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En unos minutos, Gulf está acostado en la cama con Mew encima. Este sujetando todo su peso con ambas manos apoyadas a los laterales de la cabeza del moreno. Se besan como si no hubiera un mañana. Se tienen ellos dos para amarse, acariciarse olvidar los problemas. -Gulf, espera, - Mew raspa durante los besos. Así que el chico deja de besarlo para enderezar la cabeza. Mirándolo tal cual un cachorro extraviado. Pendiente a sus comandos. Los ojos le brillan con una inocencia que incluso este acto no le puede quitar. Se observan. El profesor luciendo tan sabio como siempre. Tenga el rostro que tenga. Su sabiduría será más que la de este joven, eso nunca cambiará.

-¿Profesor? - Pregunta Gulf.

-Si te lastimo por favor dímelo y pararemos, ¿está bien?

-Está bien, profesor, sí. - Asiente el chico repetidas veces. Mira abajo entre sus pechos. Viendo al mayor desaparecer una mano más allá de su intimidad, sujetar su propio pene, y alinearlo en su entrada. Poco a poco va entrando. Sintiendo esas paredes jugosas recibirlo una vez más. El moreno tira para atrás la cabeza cubriéndose la boca porque teme lucir vergonzoso para el profesor. Si supiera que a este le encanta su sumisión.

Pendiente al chico, sigue hundiéndose hasta tenerlo todo dentro. Vuelve a hundir la cama con ambas manos y gruñe.

-¿Estás bien?

-Profesor, - El chico se aferra a sus hombros. Hundiendo sus uñas ahí. Se mantiene cabizbajo para no exponer el sonrojo que le cruza toda la cara y lo llorosos que están sus ojos. -no pregunte y solo muevase.

Mew ríe un poco. -Debo preguntar, querido, o te podría lastimar. - Hace la primera oleada de caderas. Las rodillas alzadas del chico rebotan y un gemido exalta.

Seguida a esa embestida, muchas más comienzan a venir. Una tras otra. Cada una aplaudiendo la parte baja del moreno. Sus piernas comienzan a rebotar sinfín y los dedos en estas encoge.

«Dios, se siente tan bien. ¿Él también se estará sintiendo bien? » Mew piensa entre gemidos. Mirándolo. Gulf no deja de desviar el rostro con gemidos. Todo con tal de no ver al mayor mirándolo.

Mew sonríe. -No estabas tímido cuando estabas al mando, - cariñosamente le sostiene los mofletes con una sola mano. Volteando su rostro hacia el suyo. Viéndolo llorar excitado. Es una vista hermosa: el joven todo sonrojado, gimiendo, las cejas sumisas al acto... , lo besa. Sintiendo las vibraciones de los gemidos.

Sus pieles se aplauden mucho más fuerte.

-¡Ah! ¡Mew! - Gime el estudiante distanciando sus rostros. No desvía la mirada esta vez. El profesor sonríe luciendo maquiavélico por unos minutos, sin perder su rebosante humildad. Une sus frentes durante los rebotes.
Ambos gimiendo.

Cierra sus manos dentro de las del moreno y aprieta fuerte estas. El moreno aprieta fuerte las suyas.

Hasta que se corren juntos. Ambos temblando. El mayor se deja caer al lado del moreno. Intentan recuperar sus respiraciones, cada vez estas no hacen más que escapar como arena entre dedos.

Contemplan el tejado. Y aunque no haya ningún valor ni significado en un hormigón, para ellos significaba el fin de lo que hicieron. Para ellos, cobró valor. -¿Te gustó? - Interroga Mew mirando preocupado al estudiante. -¿Te sientes bien?

-Profesor, - Calma Gulf, sonriendo. Encuentra tierno oir al profesor angustiante por nada más ni nadie que él. -Estoy bien. No se preocupe. Respecto a si me gusto,...

Mew alza las cejas expectante sin saber si sonreír o no hacerlo. Un calor ardiente y sudoroso empieza a calcinar en su estómago bajo pues Gulf le acaricia esa área. Frota la palma ahí, lado a lado, hasta simplemente posarla. El mayor permanece mirándolo.

𝐐𝐮𝐞𝐫𝐢𝐝𝐨 𝐏𝐫𝐨𝐟𝐞𝐬𝐨𝐫| MewGulfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora