─Che, Pedro, ¿sabés dónde está Tomás? ─pregunté.
El más alto estaba sacando un par de libros de su casillero. La primera clase había finalizado y cierto castaño de sonrisa adorable no había aparecido. Su ausencia me extrañó así que había decidido enviarle un mensaje pero, hasta el momento, no había recibido una respuesta lo cual, siendo honesto, me extrañaba aún más. Por lo general Tomás no solía ignorar mis mensajes y, las pocas veces en que lo había hecho, fue por un solo motivo: Leonel. Siempre que habíamos discutido sobre el susodicho, Tomás solía ignorarme los días siguientes. Sin embargo, esta vez no habíamos tenido una discusión así que... ¿Cuál era la razón de su falta de comunicación?
El tono azul a un costado de mi mensaje enviado era una señal bastante clara: Tomás había leído el mensaje pero, por alguna razón desconocida, no había respondido.
Probablemente la razón de aquello se debía a que solo tuvo pereza de hacerlo; tal vez se durmió, tal vez se le acabó la batería antes de que pudiera enviar un mensaje, tal vez no se le perdió el celular... Tal vez solo estoy exagerando y mi mente, una vez más, está creándose una historia inexistente en su cabeza.
Tal vez solo tengo sueño. Pensé distraídamente. La verdad es que luego de que regresara a casa ayer por la noche, la felicidad que tenía en mi cuerpo era tal que no podía dejar de sonreír como un pelotudo pensando en lo lindo que había sido aquel día (a pesar de la parte negativa). Me costó un poco conciliar el sueño ya que no dejaba de rememorar todos los bonitos momentos que habíamos compartido. Ya era bastante tarde cuando finalmente el sueño llegó.
Pedro guardó un par de cosas en su mochila y dirigió su mirada hacía mí. Tenía el ceño ligeramente fruncido.
─¿No te lo dijo? ─preguntó mientras cerraba su casillero.
─¿Decirme qué? ─repliqué.
─Lo llamé temprano para que camináramos juntos hasta acá ─explicó─, así lo pasaba a buscar y eso pero me dijo que no iba a venir porque le dolía la cabeza.
Asentí lentamente, aquello tenía sentido.
─Te preocupas mucho por él ─soltó Pedro de la nada con una sonrisa pícara mientras cerraba su casillero.
Mis ojos viajaron directo a los suyos y mis mejillas enrojecieron poco a poco.
─Es mi amigo ─me defendí y Pedro me miró con una expresión divertida que parecía decir "¿Enserio?". Rodeé los ojos─. Mierda, me olvidé que ya lo sabés ─me quejé como un niño pequeño.
Pedro rio levemente.
─Aún no me lo puedo creer pero medio que tiene sentido, eh, siempre te le pegas como si fueras un koala ─se burló mientras subía y bajaba sus cejas. Yo lo empujé con bastante fuerza y aquello lo hizo reír de una forma exagerada.
─¿Enserio soy tan obvio? ─pregunté en voz alta, más a mí mismo que a él.
─Nah ─negó Pedro mientras se recostaba contra el casillero. Los estudiantes caminaban de un lado a otro, hablando o riendo. Todavía faltaba un poco para que tocara el timbre─, yo no lo sospechaba. O sea, me daba cuenta que siempre te sentabas con él y le hacías cumplidos, o lo abrazabas a cada rato, o medio que siempre lo mirabas con una sonrisa o... ─poco a poco Pedro fue hablando con más lentitud, como si por primera vez su cerebro estuviera escuchando realmente lo que estaba diciendo─. Che, ahora que lo pienso medio que sí era obvio. ¡Qué ciego que soy! Tomás te tiene mal posta.
─No me imagino el tremendo cringe que debo dar, boludo ─mencioné mientras me tapaba la cara con una mano, avergonzado por lo pelotudo que llegaba a ponerme cada vez que me gustaba alguien.
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Hey, Tomás♡ [Rodritom]
FanfictionDónde Rodrigo está enamorado de Tomás e intenta conquistarlo por medio de cartas que deja en su casillero. AU secundaria gringa