Shuumatsu no Kaiju

Esperanza

Zeus lanzó su poderoso ataque en contra de su adversario, un ataque cargado con una cantidad de energía y de poder como ninguna otra, capaz de destruir a cualquier tipo de oponente sin el más mínimo esfuerzo con tan solo un impacto de ese devastador golpe, pero este no fue el caso. Ikusagami en el último segundo logró poner su escudo en frente de él y este fue lo que recibió de lleno toda la fuerza del derechazo de Zeus, y la fuerza de ese impacto reo una onda de choque tan poderoso que sacudió todo el suelo de la arena junto con una gran parte del coliseo, pero aún así no fue suficiente ni para hacer estremecer al caballero del sol.

El sonido de la carne siendo rebanada se oyó por todo el campo de batalla junto con la vista de la sangre salpicando por montones en el aire y el suelo, un corte se hizo presente en el pecho de Zeus después de haber sido golpeado por la espada Karasai de parte de un rápido movimiento de parte de la mano de Ikusagami, causando que un gemido de dolor escapara de los labios del rey de los dioses.

"¿Pero que?! El ataque definitivo de Zeus fue detenido y contraatacado!" Heimdall grito con incredulidad por esta vista.

Pero a pesar de que su mejor técnica fue fácilmente repelida como si nada por su adversario, esto no hizo desistir a Zeus de ninguna manera y haciéndose levemente para atrás preparó ahora su brazo izquierdo para otro golpe, "Pero solo esperen, Zeus no está flaqueando y ahora ataca con la izquierda!" Jet gritando al prestar suma atención a lo que sucede.

Zeus lanzó su izquierdazo con la misma potencia y poder que su derechazo, un golpe cargado de una gigantesca energía que amenazaba con exterminar a su objetivo. Pero sin el más mínimo esfuerzo Ikusagami bloqueó el golpe usando su espada y después golpeó a Zeus directo a la cara con su escudo con tanta fuerza que por un momento pareció que por poco y le rompe el cuello, dejando a Zeus jadeando de leve dolor.

"Pero aún no es suficiente! Ikusagami devuelve el golpe con la misma fuerza!" Jet exclamó con emoción.

Pero aún así esto no detuvo a Zeus y una vez más se lanzó al ataque con un segundo derechazo, "Y ahí va a otro derechazo!" Heimdall grito con emoción.

Zeus grito con determinación lanzando su golpe, pero Ikusagami se movió a un lado en el último segundo y después conectó un derechazo propio con bastante fuerza directo al rostro del dios, haciéndolo estremecer levemente. Fue en ese momento en que Zeus sin dudarlo movió ambos brazos a velocidad gigantesca en la forma de un poderoso e inevitable combo que lanzó en contra de su enemigo, lanzando golpes a más no poder que amenazaban con pulverizar todo a su paso con una fuerza abrumadora y titánica.

Ikusagami respondió a esta acción moviéndose a una velocidad similar a la de Zeus y así logrando eludir los golpes lo mejor que pudo, y también comenzando a devolver los ataques en la forma de golpes ya sea con su puño o con su espada, causando fuertes contusiones y moretones a lo largo del cuerpo de Zeus junto con varios cortes sangrantes que empezaron a aparecer. Pero aún con todo su esfuerzo de su parte, algunos de los golpes de Zeus lograron contactar en la piel de Ikusagami, pero de todas formas este fue capaz de seguir adelante sin molestarse en lo más mínimo de este hecho.

"Zeus sigue lanzando golpes, pero cada uno es contraatacado por su adversario, esto es un sin parar para ambos!" Jet exclamó con emoción.

"Y como si estuvieran poseídos, ambos se lanzan golpes a velocidades increíbles!" Heimdall grito con la mima emoción.

Este combo de ataques entre los dos adversarios llegó a un punto en que el suelo de la arena sobre el que estaban parados ya no lo resistió más y se agrietó al mismo tiempo en que se hundía en la forma de un gran cráter. Los golpes de ambos impactaban con tanta fuerza que creaban unas pequeñas ondas de choque alrededor de ellos, ninguno de los dos tenía la intención de detenerse y más cuando el fin de la pelea ya estaba a la vuelta de la esquina. Golpes y golpes y golpes se lanzaban segundo tras segundo a velocidad anormales y con una fuerza destructiva descomunal y monstruosa, los movimientos de ambos eran tan rápidos que los ojos de un espectador común no podrían ser capaces de seguirlos, pero sí hacia una cosa que era obvia a este punto.