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Gulf Thairong permite que el profesor entre primero. Mew entra casual. Súper ordinario. El estudiante es quién cierra la puerta colocando el pestilo y se acerca al profesor lentamente.

—Dime, Gulf, ¿de qué querías--?

El estudiante posa frente a él, manos hasta el fondo de sus bolsillos y la espalda erguida como un soldado en alerta. Sin embargo, forma una sonrisa labial humilde. Siempre se muestra así ante el profesor y no, no es un trato especial, es un trato ganado. —Profesor.— Llama el chico. El adulto presta atención. Máxima atención. Ya de por sí estaba aturdido, ahora solo alza una ceja.
—Quiero decirle que lo de ayer estuvo mal. Lo que hicimos. Quisiera que seamos amigos. Solo eso.

«Ah, se está retractando. Quizás sea una sabia elección. Esto estuvo mal desde un principio. No debí incitarlo de esa manera. Pero, ¿en serio no habrá más de esto?»

—Y perdóneme por no hacerlo venir ayer. Me fui sin pensar en  ti.

—Ah, no, Thairong. No te debería consternar eso. Ya puedes estar tranquilo, no tuve ganas de hacerlo cuando nos detuvimos. Respecto a ser solo amigos, — Gulf alza la mirada esperanzado en oír su respuesta. —suena bien. Respetaré tus decisiones así como respetas las mías. Perdona si la pregunta parece irrelevante, pero, ¿podrías decirme si esta decisión fue porque hice algo mal?

—Usted lo hizo todo bien, es una decisión propia y me alegra su respeto. Gracias, profesor. Iré a clases. Se me hace tarde.

—Claro, ve.

Gulf sorna una risa. Hace el indicio de moverse hacia la izquierda y el profesor, hace el mismo movimiento. Incómodos, sornan otra risa por la coincidencia. El moreno gira el cuerpo a la derecha para irse, el profesor se gira a la misma dirección pensando que al hacer eso Gulf tomaría el camino a la izquierda, pero vuelven a quedar en las mismas direcciones.

Lentamente, el estudiante va alzando la mirada. Inquieto. Mew también.

Vuelven a sornar otra incómoda risa. —¿Sabes? Me quedaré quieto. Sí. — Dicta el profesor haciéndose el inmóvil. Restaurando la silla en dirección frontal.

—Bien, uh, nos vemos.

—Nos vemos.

Finalmente, el estudiante se va. Mew siente poder respirar tranquilo otra vez. No se había dado cuenta que contuvo la respiración todo este tiempo. Intenta calmarse mientras contempla el suelo. «Me pregunto si con toda está incomodidad podrá quedarse después de clases. Aunque si lo hace entretanto ese lunático merodea por aquí... Algo grave podría suceder.» Es el único temor en su mente.

🂱

Big da las clases de Español ahora. Podrá ser un lunático, pero es inteligente. No por nada fue compañero asesino de Mew. Su cerebro retiene datos, incluso los más innecesarios, durante una gran extensión temporal. Se guardan tales bucles infinitos. Puede rebuscarlos y ahí los encontrará.

—Cuando terminen la asignación, pasen por mi escritorio para corregirla.— Big toma asiento tras estar parado hora y media frente la pizarra. Todos suspiran antes de enfocarse en sus libretas.

Gulf mayormente intrigado en el nuevo ejercicio. Pero no puede evitar mirar la silla vacía de Boss. Matón o no, rara vez falta. Por eso le parece tan extraño al moreno. Intenta no llamar la atención del maestro y vuelve a mirar la libreta. Gira entre los dedos el lápiz. Haciéndolo bailar tango sobre la suave piel de sus nudillos. Una tras otra. El sol que entra a través de las persianas alumbra el lápiz. Haciéndolo destallar como diamante expuesto al sol.

Big lo mira mal durante todo el rato. Consciente o no. Solamente se le queda mirando mortal. Pensando: «¿Por qué el profesor hablaba contigo? ¿Por qué se fueron a su aula? ¿Cierra la puerta con todos los estudiantes que se encuentra?». Durante ese trance absorto, Davika está sentada en los pupitres a la izquierda sin dejar de tarascar la uña del pulgar. Pensativa, más que eso, preocupada por su amiga. Ya ha pasado una semana. Ha sido clasificada como una desaparición oficial.

𝐐𝐮𝐞𝐫𝐢𝐝𝐨 𝐏𝐫𝐨𝐟𝐞𝐬𝐨𝐫| MewGulfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora