeci el gesto y tome asiento mientras el acercaba la silla a la mesa.

-No sabia que cocinabas- dije tomando el tenedor y enterrándolo en la fruta, intentando no parecer tan hambrienta.

El tomo asiento frente a mi e hizo lo mismo.

-No te emociones mucho que es lo único que se hacer- contesto encogiéndose de hombros con una media sonrisa.

Me lleve el tenedor a la boca y sentí como el sabor de la canela y la manzana se mezclaban con el sabor de la pasta dental con esencia de menta. Extra;amente la combinación sabia delicioso. Comi en silencio, devorándome el desayuno y antes de que me diera cuenta el plato estaba vacio. Lo observe con melancolía cuando de pronto German llamo mi atención.

En mi propia trampaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora