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19 de agosto de 2021
(Cuatro días de la desaparición de Kanya)

El profesor observa algo irritado a través de su ventana, como este es el cuarto día, en que ve a Gulf ser acorralado contra una pared en horas del almuerzo por un estudiante llamado Boss. Tal siempre le pide tareas mientras el moreno se niega a dárselas. Odia todos los acosos escolares..., pero por alguna razón, este le hierve la sangre. Suspira sin poder hacer nada más que observar. O al menos, en estos momentos.

—Sr. Suppasit. — Escucha una demandante voz femenina que lo saca del trance, para hacerlo mirar hacia enfrente. Aturdido. Algo pérdido. Alarga el cuello para mositar: «¿Mm? » a medida que enarca las cejas, pero los dos guardias tras el escritorio no parecen querer repetirse. Solo lo miran como «¿Estás ahí? ». Notando que no van a hacer una repetición, Mew recuerda bien la pregunta y suspira un refinado: —Ah, sí — para retomar en dónde estaban. —me visitó en el almacén, para decirme que tenía unos problemas con sus padres.

—¿Unos problemas?

—Sí, fue muy triste, porque al parecer tiene problemas con su padre. La figura varonil de la casa. Ya saben, me dijo que no le contara a nadie más y me pidió consejos sobre qué hacer. Al parecer ese hombre no puede controlar sus impulsos contra su propia hija, ¿pueden creerlo? — Mew aparenta ser un santurrón, pero no se equivoca para nada. De hecho, está diciendo la verdad. Porque hacen cuatro días atrás:

FLASHBACK:

Luego de cavar el cuerpo de la chica en un bosque que solo él se atreve a entrar, pues tiene un claro letrero de coyotes, se dispuso a revisar el teléfono de la difunta justo frente al agujero cavado. La pala enterrada a un lado mientras él viste ropas de senderismo. Revisa los chats de la chica. Uno por uno. Hasta encontrar uno de ella y Davika dónde hay audios íntimos. Se lo lleva al oído para escuchar, entonces, tremenda sorpresa con este escándalo... Sonríe mezquino.

Escucha por varios minutos hasta que finalizan los dos audios. Entonces le quita el chip al teléfono junto a la batería. Pisotea estos hasta ser inservibles, desentierra la pala y tira estos por el agujero.

FIN DEL FLASHBACK.

Crea indicios de una sonrisa mezquina, pero mejor deja eso atrás, para seguir mirando lamentable a los guardias. Estos suspiran con la información otorgada.

—Entonces puede ser que haya escapado. — Opina la policía.

—Puede ser. — Accede el guardia masculino. Voltea sospechoso hacia Mew, para preguntar: —¿Cómo es que le confío esta información? Usted acaba de llegar hace poco, ¿no? — Esa pregunta le resulta también curiosa a la oficial. Esta voltea hacia Suppasit. Intrigada en saber. El profesor los mira a ambos de ojo en ojo, paralizado, hasta que bufa una risa.

—Ni idea, oficial, le juro que es un encanto en mí. Tan solo vienen a mí como si nada. Yo ni siquiera sé que hago. — Ríe el profesor. Los guardias entonces relajan las tensiones para reír un poco. Asienten en su dirección.

—Bueno, fue un placer hablar con usted. Gracias por dedicarnos de su tiempo.

—Oh, en lo que gusten. Espero que la encuentren a salvo. No debe ser fácil para su madre.

—Sí, no lo debe ser. Ahora tenemos que interrogar al padre de nuevo. Cuídese.

—Nos vemos.

Los oficiales abandonan el aula bajo la sospechosa mirada de Mew. Este deja de sonreír amigable para mirar mortal a través de la ventana. Pero ya no localiza al moreno ni al matón. Busca de rincón a rincón, pero nada. Suspira, decepcionado de no poder verlos más.

𝐐𝐮𝐞𝐫𝐢𝐝𝐨 𝐏𝐫𝐨𝐟𝐞𝐬𝐨𝐫| MewGulfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora