la puerta del cielo

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De repente, me encuentro entre luces blanquecinas con un resplandor rosa, que se combina con pequeños rayos verdes... Ella me mira dulcemente... Si, es Carmina. 

-Caleb, Caleb...- esas orejas de conejo han desaparecido y su sonrisa impregna el void (vacío) mientras la voz de Dios la llama y ella se despide con la mano. Se ve más sana, sin ese semblante aterrador que la caracterizaba, sus ojos verdes son cristalinos. 

-Te perdono ese deseo de venganza que te impregnaba y motivaba a estar en la Tierra aún. Ya no tienes las dolencias que te atormentaron en el lecho de muerte. - Dios le habla a Carmina. 

Carmina se eleva hacia la mano del Creador que la para junto a San Pedro. 

-Vamos Carmina, Dios ya decidió que hacer contigo, abriré las Puertas del Cielo para ti.

San Pedro se lleva a Carmina buscando entre sus llaves la adecuada. El Ángel se queda a mi lado. 

-Yo soy tu Ángel de la Guarda, me tengo que quedar hasta que el Patrón decida

-¿Entonces siempre fuiste tú? 

-Claro, no soy tan bonito como creen ustedes... bueno, puedo tomar forma bonita para no asustarte en la Tierra, pero como estás muerto, puedes ver mi forma real. 

-Vaya, ¿y ahora qué  debemos hacer? 

-Nada, esperar... 

-Caleb... - Dios habla

-¿S-si? 

-Te mostraré todo lo que has logrado en la Tierra y que deberías hacer en tu próxima vida... 

-¿O-otra vida? 

-Si, cuando en esta vida dejaste cosas y aprendizajes pendientes. Fuiste un buen hijo, honras te a tus padres hasta tu último suspiro, un buen estudiante y trajiste de vuelta el alma de tu hermana en espíritu. No pudiste formar una familia y fuiste soberbio al momento de tu muerte. En tu próxima vida lo harás. 

Dios se queda en silencio. 

Un coro de ángeles canta y me da mucho miedo. Veo mi propia imagen de niño:

-Queríamos amor, compasión, ternura y entendimiento. Queríamos a mamá y papá felices. 

Mis lagrimas empiezan a salir. 

-¡Si! ¡Si! 

-Queríamos que las niñas dejaran de decir que éramos malvados solo porque si, queríamos mostrar nuestra vulnerabilidad pero no nos dejaron, lo hacíamos en secreto : rezando, llorando en el cerro... Papá siempre decía que llorar no era de hombres, pero en el fondo siempre supimos que era una farsa... 

-Si... - mis lagrimas continúan 

-Dios nos ha dado la oportunidad de hablar con Él, y creo que eso nos ayudará a lo que sigue.- mi imagen infantil se queda en silencio y se va. Se pierde en la estática.

Eso es cierto... ¿Qué sigue?...¡¿Qué sigue? ! 

 Temblando, me armo de valor y pregunto. 

-¿Y ahora que haré yo?- espero una respuesta. 

-Irás de vuelta al purgatorio, todavía tienes unas manchitas que limpiar...- me dice Dios con una voz potente. 

-Dime que es por que me gustaba ver...-digo tapándome la cara - soy indigno de tu presencia. 

-No, esas manchitas son por ellos- aquella mano gigante me señala esos mentados conejos que tanto me hicieron sufrir. Aquellos conejos que vi en la bruma, en el cerro, en la ciudad... 

-N-no. ¡No!- empiezo a gritar- eso... ¡Eso fue una ensoñación! Nunca vi a los conejos. Padre, no entiendo nada, no entiendo...- mi voz se oye como la de un enfermo mental. 

Dios se queda en silencio mientras los conejos camina de vuelta a Él, y yo, estoy de rodillas temblando, el vacío se traga mis gritos. 

-Es una broma... Si,es por eso que tu bien sabes. Vamos, que hay mucho que hacer. Pero los rezos de tu familia serán de gran ayuda, al final, no eras una mala persona. Será rápido y reencarnarás cuando te lo indique. 

Camino hacia el fuego aquel que se veía al fondo, dirigido por la mano de Dios. Otras almas están ahí, purificándose. 

Ahora entiendo por que tanto rezo en los funerales y el día de muertos. 


¡Bendito sea Dios ahora y siempre! 

Y aunque maldiga mi suerte 

Será un buen para siempre 

Me tragará el fuego, el vacío 

Seré cenizas y un nuevo tipo

Seré un ser nuevo, seré todo aquello

Que Dios esperó de mi de nuevo

Seré todo aquello

Que no serán en la Tierra los conejos

Pero al final somos el mismo siervo

Ante los ojos Sagrados

Por qué bien dicen "así en la tierra como en el Cielo" 

Así somos hombre y mujer, así son los conejos

Así somos un Todo, así somos eternos 


(El video y la canción no me pertenecen , todos los derechos reservados a sus autores) 

Las tres noches del conejoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora