La ansiedad me estaba matando.
Me encontraba en clase de Biología, ignorando por completo lo que la profesora decía. Ayer, antes de que finalizaran las clases, dejé la carta en el casillero de Tomás.
Hoy había llegado más temprano de lo usual: tenía la intención de ver si Tomás había encontrado mi carta (por desgracia, aún no había tocado su casillero). Mi corazón latía con fuerza en mi pecho mientras me mordía las uñas, siendo incapaz de detener mis pensamientos.
¿Qué pensaría de la carta? ¿Le gustaría? ¿La iría a ver ahora después de esta materia?
Tomás estaba sentado delante de mí, a mi izquierda, con Pedro a su lado. Parecía que el más alto le estaba explicando algún punto de los trece que había dado la profesora aunque, por el rostro de Tomás, era obvio que no entendía lo más mínimo. Ya no llevaba la vincha ni el collar de perlas, solo su gorro negro. También llevaba una campera larga a pesar de que hacía un poco de calor.
Puede que fuera solo mi imaginación pero lo notaba un poco decaído.
─Arbillaga, ¿puede pasar a resolver el punto siete? ─preguntó la docente. Tomás levantó la mirada, preocupado, sosteniendo el lápiz en su mano con fuerza.
─Bueno ─se puso de pie y, antes de que agarrara su cuaderno, Pedro le pasó el suyo. Tomás sonrió y susurró un pequeño "gracias".
Arbillaga corrió hacia el pizarrón, listo para escribir la respuesta.
─Carrera, usted será el siguiente ─avisó la profesora.
La puta madre que me parió.
Dirigí la vista hacia mi cuaderno e intenté resolver la respuesta lo más rápido que pude, leyendo el libro abierto que tenía a mi lado. Cómo no entendía un carajo y el texto era demasiado largo, me rendí y decidí inspirarme en el trabajo de mi compañera de al lado. Disimuladamente revisé lo que escribió y copié las oraciones cambiandolas un poco.
Solo esperaba que estuviera bien.
─Bien, Arbillaga, excelente, puede tomar asiento.
Tomás le entregó el marcador a la profesora y regresó a su lugar.
Marcos le silbó desde el asiento de atrás.
─Bien, Tomasito, parece que seguiste mi consejo, me pone feliz saber que te soy útil ─dijo con una sonrisa engreída mientras le guiñaba el ojo y se cruzaba de brazos.
Tomás le ignoró, la docente pensó que se refería a la tarea y Pedro parecía que estaba a nada de saltarle encima y golpearlo con su cartuchera.
─No le hagas caso ─le susurró Tomás mientras le devolvía su cuaderno. Pedro bufó pero obedeció, pasó su brazo sobre el hombro del castaño y Tomás se recostó sobre su hombro.
Si no supiera que Pedro tiene novia pensaría que los dos eran pareja.
─¡Carrera!
Alejé de golpe mi vista de los dos jóvenes frente a mí y la dirigí hacia la profesora, quien me miraba como si quisiera matarme.
¡Cierto! ¡La tarea!
─Ya voy, ya voy.
💌
Luego de la clase de Biología (la respuesta que escribí era correcta, ¡yupi!), me dirigí hacia los baños que, por suerte, estaban cerca del casillero de Tomás. Luego de hacer rápidamente mis necesidades y lavar mis manos. Me acerqué a los pósters que estaban pegados en la pared. Se trataba de anuncios sobre clubs a los que podías unirte, avisos o frases cursis sobre la importancia del compañerismo y demás asuntos que está escuela pasaba por alto.
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Hey, Tomás♡ [Rodritom]
FanfictionDónde Rodrigo está enamorado de Tomás e intenta conquistarlo por medio de cartas que deja en su casillero. AU secundaria gringa