10 ° Final| 1/2

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2 de septiembre de 2021

Otro día en la escuela, esta vez Davika ha vuelto. Su ojo izquierdo cubierto por un parche de diamantes acorde a su medida y gustos. Viste lo usual, nada ha cambiado, nada excepto algo dentro de ella. Trompa los zapatos hasta abrir la pequeña oficina de conserjes (abandonada a estas horas). Encuentra ahí a Fon sentada en el regazo de un chico. Este también sentado en la mesa. Estaban vestidos gracias a Dios, pero besándose como si no hubiera un mañana. Al sentir la fría brisa del exterior, Fon voltea asustada sobre un hombro. El chico ladea la cabeza.

—¡¿Davika?! R--Regresaste rápido, mi amor. — Se atreve a decir el género contrario. Así es, era el novio de la Mesías, pero Davika no hace un drama por ello. Ni siquiera se inmuta. Solo mira a Fon indiferente.

—Si esto fuera un drama televisivo, probablemente dos chicas estúpidas romperían su amistad, pero yo no soy como las demás y tú eres mi amiga: termina lo que estés haciendo. Debemos hablar. — Le sonríe agradable mientras asiente pares de veces. Voltea entonces al masculino.

—Ben, más vale recuerdes el nombre de mi amiga. Ella no te merece, pero respeto sus terribles gustos por hombres.

Lo amenaza apuntándole el dedo índice. Lo dijo, claro, teniendo otras intenciones. Al decir "más vale recuerdes el nombre de mi amiga" le dejó saber a Fon que ese hombre es un mujeriego. Aunque ¿cómo no notarlo? Estaba siendo infiel a su novia con su mejor amiga justo ahora.
Fon sonríe viendo a su amiga marchar sin enojarse con ella. Voltea entusiasmada, ese entusiasmo haciéndola recibir escalofríos, pero crea un puchero enojado. —¿Recordar mi nombre? ¿Con cuántas has estado, Ben?

—Er, bueno, pensé que lo sabías. Literalmente le estoy siendo infiel a tu mejor amiga, Fon.

—Ugh. Mejor me voy. — Descuelga las rodillas de la mesa. Enderezándose. Ahora la falda cubre los laterales de los muslos. Coloca los pies dentro sus calzados haciendo un pequeño meneo al ajustarlos, y se aleja. El chico tartamudea. Al final, solo desploma sus manos. Rendido. Agotado de perder otra oportunidad de follar.

🂱

En cuánto Fon sale, mirando al lateral, Davika está apoyada contra la pared. Brazos cruzados. Esta también voltea a mirarla y una sonrisa labial de lo más calmada le regala. Sus intenciones funcionaron y en buen plan. No para mal.

—¡Amiga! ¡Dios, te extrañe! — Fon exclama trotando hasta alcanzarla y abrazarla. La otra, por un momento, adopta un rol de madre y la abraza con todas sus fuerzas. Se sienten la una a la otra. Incluso cierra los ojos agradecida de poder abrazar su amiga. Que esta aún siga con vida, al igual ella. Suspira tras inhalar el maravilloso perfume contrario.

—También te extrañe, Fon. — Davika dice, agradecida. Agradecida por completo. Algo en ella ha cambiado, lo sabe, por ende quiere pedir disculpas al profesor Mew. Por decir cosas crueles de él. En serio, ahora que lo piensa, ¿por qué demonios dijo esas cosas?

Retroceden mirándose tales maravillosas amigas. El cariño es inmenso. —Escucha, debo decirte algo. No se lo digas a más nadie, ¿okay? — Se toman de manos frente sus pechos. Jurando lealtad tales damas. Bajan las manos frente sus regazos.

—Okay, Davi.— Fon sobrenombra. Ambas ríen tiernas.








🂱

Gulf no puede centrarse en las clases así como no puede dejar de mirar la puerta cerrada del aula de Mew mediante la clase de Big. Se pierde en el limbo. Sujetando su mentón con una mano mientras apoya todo el brazo contrario sobre la libreta de apuntes. Ya no se hablan ni se escriben, pero el profesor ha faltado durante dos días. Le parece extraño.

𝐐𝐮𝐞𝐫𝐢𝐝𝐨 𝐏𝐫𝐨𝐟𝐞𝐬𝐨𝐫| MewGulfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora