El rey de los dioses contra el caballero del sol

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Las cosas que giraron en torno a la segunda pelea del Ragnarok no fueron lo que todos estaban esperando, el primer lugar se presentó al gran luchador del bando de los humanos, que resultó ser la representación misma de un Dios encarnando el poder del dios o más en específico un caballero que lucha por la humanidad, en verdad un poderoso enemigo para cualquier dios que sea enviado a enfrentarlo. Al principio se tenía pensando que sería Shiva quien sería el enviado a ser el segundo luchador de los dioses, pero después de un par de fallas técnicas y de un encuentro con el propio rey de los dioses, al dios al se cambió el orden y quien fue enviado a luchar en lugar de Shiva fue el propio Zeus.

El rey de todos los dioses qué hay sobre los cielos ya no lloro aguantar más la inmensa emoción que corría por sus venas y decidió lanzarse de cabeza al segundo encuentro, se suponía que él sería el último de todos los dioses en participar, pero él no hizo caso y decidió ir de lleno a la acción. Y al final se rebeló a la Valquiria que sería la nueva aliada de Ikusagami durante esta batalla, la hija de los dioses Reginleif, quien haciendo el volund terminó por tomar la forma de la espada Karasai, el arma prefería de Ikusagami.

Y terminando de recapitular lo que sucedió, ahora mismo los dos oponentes están en frente uno del otro pero también asegurándose de tomar distancia hasta que la batalla comenzara de verdad, y mientras tanto los narradores siguieron con su trabajo, "Esto sí que s increíble, el arma elegida por parte de Ikusagami fue una espada, parece ser que él tiene pensado en terminar este combate de un movimiento!" Heimdall grito con suma emoción.

"Oye tu!" Grito una voz con bastante fuerza desde las gradas de la humanidad, captando la atención de Ikusagami y quien volteó para ver de reojo a dicha persona. De pie en las gradas vio a dos personas que sobresalían de las demás, aunque no en términos simples ya que en general solo podrían verse como otros dos del montón de personas que había aquí reunidas, pero el hecho por el que sobresalían era porque Ikusagami podía ver un leve rastro primordial en ellos, podía sentir una vibra divina en su sangre humana, "Asegúrate de golpear a ese viejo de nuestra parte! No pierda!" Grito uno de los dos hombres mientras sujetaba a otro hombre más grande por el cabello y tiraba de él con una expresión salvaje y emocionada.

El otro individuo no se veía en lo más mínimo afectado por el hecho de que le estaban tirando parcialmente de su cuero cabelludo, y solo le estaba dando una sonrisa llena de confianza y dos pulgares arriba al representante de la humanidad, "Buena suerte!" Le grito con una sonrisa.

Ikusagami solo vio a los dos hombres con una expresión calmada antes de regresar su mirada a quien sería su oponente durante esta batalla, el no necesitaba del aliento de estar personas, pero aún así se sentía un poco bien el saber que ahora mismo tenía la confianza de todas estas personas sobre sus hombros, y le daba una razón más por la que luchar y por la que tener que ganar. Ahora estaba de pie en esta arena luchando por toda la humanidad, y no se podía dar el lujo de decepcionarlos así como así.

"Jojo, tengo que admitirlo amigo, en realidad tienes un gusto por las Armas, pero no te confíes demasiado solo porque tienes una espada elegante contigo." Zeus le dijo a su oponente con suma calma y una sonrisa burlona.

"Eso ya lo sé." Ikusagami le dijo con tranquilidad, giro su muñeca y apuntó la punta Karasai al suelo y de un fuerte movimiento la dejó clavada en la arena. Todos los espectadores vieron esa acción con bastante sorpresa y preguntándose qué es lo que estaba haciendo el guerrero del sol, y sobretodo Zeus, quien ya estaba bastante confundido por esto, "Pero aún así es un arma demasiado poderosa para usarla en el primer enfrentamiento, solo en caso de que las cosas se pongan extremas será entonces cuando me vea obligado a usarla. En todo caso, ¿Cual es tu arma?" Ikusagami le preguntó al dios de dioses con tranquilidad y sin molestarse por las miradas incrédulas que le estaban dando todos los dioses.

Shuumatsu no KaijuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora